Lo hemos escrito ya, vivimos un tiempo complicado, la época de la estulticia, donde la frase de Jovellanos "acaso porque ellos fueran frenéticos seremos nosotros estúpidos" está más de actualidad que nunca
El presidente Donald Trump ha cumplido con sus votantes, otra vez, causando gran revuelo y espanto en todo el mundo será acaso que en los demás países no están acostumbrados a que los políticos cumplan sus promesas electorales.
Esta vez ha sido por una cuestión medioambiental, el cumplimiento o no de un importante acuerdo internacional (casi vital podríamos decir según todas las manifestaciones y lo publicado) como es el Acuerdo de Paris firmado en 2015 y de efectiva aplicación a partir de la tercera década de nuestro siglo, y que a diferencia del Protocolo de Kioto, había comprometido a la práctica totalidad de países del planeta (casi 200).
De nuevo toda, o casi toda, la opinión pública y publicada mundial se ha puesto de acuerdo en atacar al estadista norteamericano continuando con un proceso de demonización y linchamiento mediático por parte de un aparente pensamiento único global, que no admite disensiones, cuál régimen totalitario, todo el que opina diferente es un apestado o un radical, aunque sea en defensa de los propios valores occidentales.
Pero antes de seguir juzgando al mandatario USA recordemos lo que fue el pacto de la Cumbre del Clima de París del 10 de diciembre de 2015, cuyos propósitos se incluían entre los objetivos de la resolución de la Asamblea General de la ONU del 25 de septiembre de 2015, titulada Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, principalmente en su Objetivo 13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (Reconociendo que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es el principal foro intergubernamental internacional para negociar la respuesta mundial al cambio climático).
El propósito del Acuerdo de Paris es que al final del siglo XXI la temperatura de la Tierra no se incremente entre 1.5 y 2 grados Celsius respecto la temperatura preindustrial, y como algunos de ustedes ya sabrán ya hemos recorrido la mitad de ese camino pues la temperatura ha subido ya un grado. Además el año pasado en el informe de2016 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente calculaba que con los compromisos adquiridos hasta ese momento (Acuerdo de Paris Incluido) la temperatura se incrementará entre 2.9 y 3.4 grados, por lo que parece que el cambio climático sería inevitable, intervenga o no el hombre, como ha ocurrido durante miles o millones de años, aunque claro está es mejor intentarlo que no.
Por otra parte James Hansen uno de los principales climatólogos estadounidenses y uno de los abanderados en crear conciencia del cambio climático (recibió el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento, categoría de Cambio Climático en 2016), no estaba muy de acuerdo con el acuerdo y pues eran "palabras sin ningún valor" y que "no hay acciones, solo promesas", e introduciendo un elemento, el económico, también usado por Trump pues afirmó que, "en la medida que el combustible fósil sea el más barato, se seguirá quemando". Siguiendo con esa apreciación económica el presidente USA afirma que el cumplimiento del acuerdo acabaría eliminando 6.5 millones de puestos de trabajo hasta el 2040, y como afirmó en la rueda de prensa del jueves anunciado la retirada del Acuerdo de Paris, "yo fui elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no de París".
Ya saben sus lemas electorales, America First (Primero los USA) y Make America Great Again! (Hacer grande a los USA otra vez), con un claro sentido patriótico al estilo de lo dicho por Charles de Gaulle: "Patriotismo es cuando el amor por tu propio pueblo es lo primero; nacionalismo, cuando el odio por los demás pueblos es lo primero", y que también en parecidos términos se lo ha manifestado a sus aliados en la cumbre de Bruselas de la OTAN de hace unos días cuando afirmó: "23 de los 28 países miembros no están pagando lo que deberían por su defensa. Esto no es justo para los ciudadanos y los contribuyentes de EEUU. Muchos de estos países deben cantidades masivas de dinero de años anteriores que todavía no han pagado".
Y que debemos hacer ante esta nueva situación, quejarnos o actuar, pues lo cómodo es sentarse a echar las culpas al inquilino de la Casa Blanca y no hacer nada más, pero creo que lo que se debe hacer es, primero, cumplir con lo acordado en Paris, exigiendo claro está que todos lo hagan, incluido el Tio Sam (antes o después); segundo, prepararnos para esos cambios inevitables en el clima que se están produciendo, minimizando los efectos negativos.
En este segundo sentido hay que tener en cuenta que en las organizaciones internacionales ya se habla de los migrantes por motivos ambientales, y que en la Organización Internacional para las Migraciones los definió en 2011 como las "personas o grupos de personas que debido a, principalmente, cambios repentinos y graduales en el medio ambiente, que inciden negativamente en sus vidas o en sus condiciones de vida, se ven obligados, o deciden, a abandonar sus viviendas habituales, ya sea de manera temporal o permanente, y se desplazan a otras partes de su propio país o fuera del mismo".
Incluso en diciembre del 2014 se inauguró un portal en Intenert sobre la migración ambiental, donde existe información de los potenciales y reales peligros por el cambio climático, y que sin tener intención exhaustiva les enumero algunos; los huracanes en las costas del Pacífico como Japón, Corea, China, Filipinas o Melanesia, o en las Antillas, en Florida y en la Costa Este de los USA, en el Pacífico Mexicano, o en Madagascar; o la desertización en, la franja Eurasiática desde los Balcanes pasando por el norte del mar Negro al Caspio hasta Asia Central, o la franja desde Mongolia a India pasando por el Tíbet, o la franja del Sahel, o el sureste de España y norte de Africa, las grandes llanuras norteamericanas desde el Centro de Mexico hasta Canadá inclusive pasando por el corazón USA, zonas de Brasil, Venezuela, etc.; o las inundaciones de deltas de ríos (Nilo, Ganges,..) y la desaparición de islas en el océano Índico o Pacífico, etc.; un sinfín de peligros que nos afectan a muchísimos de los habitantes del planeta.
Es evidente, para acabar, que la humanidad tiene planteado un vital desafío con la sostenibilidad de la Tierra y la lucha por conservar nuestros ecosistemas habitables, pero no sé yo ustedes, pero a mí cuando me anuncian que viene el lobo, que viene el lobo (cambio Climático), que venir vendrá, no debemos quedarnos con los brazos cruzados y lamentarnos por lo que no hacen otros, nos tenemos que poner en marcha, pues espero tener para entonces las posibles herramientas para acabar o controlar al menos sus terribles consecuencias, como las sequías (para cuando un plan hidrológico nacional), huracanes (con nuevas normas de construcción), inundaciones (creación de diques como los holandeses), etc..