VALENCIA. Prasa -la Renfe sudafricana- ha presentado una nueva demanda para tratar de recuperar los 2.650 millones de rands (alrededor de 150 millones de euros) invertidos hasta la fecha en la renovación de su flota de locomotoras, según recogen diversos periódicos del país. La encomienda -que contemplaba en sus orígenes la compra de 70 unidades por un total de 250 millones de euros- se adjudicó a la intermediaria local Swifambo, que a su vez contrató a Stadler Rail Valencia -entonces Vossloh España- para la construcción de las máquinas.
Se trata de la segunda ofensiva al respecto del presidente de Prasa, Popo Molefe, que ya denunció ante el Tribunal Supremo de Johannesburgo un sinfín de irregularidades que se habrían cometido en la empresa pública durante la gestión de Lucky Montana, entre las que se encontraba la presunta manipulación del proceso de licitación de las locomotoras, sobre las que Prasa denuncia que exceden la altura requerida y no son aptas para la infraestructura ferroviaria sudafricana.
Por ello, la firma pública pretende devolver los 13 vehículos ya enviados por Stadler Rail Valencia a cambio de recuperar la cantidad desembolsada de 2.650 millones de rands. Según argumenta Prasa, la oferta habría sido manipulada desde el principio para favorecer a Swifambo en el proceso de licitación.
Esta nueva demanda se produce tras la declaración ante la justicia este mes de junio del responsable de Swifambo Felice Massaro, que calificó a su empresa como "un licitador inocente" que en la actualidad es "técnicamente insolvente debido al actual impago de facturas por parte de Prasa". Lo más relevante de su declaración fue la siguiente advertencia: en caso de que Swifambo sea condenada a devolver la cantidad "se declarará en concurso de acreedores y será liquidada".
Según Prasa, del contrato de las 70 locomotoras todavía se deben 2.800 millones de rands (165,9 millones de euros al cambio actual), y de los 2.650 millones de rands que sí se habrían abonado (153,8 millones de euros al cambio) 1.800 ya se han pagado a la empresa valenciana (106,6 millones de euros).
Mientras prosigue la vía judicial en Tribunal Supremo de Johannesburgo, Stadler Rail Valencia ha optado por la cautela y ha suspendido, al menos de forma temporal, la producción de la locomotora Afro4000, tal y como informó este diario.
Según detallan fuentes conocedoras de la situación en la planta valenciana, del total de 70 locomotoras se habrían fabricado sólo 20, de las que alrededor de 7 se conservan terminadas en las instalaciones de Albuixech. Las 50 máquinas restantes son las que, al menos por el momento, no se están fabricando, circunstancia que ha hecho saltar las alarmas en la industria por tratarse del pedido más importante que tiene en cartera.
Pese al negro horizonte, la mercantil presidida por Íñigo Parra no renuncia a que las firmas sudafricanas cumplan con el compromiso adquirido. Se trata -al parecer- de una medida preventiva para evitar sucesos como el que ocurrió con la sociedad pública española Feve, con la que Stadler Rail Valencia tiene abierto un litigio por un contrato de 28 tranvías para León que la entidad suspendió cuando las máquinas ya habían comenzado a fabricarse. La empresa valenciana reclama por este agravio una indemnización de 47 millones.