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el sur del sur / OPINIÓN

El modelo hotelero

3/05/2020 - 

La crisis ha avivado muchos debates. Y entre ellos, el hotelero. Y no sólo por las palabras de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra. El turismo va a entrar en debate, como muchos modelos de negocios cuya solvencia va a estar en tela de juicio por los condicionantes que va requerir el status quo que impondrán las medidas de seguridad. Ahora bien, como toda crisis, debe ser una oportunidad. Y quien no lo entienda así, puede quedar como fuera de juego, o simplemente rezagado de las futuras tendencias ante un público más maduro, y, por lo tanto, más exigente. Y posiblemente a pagar más si los servicios están en consonancia al producto y a las prestaciones que ofrece. Siempre se podrán competir por precio, por su puesto, pero ello siempre te generará más dependencia y volver a competir con algunos mercados a los que dábamos por superados. Estas son mis reflexiones.

Benidorm es un modelo de éxito

No creo que esto lo discuta nadie. ¿Que tiene imperfecciones? Como cualquier otro modelo. En estos momentos, algunas de sus asignaturas pendientes son: la necesidad de abrirse a nuevos mercados (o segmentos más específicos) tras la consolidación del Brexit; mejorar la movilidad con los núcleos de comunicación (conexiones ferroviarias de alta velocidad), y claro está, rebajar la precariedad laboral de una parte de la cadena laboral (las denominadas kellys). 

El Brexit ya motivó el debate sobre la dependencia del mercado británico y en su momento, se abordó, desde la propia patronal Hosbec, de la necesidad de diversificar mercados aprovechando la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Rusia, Alemania (Austria) y Portugal se apuntaron como alternativas. La búsqueda de nuevos mercados también será intergeneracional.

La eficiencia pasa por la tecnología

Las nuevas medidas de seguridad que se imponga al sector hotelero (y a otros muchos) acelerarán más si cabe la digitalización del sector y la incorporación de nuevas tecnologías para evitar contactos, mejorar accesibilidad, evitar colas y esperas, además de otras medidas de seguridad que podrá implementar. Ahora bien, las nuevas normas van a mermar necesariamente (y no sabemos hasta cuándo) el flujo de clientes. En el reto de la digitalización y de la sostenibilidad ya hace tiempo que trabaja, y en muy buena dirección, el Invat.tur y agentes como la aceleradora Demium o el Distrito Digital.  

Invertir en el entorno

Durante estos años de bonanza turística, el turismo de la Comunitat Valenciana ha contado con el aire a favor del impacto que han generado las primaveras áreas en los países del Mediterráno. Posiblemente, esa guerra esté (y siga) ganada: ahora bien, el impacto de la crisis del Covid es en toda Europa y, por lo tanto, el lastre va a ser muy similar en todos los mercados emisores. Ello obligará a muchos destinos a invertir en el entorno ante unas administraciones centradas en ayudar al sector privado, autónomos y devolver a los parados al mercado laboral. Es decir, el turismo puede perder un aliado -las inversiones en infraestructuras-, no en la promoción, pero si en la mejora del entorno para diferenciarse de otros destinos. La experiencia del confinamiento va a generar mucho debate de cómo son las soluciones vacacionales del futuro, y eso incluye a las segundas residencias. Todo es turismo.

La necesidad de la colaboración público-privada

Este escenario, el de la mejora de los entornos, obligará a la colaboración público-privada. Los gobiernos aumentarán su deuda y su déficit y sus prioridades en la acción ejecutoria. Y posiblemente, las infraestructuras vuelvan a ser de nuevo las perjudicadas. El sector hotelero deberá exigir acciones de colaboración público-privada para acciones y obras que ayuden mejorar el entorno y quién sabe si las comunicaciones con los nodos de transporte. Una idea interesante, al menos, para Benidorm y comarca sería recuperar el proyecto del centro de alto rendimiento deportivo, como elemento diversificador de otros destinos, o poder contar con el edificio del Centro Cultural para pujar por el turismo MICE ante la incertidumbre de proyectos como los planteados en Elche o Alicante. Las fórmulas existen. 

El debate de la tasa turística volverá

Aunque es un debate que los hoteleros de Benidorm desdeñan, es posible que vuelva, una vez el sector retome su normalidad en 2021 o 2022. Y no porque vayamos sobrados de turistas, no; quizás el futuro de las políticas gubernativas, a nivel europeo, no pasa esta vez por los recortes o los ajustes presupuestarios, sino por incrementar la base de ingresos con nuevas figuras impositivas con fines muy concretos: mejora de entornos, obras esenciales, y desarrollo de políticas verdes. Ese debate llegará, como con la viñeta de las carreteras. Es posible que sea la propia UE quien la imponga. En la Comunitat sólo hay destinos que se lo podría permitir, en caso de volver a las cifras preCovid: València y Benidorm. No hay que perderlo de vista.

La Comunitat tiene diferentes modelos turísticos

Está claro que el grueso del sector turístico hotelero está en Benidorm y su área de influencia. Ahora bien, en el debate que se va a abrir -más allá de las palabras de Mónica Oltra- hay que tener en cuenta que la Comunitat Valenciana tiene diferentes modelos turísticos, y sus intereses no coinciden. Benidorm y el núcleo de su patronal, Hosbec, se mueve muy bien en los debates a la hora de centrar (y defender) sus prioridades, pero esto se trata de elegir entre el blanco y el negro. Se trata de una escala de grises, en el que todas las tonalidades tiene sus intereses, y su importancia, por pequeña que sea frente a los números de Benidorm.

La crisis es una oportunidad, también por la calidad

Está claro que el objetivo ahora es recuperar al turista, en cuanto se pueda y con todas las garantías. Pero no hay que perder de vista que toda crisis es una oportunidad para mejorar y perfeccionar y, en el caso de Benidorm, muchos expertos vienen apuntando en la necesidad de dar un salto por un visitante de un segmento superior. Está claro que eso lo determinará el mercado, pero el momento da para reflexionar y pensar que otros objetivos son posibles, y pueden servir para solventar imperfecciones: diversidad de mercados; mejora de las comunicaciones y mayor cualificación del personal y, por tanto, mejores retribuciones y más estabilidad laboral. Como dice José Francisco Mancebo, luces largas. Primero salir, después reflexionar.

P.D. Primero. Aunque no lo parezca, Compromís se encuentra muy cómodo hablando de las kellys y dirigiendo el debate hacia la sostenibilidad y la nueva economía. Segundo. A Mónica Oltra habría que pedirle responsabilidades por lo suyo, que ya es.

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