Un exhaustivo informe del Instituto Tecnológico del Plástico y Cicloplast desmonta medio centenar de mitos sobre el material más usado del planeta
VALENCIA. “¿Nos imaginamos un mundo sin plásticos?” se pregunta Carlos Cachán, profesor de Periodismo de la Universidad Nebrija. Con esa simple pregunta comienza el informe realizado por Aimplas (Instituto Tecnológico del Plástico) y Cicloplast titulado Falsos mitos y realidades sobre los plásticos en sostenibilidad, reciclado y seguridad alimentaria. Aunque este derivado del petróleo es omnipresente -es más corta la lista de los productos que no lo contienen que la de los que sí- y es imposible imaginarse ese mundo sin plástico son muchas las leyendas negras que le acompañan. El documento propone acabar, de una vez por todas, con esas cosas que todos creemos saber y que, sin embargo, no son ciertas.
El informe, de 64 páginas y resultado del trabajo de seis expertos, se divide en seis grandes áreas temáticas: Prestaciones y calidad, Sostenibilidad y medio ambiente, Reciclado, Bioplásticos, Productos acabados y aplicaciones, y seguridad alimentaria. En total, 50 puntos sobre otros tantos mitos que rodean estos polímeros que pueden moldearse a partir de la presión y el calor (según la definición del diccionario). Aquí va una lista de diez de los errores más comunes:
1.- Los utilizamos sólo porque son muy baratos: Sí… y no. Un kilo de plástico puede costa un euro el kilo o 200. Es cierto que, comparado con los materiales que ha ido sustituyendo, es barato, pero lo que de verdad explica su éxito es su versatilidad. Las aplicaciones son ilimitadas (desde un juguete hasta el ala de un avión) pero también cabe destacar su resistencia mecánica y térmica o su durabilidad.
2.- No son ecológicos porque proceden del petróleo: No se puede juzgar un material únicamente por su procedencia, hay que tener en cuenta el análisis de su ciclo de vida que incluye conceptos como el ahorro de energía, de materias primas o la reducción de emisiones. Además hay que tener en cuenta que no todo el plástico procede del petróleo (también se obtiene de la patata, el maíz, la caña de azúcar…). Un dato: entre el 15 y el 20% de un coche es de este material, lo que hace que sea más ligero y reduzca su consumo hasta 750 litros de combustible al año.
3.- Son malos para el medio ambiente porque no son biodegradables y no se eliminan: Lo cierto es que hay plásticos que sí lo son. En el caso de los que no, puede reciclarse. Cabe recordar que los productos biodegradables también pueden ser perjudiciales para el medio ambiente si se desechan sin control.
4.- Las aplicaciones de los plásticos son de un solo uso y generan muchos residuos: En realidad, esta frase sólo se puede aplicar al 40% del total y por razones evidentes: ¿quién va a querer usar un pañal reciclado? En otros casos -jeringuillas, catéteres…- está claro el motivo. Lo cierto es que, según el estudio, la vida útil puede ser de entre nueve meses y 25 años.
5.- Todos los plásticos acaban en el mar: Los residuos que no se tratan -sea cual sea su origen- son contaminantes y los plásticos, también. De hecho, en las llamadas ‘islas de plástico’ que proliferan en el océano están llenas de todo tipo de residuos. El problema no es el material, sino la falta de conciencia ciudadana.
6.- Los plásticos no puede reciclarse: No sólo se puede, sino que se debe. Y, además, cada vez hay más conciencia. En España, por ejemplo, se recicla ahora un 27% más que hace cinco años y estamos dos puntos por encima de la media europea en cuanto a plásticos reciclados (28%). Otro dato: sólo los alemanes reciclan más que los españoles. El 100% de los envases de uso doméstico depositados en contendedores amarillos tienen una segunda vida.
7.- Las bolsas de plástico contaminan porque no se pueden reciclar: Precisamente es lo contrario, apunta el estudio. Es uno de los productos más fáciles de reciclar. El 100% de las bolsas que se depositan en los famosos contenedores amarillos se recicla y actualmente se recoge un 60% más de estos productos que en 2008. Luego se transforman en otras bolsas, tuberías…
8.- Los plásticos de fuente renovable (patata, maíz, caña de azúcar) pueden competir con la producción de alimentos e incrementar su precio: Sí y no. Lo mismo puede decirse de cualquier producto que proceda de cultivos (como también ocurre con los llamados biocombustibles). En estos momentos se trabaja en plásticos renovables de segunda generación que se obtienen de residuos así que no sólo no compiten (ni provocan alza de precios) sino que se reutilizan residuos que acabarían en los vertederos.
9.- Los envases plásticos son superfluos e innecesarios. Es más ecológico comprar productos a granel: Los envases son fundamentales tanto para el transporte como para la protección del producto o para adaptar las cantidades a las distintas necesidades. De hecho, alargan la vida de los alimentos. En los países desarrollados se pierde un 3% de los alimentos desde que se producen hasta que se consumen; en los países en vías de desarrollo la cantidad es del 40%.
10.- Los plásticos son tóxicos: No lo son por ingestión (el cuerpo humano no los digiere) y la mayoría son biocompatibles y, de hecho, se emplean en implantes quirúrgicos. La legislación (y los avances técnicos) hacen que cada vez sean menos peligrosos. En 2015, por ejemplo, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria concluyó que el polémico bisfenol A es seguro incluso para niños recién nacidos. Los plásticos son fáciles de esterilizar y permiten el envasado al vacío. También es falsa la leyenda urbana de que el PVP está prohibido para su uso en contacto con alimentos.