ESCAPADAS HEDONISTAS

Viaje a la cuna del níspero

O qué nos estamos perdiendo en la Marina Baixa alicantina.

| 20/05/2022 | 6 min, 15 seg

Sigo intentando descubrir todo lo que puedo y más de la millor terreta del món. A veces me digo a mí misma, “menuda valenciana de pacotilla, que te conoces mejor otros sitios que tu propia Comunitat”. A los problemas, soluciones. Así que como estamos en plena temporada de nísperos, ¿qué mejor que acercarse a conocer el lugar de la conocida como 'fruta de la belleza'?

Para empezar, conviene saber que los nísperos de Callosa d'en Sarrià cuentan con Denominación de Origen y que gracias al clima mediterráneo de la zona, aquí se elaboran los mejores del país. Fuente de vitaminas y fibra, son una de las primeras frutas que florece en otoño y brota en primavera. Su cultivo domina el paisaje y aunque pienses que lo que ves por todas las laderas de la montaña son invernaderos, no son otra cosa que telas para protegerlos del aire. Más natural, imposible. El níspero es una de las razones para visitar esta zona, pero hay muchas más. 

Ahora que el calor todavía es soportable, las mañanas hay que dedicarlas al turismo. Porque qué reclamos tenemos en esa zona de La Marina Baixa. Para empezar, una visita a uno de los tesoros naturales de la zona, Les Fonts d'Algar. Manantiales, cascadas y las sinuosas curvas que ha ido dejando la erosión de la roca caliza... Además, en poco y cuando la fuerza del agua disminuya, se volverá a permitir el baño en estas aguas puras y cristalinas. Otro imprescindible es Guadalest, uno de los pueblos más bonitos de la Comunitat Valenciana, con ese castillo encaramado sobre la propia roca de la montaña y las vistas hacia el fotogénico embalse de Guadalest. 

¿Hambre? En Callosa d'en Sarrià, hasta el 31 de mayo, se celebran las Jornadas del Níspero o lo que es lo mismo, menús a 25 euros en tres restaurantes de la población, El Algar de Don Joan, Casa Marcos y Les Fonts. ¿Los platos? Desde una ensalada mediterránea con nísperos o un salmorejo de nísperos, a un arroz de níspero y lagarto ibérico, otro con calamar baby coliflor y la fruta en cuestión, pasando por otros igualmente apetecibles como la coca dulce con compota de níspero y queso de cabra o un filete de lubina con gambas al toque de nísperos. 

Si eres más de descubrir, no se puede visitar la zona, sin dejarse caer por Polop y concretamente en Ca L'Angels, el dominio de Paco Teuler. En la casa de sus bisabuelos, es donde ahora ofician Teuler y su hermana Vicenta a los fogones. Y ¿qué lo hace tan especial? Pues que es un sitio de esos que no se ven fácilmente. Entrar allí es como hacerlo a la casa de la yaya, llena de una atmósfera de hogar. 

Por la mesa desfilan platos típicos de la cocina tradicional alicantina y de la zona, como los minxos, que son una especie de empanadilla frita, rellena de bleda y cebolla y acompañados de tomate y huevo de codorniz o los arroces preparados en olla, pero también un fabuloso especant con salmorres, capellán y mojama o una pierna de cabritillo cocinada con verduras que está de morirse. Si allí se come bien, se bebe aún mejor. Paco es un enamorado del mundo del vino, en especial de los vinos naturales, biodinámicos y ecológicos. Y a mí, que los orange son mi nueva religión, me conquistó con el Sicus a Wine Work Orange. 

Turismo, gastronomía, naturaleza... ¿Y el descanso? Otro descubrimiento, los dos hoteles que tiene Barceló en La Nucía. Conocía su casco histórico de callecitas empinadas y casas blancas, pero no tenía yo ni idea de que La Nucía es la ciudad del deporte y que tienen una ciudad deportiva de aúpa y hasta un estadio olímpico. Diantres, tampoco tenía constancia de que uno de sus edificios, Lab_Nucía tiene dos premios Architizer y está considerado como uno de los mejores edificios de oficinas del mundo. 


Por la mesa desfilan platos típicos de la cocina tradicional alicantina y de la zona, como los minxos, que son una especie de empanadilla frita, rellena de bleda y cebolla y acompañados de tomate y huevo de codorniz o los arroces preparados en olla, pero también un fabuloso especant con salmorres, capellán y mojama o una pierna de cabritillo cocinada con verduras que está de morirse. Si allí se come bien, se bebe aún mejor. Paco es un enamorado del mundo del vino, en especial de los vinos naturales, biodinámicos y ecológicos. Y a mí, que los orange son mi nueva religión, me conquistó con el Sicus a Wine Work Orange

Turismo, gastronomía, naturaleza... ¿Y el descanso? Otro descubrimiento, los dos hoteles que tiene Barceló en La Nucía. Conocía su casco histórico de callecitas empinadas y casas blancas, pero no tenía yo ni idea de que La Nucía es la ciudad del deporte y que tienen una ciudad deportiva de aúpa y hasta un estadio olímpico. Diantres, tampoco tenía constancia de que uno de sus edificios, Lab_Nucía tiene dos premios Architizer y está considerado como uno de los mejores edificios de oficinas del mundo. 

Sea como fuere, allí hay dos novedades del grupo mallorquín, que diseñadas por el estudio ILMIODESIGN, son como para quedarse allí a vivir. Barceló La Nucía Hills y Barceló La Nucía Palms, dos hoteles perfectos para tomarlos como base de operaciones para conocer la zona. Piscinas, zonas de solarium, habitaciones espaciosas o apartamentos con terraza privada, spa con aguas y tratamientos, palmeras por doquier y bien de Mediterráneo en todos los detalles. 

También prestan atención a la gastronomía. Cualquiera que oiga la opción de cena en un restaurante tipo buffet, se puede llevar las manos a la cabeza, pero aquí, os aseguro ya que no. Porque nos encanta descubrir hasta el último restaurante perdido, pero oye, que también nos va, -a mí por lo menos-, la vida que yo llamo de jubilada, con su cenita en el hotel y tan tranquilos. Pues bien, en estos buffet, en especial en el del hotel Hills, se cuida todo al detalle. La noche que pasamos allí, podías escoger entre mucha opción, pero muy bien elegida. Una ensaladilla rusa de categoría, salmorejo bien rico, fritura sin un ápice de exceso de aceite y hasta un pescado al horno con su guarnición, que ya quisieran preparar muchos restaurantes. 

Ambos cuentan con sendos rooftop a los que han llamado B-Heaven, un espacio en las alturas con piscina y zona de bar, que gozan de unas vistas privilegiadas al sistema montañoso de Guadalest y el skyline, siempre abrumador por qué no, de Benidorm. Uno de ellos hasta está inspirado en los escenarios de Wes Anderson, por lo que la foto para Instagram, está asegurada. ¡La de cosas que te estás perdiendo en la Marina Baixa!

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