VALÈNCIA. (EP) El grupo Vithas asegura que intentará "minimizar el impacto lesivo" del cese de la actividad del Hospital València al Mar, así como que articulará las medidas necesarias para garantizar la continuidad asistencial de pacientes y usuarios.
La semana pasada, el centro hospitalario comunicó al comité de empresa el próximo cese de actividad después de acumular deudas desde 2012 que en 2019 ascendieron a 1,3 millones de euros. Vithas indica en un comunicado que es "el paso previo para proteger y garantizar el proceso de negociación, que intentará minimizar el impacto lesivo que el cese de actividad pueda tener para ambas partes".
También subraya que València al Mar acumula "cuantiosas pérdidas económicas ininterrumpidas desde 2012 que hacen completamente insostenible su continuidad, siendo esta la única razón que explica la dolorosa decisión de proceder al cese de actividad".
"Los sucesivos planes de reflotamiento desarrollados durante estos ocho años de pérdidas económicas demuestran el compromiso por mantener la actividad y los 38 puestos de trabajo de la plantilla actual. Desafortunadamente, las pérdidas acumuladas desde 2012 obligan a adoptar esta decisión sin más demora", afirma la empresa.
CCOO rechaza el cierre
El sindicato se ha concentrado este miércoles para mostrar su rechazo al cierre del Hospital València al Mar y al despido de la plantilla, pues "la empresa ha dictado un despido colectivo sin plantarse otras opciones y sin haber intentado reflotar este centro".
En un comunicado, el sindicato exige que el grupo Vithas "luche por su personal" y lo reubique con garantías en otros de sus hospitales del grupo. La semana pasada, el hospital comunicó al comité de empresa el próximo ceses de actividad después de acular deudas desde 2012 que en 2019 ascendieron a 1,3 millones.
Pero CCOO asegura que "desde 2012, la empresa ha ido desmantelando el hospital poco a poco, achacándolo a pérdidas económicas". "Llevan años cerrando servicios como oftalmología, digestivo, hemodiálisis, daño cerebral, algunos de consultas externas, salud mental o incluso urgencias, cuando eran áreas totalmente rentables", denuncia.
También recuerda que la Conselleria de Sanidad le concedió parte de las cirugías que formaban parte del plan para reducir las listas de espera, aunque "terminaron haciéndose en otro centro y en 2019 se reubicó a parte del personal en otros hospitales para luego despedirlos". "Hay personas que llevan más de 40 años trabajando en este centro y ahora con 60 años quedan abandonados y con dificultad para encontrar otro empleo", lamenta. Incluso, advierte, hay familias en las que todos los miembros se van a ver afectados y sin trabajo en una época económicamente delicada.
Ante esta situación, Comisiones Obreras urge a la compañía a que no contribuya a la destrucción de empleo que se ha incrementado recientemente por la crisis del coronavirus.