VALÈNCIA (EFE).El 65 % de los empresarios valencianos confía en aumentar su facturación, más de la mitad -el 53 %- prevé incrementar su inversión y el 39 % prevé realizar contrataciones, según la encuesta ‘Perspectivas Comunidad Valenciana 2024’, realizada por KPMG en colaboración con la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV).
Sin embargo, a la hora de evaluar la situación actual de la economía nacional, la amplia mayoría, el 61 %, la califica de regular y solo un 12 % espera que evolucione a mejor en este ejercicio, y un 43 % cree que empeorará.
La valoración y previsiones sobre la economía autonómica son ligeramente más positivas. Un 56 % considera que la coyuntura es regular y un 28 % cree que evolucionará a mejor, frente al 25 % que cree que empeorará.
Para Miguel Ángel Paredes, socio responsable de KPMG en la Comunitat Valenciana, “el tejido empresarial valenciano ha demostrado su fortaleza a pesar de las múltiples amenazas y desafíos del contexto actual, marcado por las presiones inflacionistas, el aumento de los precios de la energía, las disrupciones en la cadena de suministro, los elevados tipos de interés o las tensiones geopolíticas".
"Los empresarios y directivos de la región apuestan por la innovación para impulsar su competitividad y centran su mirada en atraer y fidelizar el mejor talento para integrar nuevas tecnologías como la inteligencia artificial generativa en sus negocios", ha asegurado Paredes.
Por su parte, Salvador Navarro, presidente de CEV, ha destacado que “las empresas se siguen enfrentando a elevados costes energéticos, financieros, de materias primas y componentes, y a una nueva escalada de los costes laborales. Además, se extienden las dificultades para contratar personal cualificado. Desde la CEV insistimos en la necesidad de generar un clima favorable a la actividad empresarial y la inversión, que favorezca avances en la productividad y la competitividad de nuestra economía”.
La transformación digital y el talento se afianzan en las agendas corporativas y son dos prioridades más comunes entre los encuestados, tal y como señalan el 68 % en el primer caso y el 63 % en el segundo. En este sentido, se acentúa la relevancia de aunar las mejores capacidades y habilidades profesionales del mercado para extraer el mayor valor de la transformación digital en el largo plazo.
En cuanto a la implantación progresiva de la inteligencia artificial generativa, el porcentaje de encuestados que prevé ponerla en marcha en su negocio en los próximos meses es del 35 % y casi cuadruplica al de los que ya lo han hecho, que se sitúa en el 9 %. Marketing, ventas y operaciones son los ámbitos en los que mayor aplicabilidad se percibe.
A pesar de que la inflación ha descendido en los últimos meses, la preocupación por el alza de precios se mantiene entre los empresarios de la Comunitat Valenciana, ya que dos de cada tres encuestados (67 %) afirma que el impacto del alza de los precios en sus márgenes de beneficio ha sido alto o muy alto en 2023.
Cerca de la mitad de los encuestados (48 %) prioriza las medidas para mitigar la inflación entre sus estrategias corporativas.
Además, tres fenómenos relacionados con la inflación se sitúan como principales riesgos para el negocio en los próximos doce meses como son el riesgo de demanda (38 %), la volatilidad de los precios de las materias primas (38 %) y el coste de la energía (33 %).
Asimismo, los empresarios valencianos comparten su preocupación por el entorno político y normativo. A la hora de valorar las principales amenazas para la economía española, el 43 % destaca la inseguridad jurídica, el mismo porcentaje apunta a la incertidumbre política y un 41 % señala la rigidez del mercado laboral.
Sobre las previsiones de operaciones corporativas, los empresarios de la Comunitat Valenciana se muestran más comedidos en sus perspectivas que los del conjunto de España.
De este modo, un 20 % cerrará alianzas o 'joint ventures', nueve puntos porcentuales que la media nacional, y un 24 % prevé realizar compras o adquisiciones (27 % en España).
Por otra parte, el 22 % financiará o refinanciará la deuda y el 13 % se decantará por desinversiones de negocios 'non-core' o compañías participadas.