VALÈNCIA. Las formas naturales y geométricas, el paisaje y la acción del ser humano se entrelazan en los lienzos de Vicent Machí que dan nombre a la muestra La memòria del terra. Como pincel, el suelo, la tierra del núcleo histórico de Gavarda, “la impronta de las aceras, carreteras y descampados en los que antes se erigía una casa y las ruinas de las viviendas que fueron asoladas por la pantanada de Tous del 20 de octubre de 1982”, ha apuntado la comisaria de la muestra, Johanna Caplliure.
La Sala Alta del MuVIM, Museu Valencià de la Illustració i la Modernitat, acoge esta muestra, que “rinde un homenaje al núcleo histórico de Gavarda mediante un recorrido performance a través del arrastre de una estructura de madera con una tela grapada, tal como se muestra en el vídeo de la muestra y en el que se puede apreciar lo que ha quedado del pueblo y cómo los vecinos han aprovechado el territorio”, señala el artista, Vicent Machí.
El artista apunta también que siempre se ha sentido atraído por las formas geométricas y orgánicas, así como la simultaneidad entre ellas. “Para esta muestra tenía como pretexto aislar estas formas para que no ocuparan todo el espacio del bastidor, por ello realicé unos lienzos de gran formato donde también se ve fondo, y en la figura se plasma el arrastre que hago, dejando ver el suelo, es como una propia huella que crea un metapaisaje”.
Por su parte, el jefe de Exposiciones del MuVIM, Amador Griñó, ha señalado que Vicent Machí “es un joven valor ya consolidado con muchos premios en su currículum, pero sobre todo es un trabajador; detrás de cada obra hay una historia y Vicent Machí nos está contando su historia”.
“Recuerdo lo de Gavarda -continúa Griñó- y Machí se niega a que la memoria desaparezca, él trabaja desde el no figurativismo, desde estas composiciones, estéticamente perfectas, construyendo sus cuadros a partir del propio terreno del que está hablando, lo que da lugar a unas composiciones preciosas”.
El trabajo de Vicent Machí (Gavarda, 1997) se inspira en el paisaje, entre lo que se supone natural en este y el complejo entramado de ciertas formas que se pueden observar en el legado de esta localidad. Trabaja unas estructuras plásticas de carácter abstracto pero identificables. Por un lado, se puede observar un lienzo que efectúa su papel como un registro del suelo de Gavarda, y es que Machí sustrae en su arrastre la impronta del municipio. Por otro lado, se pueden observar dos formas geométricas, la circunferencia y el rectángulo que sirven como dispositivo modular para crear juegos de presión y formas entre el suelo y el lienzo.
Así, La memòria del terra está compuesta por una decena de lienzos de gran formato y un vídeo que recoge la acción realizada por el artista para efectuar las piezas donde lo físico del terreno, así como lo experiencial de la actividad cobran un sentido memorístico. Estas piezas, producidas para esta muestra que acoge el MuVIM, continúan un trabajo previo realizado en su serie Sobre el paisaje. En ambos Gavarda es la protagonista. El paisaje de Gavarda se convierte en un escenario donde conviven las formas naturales y la acción del ser humano, configurando una amalgama sedimentaria de historias que se entrelazan para contar el pasado. Machí recoge las partículas epidérmicas del suelo de Gavarda componiendo una especie de memoria del polvo que sirve como estudio estratigráfico de la vida en esta localidad.
