VALÈNCIA. “El caballo ha vuelto”. Lo relatan los vecinos de El Carme. Lo sufren los vecinos de Velluters. Los dos barrios del centro histórico de València se encuentran en una situación “crítica”, dicen desde la coordinadora de entidades de Ciutat Vella. Y para expresar su malestar desde esta entidad han realizado un comunicado con el que pretenden advertir de “cómo el barrio está degenerando”. Un barrio que, recuerdan, se intentó recuperar con las inversiones y rehabilitaciones de hace varios años y que ahora “se hunde en un pozo donde no se puede vivir”.
La gota que ha colmado el vaso fue la muerte hace diez días de un joven de 29 años apuñalado por un asunto de drogas en la calle Viana. “Nadie protege a los vecinos”, sentencian desde la coordinadora. Inseguridad, malestar, un portavoz de la coordinadora adelantó que tienen previsto solicitar una reunión con el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, para reclamarles una mayor presencia policial. “El otro día”, relatan, “un vecino fue a testificar por la muerte y cuando le enseñaron los posibles sospechosos reconoció a todos los que podemos ver por el barrio todos los días. Los tienen fichados a todos y saben lo que pasa, y sin embargo no hacen nada”, se lamentan.
El modus operandi de los vendedores de droga, explican, es muy sencillo. Primero ocupan pisos abandonados que no pueden habitar los vecinos más necesitados. Una vez allí, se dedican a vender al menudeo hasta que son identificados para ser desalojados. Entonces les sustituye otro y van a ocupar otro piso, lo que obliga a iniciar de nuevo los procesos de desahucio. La avaricia ha hecho que se enfrenten entre ellos “violentamente por dominar su mercado”, en el que ha vuelto a cobrar protagonismo una droga maldita: la heroína. El asesinato de hace diez días da fe de ello.
Asimismo, algunos vendedores han pasado a la acción contra los vecinos que protestan y, relatan, algunos vecinos han detectado palillos o silicona en las cerraduras de sus casas, pequeñas agresiones para dificultarles la vida. “Vamos a la Policía pero ellos nos dicen que no pueden hacer nada, porque eso no es delito, ni falta, ni nada… pero nosotros nos sentimos inseguros”, relatan. También han entrado en algunas casas. Y “se están detectando más atracos en la zona”, corrobora Toni Cassola, de Amics del Carme.
Una situación que se ve agravada por la prostitución en Velluters, que provoca una mayor marginalidad en este barrio. Una prostitución, advierten desde la coordinadora, “ejercida en unas condiciones higiénicas infames”. En este sentido desde la coordinadora lamentan que se permita “un ejercicio insalubre y peligroso, tanto para las mujeres como para los clientes”, así como que se consienta “la ocupación continuada de los espacios públicos”. Clientes y meretrices suelen formar atascos en la calle Viana.
Junto a estas críticas a la actuación de la Delegación de Gobierno, también apuntan al Ayuntamiento de València, al que le recriminan que haya zonas “donde la limpieza no existe, donde las ratas, como conejos, pasan de un solar a otro”. Las promesas realizadas por el Ayuntamiento en julio no se cumplen, dicen y algunos solares vallados se han convertido en basureros. Una situación pues de abandono que a algunos recuerda a los peores años 80.
Por todo ello en el próximo encuentro con Moragues van a reclamar una mayor actuación policial, medidas más concretas para solucionar la situación en el centro histórico de València, al tiempo que van a redoblar sus peticiones al alcalde de València, Joan Ribó, para que se recupere el barrio.