VALÈNCIA. Business Together SL, el segundo adjudicatario para quedarse con los 300.000 metros cuadrados de la mercantil Acinelav Inversiones 2006 en el PAI del Grao, en València, tampoco se quedará las parcelas por las que había ofrecido alrededor de 35 millones de euros. La mercantil no ha pagado la fianza de su oferta -el 10% del total- en las dos semanas de plazo que le ha dado el administrador concursal, la firma Rousaud Costas Durán.
Así lo confirman fuentes conocedoras del proceso, que explican que el administrador ya se ha puesto en contacto con la tercera puja -presentada por la enseña Net de Gerrers- para continuar con el proceso de venta de las parcelas ubicadas junto al abandonado circuito urbano de Fórmula 1.
La primera en caer de la subasta fue una oferta de capital dubaití presentada por la sociedad Pereabros Investment, que ganó la puja por los activos pero no abonó la fianza cuando la administración concursal solicitó el pago inicial, del 10% del total.
Net de Gerrers, que acude al proceso respaldada por un fondo americano, presentó una oferta de 28,8 millones de euros. Según ha podido saber Valencia Plaza, la propuesta ha sido bien acogida por los administradores concursales pero no por los bancos acreedores, que esperaban una mejor oferta por las parcelas hipotecadas.
La firma dirigida por Eduard Navarro, salvo que la administración concursal acceda a prolongar los plazos, entra en escena además con un gran escollo en el calendario, dado que el conjunto del proceso tiene en el 27 de julio su fecha límite, un margen insuficiente para realizar una due diligence que permita evaluar los riesgos con mayor detalle.
Como reveló Valencia Plaza, detrás de la segunda clasificada Business Together -radicada en el número 62 del Paseo de les Germaníes de Gandia y constituida en abril de este mismo año- se encontraba el empresario Antonio Delgado Garrido. El perfil bajo del dirigente -administrador de pequeñas empresas como Antochelo XX SL, Pensat i Fet XXI SL o Comercial Degar SL- hacía presagiar que actuaba en representación de o un tercero o, como ocurrió finalmente, que trataría de 'dar el pase' a otros inversores cuando llegara su turno.
En efecto, como informó este diario, la empresa se puso en contacto tanto con promotoras como con las ofertas que competían con la suya cuando expiró el tiempo de la primera puja, todo con el objetivo de traspasar el derecho a la compra de los activos.
Entre las puertas a las que llamó Business Together SL para ofrecer 'el pase' se encontraba la constructora valenciana Rover Alcisa. Según otras fuentes también se puso en contacto con la cotizada Neinor, que habría descartado invertir en los terrenos por su política de centrarse en el suelo finalista.
En cualquier caso, sus mayores opciones pasaban por convencer a alguno de sus competidores en la puja -los que quedaron por debajo- por tratarse de enseñas con un verdadero interés por invertir en las mismas pese a la inestabilidad del PAI. Pero tampoco surtió efecto esta fórmula.
Entre las firmas que pujaron por los activos de Acinelav (además de Pereabros, Business Together y Net de Gerrers) se encuentran la sociedad inversora Atitlán, de Roberto Centeno y Aritza Rodero; una gestora de fondos radicada en Barcelona, y un inversor español representado por la consultora inmobiliaria CBRE.
Los metros cuadrados del PAI del Grao en manos de Acinelav Inversiones representan más de un tercio del total del terreno en el que se integra el trazado del circuito urbano. El resto del suelo se encuentra en manos de la administración pública y de particulares. Las últimas cuentas depositadas por la enseña en el Registro Mercantil, correspondientes al ejercicio 2012, cifraban el valor de los terrenos de Acinelav en 280 millones de euros tras sufrir un deterioro de 39,9 millones respecto a un valor inicial de 319,9 millones de euros.
Los propietarios de la sociedad, que se fue al traste durante la crisis, eran -de mayor a menor- Bankia Habitat, Pavasal, Construcciones Valencia Constitución, Kiraly Desarrollos Inmobiliarios (participada por Gesfesa) y el constructor Salvador Vila, según recoge el Registro Mercantil. La participación de Bankia acabó en manos del 'banco malo' con la reestructuración bancaria; y la del resto, controlada por la banca acreedora tras ser declarada su insolvencia en 2011. El pool de acreedores lo lidera el BBVA.