ALICANTE. El último ejercicio de Samar Internacional con los cuatro hermanos Sala como accionistas de la firma puede considerarse positivo en el plano económico, pese a la convulsión que rodeó la empresa de plásticos fundada por el desaparecido Vicente Sala Bello tras el asesinato, en diciembre de 2016, de su viuda y matriarca del clan, Carmen Martínez. El asesinato destapó una guerra soterrada entre los hermanos por el control del holding, que incluso pudo bloquear la aprobación de las cuentas de 2016 y luego de 2017, hasta que el pasado abril Vicente Sala Martínez y sus hermanas Antonia, Fuensanta y María del Mar firmaron el reparto del imperio empresarial y separaron sus caminos.
Las cuentas consolidadas del grupo en 2017, depositadas en el Registro Mercantil de Alicante, evidencian que si bien el pasado ejercicio de Samar Internacional (la cabecera que administra el imperio del plástico a través de Samarlen y SM Resinas) no fue precisamente tranquilo, la actividad industrial de la familia Sala Martínez no se resintió especialmente por las desavenencias entre los hermanos o la investigación judicial del asesinato, en la que Miguel López (marido de Fuensanta y exgerente del concesionario Novocar, hoy extinguido) figura como el único acusado del crimen. Al cierre del ejercicio, Samar se anotó un notable beneficio de 3 millones de euros, pese a que la facturación del grupo sí retrocedió un 16% hasta caer por debajo de los 200 millones de euros.
Así, según las cuentas consolidadas del grupo Samar relativas al pasado ejercicio, el imperio del plástico de la familia Sala Martínez facturó un total de 199,2 millones de euros, un 16% menos que el año anterior (239,2 millones de euros, tal como publicó Alicante Plaza el pasado mes de junio). Lejos quedan los 257,6 millones que el holding facturó en 2015, cuando aún nadie podía sospechar el desenlace de la 'guerra fría' en el seno de la familia. Con todo, y pese a la caída de los ingresos, Samar Internacional arrojó un significativo beneficio neto al cierre del año: 3,06 millones de euros, casi cuatro veces más que el año anterior (788.000 euros).
El informe de gestión firmado por Vicente Sala junior (a la fecha de formulación de las cuentas, el primogénito del matrimonio fundador ya era el dueño y administrador único del holding) destaca que la empresa sigue desarrollando la actividad "tanto a nivel nacional como internacional, en un contexto complejo en los países sudamericanos", al igual que sucedía en el ejercicio anterior. Cabe tener en cuenta que Sudamérica es el principal mercado de la empresa, que suministra los polímeros para las máquinas de inyección de productos plásticos. Como nota positiva, destaca la reducción de la deuda financiera, de 27,21 a 19,87 millones de euros.
En cuanto a los mercados en los que opera Samar, a través de SM Resinas y Samarlen, el desglose de la cifra de negocio evidencia la importancia del mercado sudamericano, que aportó 133,2 millones de euros (163,5 millones un año antes, con una caída del 18,5%). Es decir, dos terceras partes de los ingresos totales del grupo provienen de América. Las ventas en territorio nacional, que también cayeron, supusieron 52,47 millones de ingresos (61,83 un año antes, caída del 15%). En los mercados europeos donde está presente, Samar mantuvo prácticamente inalterado su volumen de negocio, el menos significativo para las cuentas del holding: 13,5 millones, por 13,77 un año antes.
La memoria de las cuentas deja constancia también de la reorganización del entramado a que se aplicó Sala Martínez a finales de 2017: la disolución voluntaria de cuatro filiales internacionales (Pomir SL, SM Resinas Europa SL, Samarlen Argentina SA y Samarlen UK Limited) sacó del perímetro de consolidación del grupo su actividad, "poco significativa" el último año, y redujo las reservas consolidadas en una cantidad apenas apreciable de 5.000 euros. Al cierre del año, las reservas del grupo sumaban cerca de 43 millones.
Como ha venido contando este diario, Vicente Sala alcanzó recientemente un acuerdo con sus hermanas para comprar su parte de la empresa, en una operación que incluía parte del pago en 'especie', con la participación del primogénito en la sociedad patrimonial de la familia (la Compañía Española de Resinas, que gestiona todos los inmuebles de los Sala excepto los que están afectos a la actividad de Samar). La firma del acuerdo se llevó a cabo el pasado 20 de abril en una notaría de Madrid, tras valorar el holding en 90 millones de euros.
El varón compró la parte de las mujeres en Samar Internacional (el 60%) por unos 54 millones, de los que 12 se pagaron con su participación en los inmuebles de la familia, y otros 36 en metálico. Además, queda una parte variable en el entorno del 11% (más o menos, otros seis millones) que se pagará a lo largo de los próximos años si se dan una serie de condiciones.