VALÈNCIA. Lo explicaba este martes el Concejal de Conservación de Áreas Naturales y Devesa-Albufera del Ayuntamiento de València, Sergi Campillo: “Hasta dónde yo sé, y somos parte implicada, el Ministerio [de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente] no ha resuelto sobre la concesión del hotel”. Y a la espera de su decisión, decía, el Ayuntamiento de València piensa mantener la misma postura: el Sidi Saler debe ser demolido. “Es el momento”.
Los actuales propietarios del hotel son los bancos BBVA y Caixabank. Hace más de un año solicitaron a la Demarcación de Costas en València recuperar la concesión de ocupación del dominio público marítimo terrestre para el hotel. Su objetivo: reabrirlo. Si bien hay fuentes que aseguran que tras la propuesta existe un operador, en el Ayuntamiento algunos concejales creen que es un ardid de la propiedad para ganar tiempo y encarecer el valor del hotel de cara a una ulterior expropiación. Por el momento, Costas les ha dado la razón a los propietarios, pese a los informes en contra del Ayuntamiento.
En este contexto, Campillo sigue apostando por el derribo. Teniendo en cuenta que con su cierre y demolición no se va a dejar “a nadie en la calle”, es “razonable”, decía este martes, que la Administración haga “un esfuerzo” y acabe con un hotel “que no se tenía que haber construido nunca en esa zona porque rompe el cordón dunar”. Desde el punto de vista del regidor, postura asumida por el Govern de la Nau, si se reabre lo que se hará es volver a poner en valor un establecimiento construido en pleno Parque Natural de la Albufera, en una situación que incumple la normativa actual.
“El Ministerio debería hacer también un esfuerzo para, si tiene que indemnizar económicamente a los propietarios, porque hay unos derechos adquiridos con la concesión, que lo haga. El Ministerio también tiene que implicarse en la conservación del Parque Natural. No puede limitarse a permitir o no una concesión. Ustedes tienen una responsabilidad porque el hotel está en el dominio marítimo-terrestre; es hora de que también se impliquen”, aseveró. En su opinión, “2018 puede ser el año perfecto” para que el Gobierno de Rajoy se comprometa con la Devesa, facilite una indemnización para los propietarios e impulse la recuperación de este espacio natural, “y no que echen sobre las espaldas del Ayuntamiento siempre la carga de la renaturalización del parque”
La espada de Damocles pende pues sobre el viejo hotel. Sin embargo las asociaciones de vecinos han solicitado que se mantenga en pie, no como hotel, sino para darle uso por ejemplo como residencia de mayores. Frente a esta postura, Campillo recordó que las reversiones han sido una constante en el Parque y ponía como ejemplo cuando se eliminó el paseo marítimo. “Lo que se quiera hacer con el Sidi Saler es lo mismo, con el añadido de que el hotel está cerrado desde hace años y no causamos un impacto sobre la vida económica de las poblaciones de la zona (El Palmar, El Saler, Pinedo, El Perellonet…), ni sobre la infraestructura turística”.
“No somos extremistas. La gente que adquirió sus propiedades en la zona, cuando se podían adquirir y legalmente se podían ocupar, tiene unos derechos adquiridos que pensamos respetar”, apuntó. Pero el Sidi Saler es diferente porque, matizó, “lo que se puede recuperar debe recuperarse [para la naturaleza]”. Y ahí el otrora hotel de lujo tiene todas las de perder. Así, el regidor repitió que lleva “muchos años cerrado” y ya “no tiene ningún impacto sobre la economía local”.
Capillo quiso resaltar también las diferencias entre el Sidi Saler y el Parador. Primero indicó que la existencia del Parador hace que no tenga razón de ser el Sidi Saler, ya que el Parador “da un servicio de alta calidad y por lo tanto hace que no sea necesario ampliar las plazas hoteleras”. Para él tiene relevancia el trabajo que se ha realizado desde el Parador para ser lo más respetuoso posible con el entorno. “Han hecho un esfuerzo importante, incluso colaborando con entidades medioambientalistas, y han sido sensibles”, apuntó. “Hay que tener sentido común. Después de llevar tres años como concejal puedo decir que el Parador puede jugar un papel importante en la conservación de la Devesa. ¿Se debería haber construido en su momento? Obviamente, no. Pero debemos ser pragmáticos y yo me quedo con la parte positiva”.
Igualmente, insistió en defender a los propietarios de los apartamentos de la zona. Primero, aludiendo a su compromiso con la Devesa. “La gente de la Devesa son conscientes de donde viven y el entorno natural que es. Y lo cuidan”. Y después, por la sensación de que su incidencia ahora es mínima. “La Devesa es un ejemplo de reversión; se ha recuperado más de un 90% de la superficie forestal y del cordón dunar. Fijémonos en eso”, pidió.