VALÈNCIA (EFE). Los documentos de voluntades anticipadas, que recogen los cuidados que quiere recibir un ciudadano al final de la vida, han aumentado un 47 % desde junio de 2021 a agosto de 2022 hasta las 4.574 inscripciones en el registro.
En el mismo periodo del año anterior (de junio de 2020 hasta agosto de 2021) se inscribieron 3.115 documentos de voluntades anticipadas, y en total 33.489 personas han registrado este documento en el Registro de Voluntades Anticipadas de la Conselleria de Sanidad.
El incremento coincide con la activación de decreto para que las Voluntades Anticipadas se puedan hacer desde. De las solicitudes presentadas, la mayoría acudió a los Servicios de Atención al Paciente que hay en los hospitales o realizó el trámite telemáticamente (bien mediante escritura pública ante notario bien desde casa).
Esta última opción se activó a finales de 2021, cuando para facilitar y hacer más cómodo el proceso, el Consell aprobó que las voluntades anticipadas también se puedan registrar, sustituir o revocar allí donde esté la persona, con certificado digital o clave permanente para preservar siempre la seguridad informática del proceso y la privacidad.
Esa modificación legal sitúa a la Comunitat Valenciana entre las autonomías más avanzadas en la materia,y busca humanizar al máximo el sistema público de salud y respetar los deseos y planteamientos de cada paciente como ejes principales, según la Conselleria.
Las Voluntades Anticipadas son el documento por el que una persona mayor de edad o menor emancipada, con capacidad legal suficiente y libremente, manifiesta las instrucciones que sobre las actuaciones médicas se deben tener en cuenta cuando se encuentre en una situación en la que no pueda expresar libremente su voluntad. En este sentido, la persona expresa la asistencia y los tratamientos que quiere o no recibir al final de su vida por si, llegado ese trance, no puede hacerlo.
A través de este documento, la persona también puede decidir sobre el destino de sus órganos (con finalidad terapéutica, docente o de investigación), así como indicar quién será su representante para que, en caso necesario, actúe como interlocutor ante el médico o el equipo sanitario que debe decidir sobre los tratamientos a realizar al final de la vida del paciente.
El documento de Voluntades Anticipadas contempla, además, la Planificación Anticipada de Decisiones sanitarias que el profesional sanitario recogerá a lo largo del proceso clínico del que esté siendo tratada la persona.
Por otra parte, el documento de voluntades anticipadas es accesible desde la historia clínica, en todo el territorio nacional, después de su inscripción en el registro, para que el personal médico pueda consultar y cumplir las directrices, que no pueden en ningún caso ser contrarias al ordenamiento jurídico o a la buena práctica clínica.
También permite solicitar la ayuda médica para morir en el caso de que la persona afrontara en el futuro una enfermedad en fase terminal o una dolencia irreversible (en las condiciones que recoge la Ley orgánica de regulación de la eutanasia 3/2021) por si, llegado el momento, la persona ha perdido la facultad física o mental para pedirla.
Del total de inscripciones hechas desde junio de 2021 en el registro de Voluntades Anticipadas, un 50,77 % solicita acogerse a esta opción por si la persona, al final de la vida, no puede expresar su voluntad.
En este caso convergen las Voluntades Anticipadas (también llamadas testamento vital) y la eutanasia, pero se trata de dos procedimientos diferenciados que siguen caminos distintos.