VALÈNCIA. El partido de Santiago Abascal celebró este jueves el mitin más multitudinario de la Comunitat Valenciana en Feria Valencia, donde congregó a unas 7.500 personas. Una cifra muy notable si se compara con la cosechada por el resto de partidos, pero que quedó lejos de llenar el recinto ferial.
Las previsiones electorales habían empujado a la fuerza de extrema derecha a colocar más de 9.000 asientos, parte de los cuales quedaron vacíos al fondo del recinto. No hubo pleno pese a dar inicio la cita con más de media hora de retraso, pero esta se alzó como la más concurrida frente a las del resto de fuerzas, que optaron por espacios más recogidos y actos menos espectaculares.
Familias, parejas, grupos de amigos, voluntarios y compañeros del partido constituyeron el público de Vox con notoria presencia masculina y juvenil. Y pocos fueron los que entraron de vacío al espacio: hubo casi tantas banderas como asistentes. Voluminosas, de mano, con asta y sin ella, colgada al cuello a modo de capa y empuñada como un trofeo. Las rojigualdas combinaron con el verde en el merchandising, que se vendía a la entrada del recinto y que iba más allá de las banderas: bufandas, chapas, o pulseras -"pulsera de España, un euro"-.
Hay quien entre el público desconocía a los principales dirigentes de Vox en la Comunitat, confundiendo al número uno del partido al Congreso por Valencia, Ignacio Gil Lázaro, con el presidente provincial y diputado autonómico José María Llanos. Ambos tomaron la palabra en el mitin, pero el más aclamado fue Abascal, recibido con música triunfal y al estruendoso grito de "Presidente, presidente", previa y religiosa escucha de Manolo Escobar, entre otros.
El líder de Vox se reivindicó como la única garantía para evitar un gobierno del PSOE de Pedro Sánchez. En ese sentido, disparó al Partido Popular de Pablo Casado y a Ciudadanos de Albert Rivera al considerarlos posibles facilitadores de un ejecutivo socialista. "Nosotros no desbloquearemos la situación con el PSOE, no gobernará ni formará parte de un gobierno", explicó: "Y si hay que repetir elecciones, lo haremos".
Abascal, además, tiró de anticatalanismo y lanzó dardos envenenados contra el "corporativismo de los medios de comunicación" porque "casi ninguno ha salido a romper una lanza" contra la "estigmatización de dirigentes de Vox". Se refirió especialmentre al Grupo Prisa y El País por sus editoriales contra su partido. "Según ellos no se puede tratar a Vox como al resto de partidos", insistió, "pues al grupo Prisa no podemos tratarle como al resto: no le damos acceso a nuestros mítines, no les queremos ver ni en pintura". Silbidos y ovación generalizada.
Asimismo, entonó el "todos contra Vox", sumando a la controversia mediática los ataques procedentes del resto de partidos, también de la derecha. "Desde el debate, todos han entrado en pánico", sostuvo. "Casado ha dicho que Vox está inhabilitado para gobernar, la derecha nos ha puesto un cordón sanitario pese a ser demócratas porque queremos cambiar el modelo territorial", lamentó el dirigente, algo que "nunca se lo ha dicho al PSOE aunque defienda el federalisimo". En este sentido, subrayó que los populares mantuvieron "todas las leyes ideológicas del PSOE -como la de Memoria Histórica y la del aborto- y el estado de las autonomías".
Un eje fundamental del discurso fue Cataluña, y no sólo por la estricta actualidad, sino porque los líderes de Vox sabían dónde estaban. De ahí que Abascal se solidarizara con los valencianos, que "sufren la quinta columna del separatismo en Valencia". Se refería a los distintos gobiernos tanto de la Generalitat Valenciana -conformado por PSPV, Compromís y Podem- como a los de los consistorios como València. Una tesis que había centrado también la intervención de Gil Lázaro previamente.
"Compromís es un peligro real para la identidad del pueblo valenciano", cargó el número uno al Congreso por Valencia, "no lo decimos nosostros: lo dicen ellos en sus documentos y sus hechos", y recitó el artículo 3 del Bloc -formación que integra Compromís-, para más tarde señalar como colaborador necesario a los socialistas por permitir la política de subvenciones "pancatalanistas" del conseller de Educación, Vicent Marzà.
Volviendo a Abascal y a Cataluña, el líder de Vox señaló que si es presidente, suspenderá la autonomía la comunidad catalana, tomando el control de TV3, los Mossos y la educación, e impulsará la ilegalización de los partidos separatistas, además de dar la orden de interponer una querella por la Abogacía del Estado para que Torra "sea detenido y puesto delante de un juez".