ALICANTE. Los cuatro hermanos Sala Martínez, hijos del matrimonio formado por el expresidente de la CAM Vicente Sala Bello y su esposa, Carmen Martínez, asesinada en el concesionario Novocar en diciembre de 2016, separan definitivamente sus caminos. Al menos, en lo que a la actividad empresarial se refiere. Tal como adelantó Alicante Plaza el pasado mes de diciembre, Vicente Sala junior y sus tres hermanas (Antonia, María del Mar y Fuensanta) habían alcanzado un acuerdo para repartirse el imperio empresarial construido por sus padres en torno al negocio del plástico, y este acuerdo se ha firmado esta misma semana en una notaría de Madrid. Según ha podido saber este diario, los trámites legales se están desarrollando a lo largo del jueves y el viernes.
El acuerdo negociado por parte de los abogados de las dos facciones de la familia, abiertamente enfrentadas desde la muerte de su madre, se cerró el pasado mes de diciembre, tal como adelantó este diario. No obstante, estaba pendiente de que Vicente Sala obtuviese la financiación bancaria que permitiese afrontar el pago de su parte en las empresas del plástico a sus tres hermanas. El empresario ha logrado ya el crédito, de forma que la transacción ha culminado cuatro meses después de sellar el pacto. Como explicó este diario en su momento, se trata de una compensación entre participaciones empresariales: el hijo varón se queda con la parte de sus hermanas en las empresas del plástico (SM Resinas y Samarlen, controladas por el holding Samar Internacional), y a su vez les entrega su participación en la firma patrimonial de la familia, la Compañía Española de Resinas.
El pacto se ha cerrado sobre la base de la valoración de Samar Internacional que realizó la consultora Deloitte hace más de un año, cuando empezaron los contactos (hubo un principio de acuerdo en abril de 2017 que saltó por los aires por discrepancias en algunos detalles). Si bien no ha trascendido el importe de la operación, dada la lógica discreción con la que se ha negociado el acuerdo, se calcula que la valoración de la empresa, de la que las hermanas tenían tres quintas partes, podría estar en el entorno de los 100 millones de euros. En cualquier caso, esta cifra es solo una aproximación, según fuentes del mercado. El crédito bancario que negociaba Vicente Sala servirá para cubrir la diferencia entre la valoración de la participación que adquiere a sus hermanas (el 60% de Samar) y la que él les entrega a cambio (el 20% de la Compañía Española de Resinas).
El acuerdo pone fin a la rivalidad entre los dos grupos en que quedó dividida la familia Sala Martínez tras la muerte del patriarca en 2011, y que salió a la luz con el asesinato de su viuda en el concesionario Novocar, hoy cerrado, que gestionaba su yerno Miguel López (casado con Fuensanta Sala). El ex gerente de Novocar está acusado por la Fiscalía de ser el autor material del crimen precisamente con las desavenencias familiares por la gestión del imperio empresarial como móvil, tal como ha venido contando este diario. En los meses previos al crimen, durante el verano de 2016, las hermanas intentaron arrebatar el control del imperio al primogénito, apoyado por su madre. La viuda de Sala hizo valer la 'acción de oro' para anular el acuerdo de sus tres hijas (el 60% del capital) de deponer al varón, y volvió a situarlo al frente de Samar como administrador único, tras disolver el consejo de administración que formaban hasta entonces los cinco.
Desde entonces, los hermanos Sala han mantenido una sucesión de pleitos en los juzgados por el uso de la 'acción de oro', la aprobación de las cuentas o la transmisión de acciones de las sociedades. Con el acuerdo sellado el pasado diciembre, los pleitos que aún no se habían resuelto (el juez dio la razón a las hermanas en su pretensión de transmitir acciones a sus hijos) han ido retirándose. Mientras, Vicente Sala lleva meses reorganizando el entramado, como ha contado este diario: ha trasladado la sede de la mayoría de las empresas, antes en el domicilio familiar, a un despacho en el centro de negocios de la Plaza de los Luceros, y ha liquidado las filiales inactivas del holding del plástico. También ha revocado a su hermana, casada con el acusado de la muerte de su madre, como apoderada en sus empresas.
Samar Internacional es la cabecera del holding construido por el expresidente de la CAM, tras patentar el sistema de alimentación que utilizan las máquinas de inyección de plástico con las que se fabrican muchos de los artículos de hogar, y que en la actualidad suministra polímeros a medio mundo. De hecho, el grupo tiene plantas de producción en una decena de países de Latinoamérica, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Emiratos Árabes Unidos. Ese grupo, articulado sobre las marcas SM Resinas y Samarlen, es el que ahora pasa a ser propiedad casi exclusiva (la hermana de su madre tiene una parte testimonial de las acciones) de Vicente Sala junior. Según las últimas cuentas que se conocen, el holding factura más de 260 millones de euros.
Por su parte, la sociedad patrimonial que ahora pasa a ser solo de las tres hermanas sala es la propietaria de la mayoría de inmuebles de la familia, incluido el antiguo concesionario de Novocar, cerrado hace unos meses al no poder superar la grave crisis en que se hallaba por la caída de las ventas, junto con el escándalo mediático del asesinato de la matriarca. Ahora, la causa contra Miguel López como único sospechoso de la muerte de Carmen Martínez es, en principio, lo único que obligará a los hermanos Sala a cruzar sus caminos. Las mujeres defienden su inocencia, mientras su hermano lo considera culpable.