Busca enseñar flamenco a niños ofreciendo un aula virtual de música y baile
VALÈNCIA. La compañía Extremus Danza y la Asociación La Calle Baila lanzan el proyecto de inclusión social a través del flamenco ¡A Quelar! Cabanyal. Una iniciativa, dirigida a niños y niñas del barrio del Cabanyal, que este año se afianza y consolida gracias a la ayuda del servicio de Bienestar Social e Integración del Ayuntamiento de Valencia.
Por cuarto año consecutivo, este proyecto de creación artística en música y baile flamenco sigue adelante sorteando las dificultades. “El proyecto está superando todas nuestras expectativas. Desde su inicio en 2018 y a pesar de los obstáculos que supone prolongar en el tiempo un proyecto cultural sin ánimo de lucro, hemos conseguido mantenerlo vivo gracias a la cooperación de diversas instituciones públicas y privadas, así como a la dedicación y entusiasmo volcados por parte de todo el equipo que lo conforma”, explica su productora Pilar Cambronero. Esta nueva etapa, en la que se sigue apostando por potenciar el talento y el arte flamenco de los más pequeños, retomará sus clases en marzo y se prolongarán hasta junio.
Pese a la continuidad del proyecto, la crisis de la Covid-19 ha acentuado la situación de riesgo de estos niños y niñas y su necesidad de contar con un espacio estable online de creación artística para poder proseguir con su aprendizaje. Para apaciguar esta situación, señala la coreógrafa Eva Moreno, promotora y encargada de la dirección artística de esta iniciativa, “desde la Asociación La Calle Baila trabajamos en la creación de contenidos audiovisuales y de una plataforma online de cultura flamenca que los albergará”. La plataforma que se llevará a cabo gracias a la ayuda de la Red Solidaria Bankia, "contará con la flexibilidad, interactividad y funcionalidades necesarias para facilitar la colaboración, el aprendizaje y la difusión de materiales, conocimientos y recursos artísticos". Además, ofrecerá un aula virtual de música y baile flamenco. Una herramienta que, sin embargo, como explica la coreógrafa, “de nada sirve si muchos de los peques no disponen de los medios adecuados, como son las tablets y la conexión a Internet, para seguir las clases online”.
Para poder cubrir estas necesidades de la brecha digital, se ha puesto en marcha la campaña de crowfunding Toma que toma, que tiene como principal recompensa una baraja de cartas con el mismo título "para aprender de manera divertida los Palos del Flamenco". Una baraja, realizada por Pilar Cambronero con la ayuda del IVC de la Generalitat Valenciana e ilustrada con un diseño exclusivo de la artista Ana Raquel Leiva, que se ofrece en este micromecenazgo a fomentar el arte como el fotolibro A Quelar, editado por Canibaal, en el que el fotógrafo Jorge López Muñoz recorre con imágenes la creación del proyecto.
A la espera de poder conseguir las tablets para su alumnado, Eva Moreno sigue recibiendo llamadas de algunos de los niños y niñas que seguirán este año en el proyecto: “Llaman preguntándome cuándo empezamos como si fuera un deseo en vez de una pregunta. Iniciaremos las clases de manera digital y, si podemos luego, presencialmente. La parte digital se quedará como un complemento fantástico para que conquisten aptitudes digitales que serán imprescindibles en el futuro. Saber mandar un email, abrir y guardar ficheros adjuntos o surfear por la plataforma educativa seguirá siendo parte de nuestras clases y tendrá la misma importancia que bailar por bulerías”.
Abordar la enseñanza artística en tiempos de pandemia no es tarea fácil, pero como apunta Eva Moreno hay que hacer frente a las nuevas circunstancias con optimismo. “Tenemos que transmitir a los alumnos que se puede seguir aprendiendo a pesar de interrupciones y sustos, que la vida sigue, que hay que seguir alimentando las ilusiones y aprendiendo de manera online si no es posible hacerlo presencial”. Algo que ya saben algunos de los niños que el pasado año siguieron durante unos meses el proyecto ¡A Quelar! Cabanyal de forma online, gracias a las tablets que les proporcionó la escuela pública y que luego tuvieron que devolver.