VALÈNCIA. La compañía de servicios integrales Clece atiende servicios de gran calado social en la Comunidad Valenciana como son la limpieza, mantenimiento, seguridad, entre otros. Vicente Arnau, delegado de la compañía en Valencia y Castellón, encargado de gestionar las diversas áreas de negocio en ambas provincias, realiza un balance de cómo ha sido 2021, un año con grandes desafíos heredados de la pandemia, pero también de grandes satisfacciones gracias a la adjudicación de varios contratos emblemáticos.
¿Qué balance hace de la labor que desarrolla Clece en Castellón y Valencia?
En 2021 nuestro trabajo ha estado marcado, indudablemente, por la incidencia del COVID en nuestro territorio. A pesar de ello, el balance que realizamos es eminentemente positivo ya que hemos sabido gestionar las sucesivas olas de la enfermedad gracias los diferentes equipos de trabajo especializados por actividad con los que contamos que se han mostrado muy activos en la implantación de procedimientos y protocolos de actuación.
Como venimos haciendo desde siempre, nuestro compromiso ha sido garantizar la salud de nuestra plantilla y, por ello, hemos implantado protocolos en nuestra delegación como la entrega diaria de mascarillas y la realización mensual de test de antígenos a nuestros empleados.
¿Cuáles han sido los principales hitos en ambas provincias?
Este año hemos conseguido algunos contratos emblemáticos como son la seguridad de las estaciones de RENFE y la limpieza interior de la flota de autobuses de la EMT, lo que nos ha permitido consolidar nuestra actividad en ambas áreas. Además, ha sido especialmente significativo volver a situarnos como proveedor de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas obteniendo contratos relacionados con la gestión de servicios a víctimas de violencia de género, como los centros de recuperación integral y los centros mujer rural y de interior.
Clece está desarrollando también una estrategia ambiental para ser más sostenible, ¿en qué consiste exactamente?
En 2021, hemos continuado avanzando en nuestra estrategia ambiental que nace fruto de nuestro compromiso con el entorno y que se centra en reducir nuestro impacto en lo referente a consumo de electricidad, energía de fuentes contaminantes, residuos peligrosos y productos químicos. Una buena muestra de ello es la concesión por parte de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, de la licencia de etiqueta ecológica de la Unión Europea concedida en la Comunitat Valenciana para los servicios de limpieza de interiores. De hecho, hemos sido la primera empresa de servicios en obtener esta etiqueta ecológica.
Clece se distingue por ser una compañía con una clara vocación por crear valor social. ¿Cómo se materializa? ¿Qué impacto tiene en Valencia y Castellón?
Somos una empresa muy comprometida con la creación de valor social y, por ello, no nos hemos quedado en la mera gestión de servicios, sino que hemos ido un paso más allá. Por ello, hemos firmado acuerdos de colaboración con entidades sociales que se han plasmado en la contratación de un gran número de personas procedentes de colectivos vulnerables. Actualmente, el 10% de nuestra plantilla procede de estos colectivos.
Es una labor que nos enorgullece porque un puesto de trabajo no supone solo una oportunidad laboral, sino la posibilidad de rehacer la vida y recuperar la dignidad al volver a valerse por sí mismos en términos económicos. Esta labor nos ha permitido el reconocimiento de diversas actividades como, el año pasado, las de la Fundación Novaterra y la Fundación Randstad.
Clece ha sido adjudicataria de diversos contratos con la Conselleria de Igualdad para la gestión de centros y recursos que atienden a víctimas de violencia de género. ¿Qué importancia tiene para su delegación estas adjudicaciones?
Son sumamente relevantes ya que nos permiten volcar, no solo nuestra calidad en la gestión, sino nuestra vocación de empresa centrada en las personas. Internamente, han sido muy satisfactorios ya que se han obtenido gracias al trabajo en equipo llevado a cabo entre los diferentes departamentos que componen Clece. Este trabajo nos ha permitido, además, poder promocionar y dar el lugar que se merece a los compañeros de la empresa, llegando a materializarse una nueva gerencia en esta área de negocio que lidera Maribel Rabadán.
También nos parece importante destacar que la gestión de los dos centros de recuperación integral y los tres centros mujer rural está siendo liderada por un equipo de mujeres, lo que nos ha permitido poner en práctica la política de igualdad de la compañía, que impulsa la promoción de mujeres a puestos directivos.
¿Cómo se vislumbra 2022? ¿Cuáles son los grandes retos de Clece en Castellón y Valencia?
Somos optimistas para este ejercicio, no solo porque afortunadamente la pandemia parece que remite, sino porque tenemos grandes esperanzas en la consolidación de los contratos recién iniciados. Este es el año, además, en el que buscamos abrirnos a nuevas líneas de negocio todavía por explorar, siempre avanzando en la excelencia en la gestión de los servicios.
Todo ello nos ilusiona enormemente, sobre todo, en términos de sostenibilidad social. Somos una empresa comprometida con las personas, por encima de los resultados, y nos resulta muy gratificante poder contribuir a transformar la realidad vital de muchas personas que provienen de colectivos vulnerables: un trabajo, una estabilidad, en definitiva, una nueva vida.