VALÈNCIA. Hablar de la muerte es, de alguna manera, hablar de las despedidas. Algunas pueden suponer un punto de partida y otras dejan una estela horrible tras el último adiós. En lo musical, una despedida puede significar un resurgimiento, como sucede con III, el nuevo álbum de Yo Diablo, en el que Marcos Herrero y Víctor Vila reflexionan los finales en clave musical y a través de nueve temas en los que, casi por “casualidad”, cantan sobre el principio del fin. Para celebrar esta fiesta de la vida y la muerte, el dúo arranca con un concierto acústico en Discos Oldies el próximo viernes 14 de junio (a las 19:30h) en el que regresan a lo esencial de su formación: la guitarra acústica y la batería, para volver a tocar "en crudo y sin efectos", tal y como nacieron las canciones.
Sobre la composición del álbum Herrero señala que la temática surge de forma "casual" al escuchar sus propios temas: “Cuando empezamos a tocar y estructurar el álbum vimos que nuestras canciones tenían mucho que ver entre ellas, aunque no encontramos el propósito claro. Trabajamos en ellas para generar un diálogo”. Con esto el dúo busca la manera de enlazar el relato al son de la batería y la guitarra. Una vez generado este diálogo se centran para en hablar de la muerte a través de temas como Balas, In Memoriam o Besos en los que hacen un baile “entre lo lúgubre y lo festivo” para los oídos más exigentes.
Su productor, Raúl Pérez, decide que para confeccionar este popurrí de temas hay que emplear el mismo tratamiento de la voz entre las canciones, para conseguir esa sensación de continuidad que hace que el álbum quede unificado: “Gracias a la producción las canciones quedan unidas, se hilan con el mismo ingrediente y a la vez se oyen los matices de todas nuestras influencias”, aclara Herrero, quien destaca que al final el grupo está compuesto “son solo dos siempre con los mismos instrumentos” aunque con cientos de influencias que quedan a la vista en su concepto artístico y sus videoclips.