ALICANTE. El proceso judicial contra la promotora valenciana Nou Temple instado por los acreedores alicantinos que denuncian el incumplimiento del convenio sigue quemando etapas. Según han confirmado a Alicante Plaza fuentes judiciales, el juez de lo Mercantil número 1 de València, que dirigió el concurso de la promotora, ha señalado para el próximo 15 de febrero la vista en la que debe determinarse si la promotora, efectivamente, ha incumplido el convenio aprobado en 2010. Un extremo que, de confirmarse, podría abocar con casi total seguridad a la liquidación del grupo empresarial.
Como ha venido contando este diario, dicha vista estaba señalada en principio para el pasado 21 de noviembre. No obstante, se aplazó porque los acreedores solicitaban la presencia del dueño de la promotora, Vicente Flames, y el empresario alegó que tenía programado con anterioridad un viaje de negocios a París en esas fechas. El juzgado aceptó la alegación del empresario valenciano y aplazó la vista, que ahora se ha vuelto a señalar para dentro de un mes.
En principio, según las mismas fuentes, se ha señalado solo para una de las tres mercantiles que forman el grupo Nou Temple, pero todo hace prever que (tal como hubiera sucedido de no aplazarse) se celebrarán las tres el mismo día. Curiosamente, el juez ha decidido no acumular las denuncias de incumplimiento contra las mercantiles que forman el grupo, pese a que en el concurso sí optó por esta acumulación. Flames tiene que acudir a declarar como representante legal de las tres concursadas, según la resolución judicial.
Como ha publicado este periódico, en abril de 2017 un grupo de pequeños acreedores de Nou Temple, la mayoría de la Marina Alta, presentaron ante el juzgado una solicitud de incumplimiento del convenio. Estos acreedores alegan que la empresa no ha cumplido el calendario de pagos al que se había comprometido (y que fue aprobado por el mismo juez) para poder salir del concurso, en el verano de 2010. Los denunciantes temen que llegue el mes de junio de 2018 y la venza la vigencia del convenio, sin que la promotora haya cumplido con los pagos.
Nou Temple entró en concurso en 2008 y logró aprobar el convenio en 2010, con una quita del 50% y una espera de dos años. La deuda, tras la quita, se calculaba en 80 millones de euros, aunque varios bancos han ejecutado las hipotecas sobre las promociones, de manera que en estos momentos esa cantidad puede ser bastante inferior. Los denunciantes son pymes y autónomos a los que la promotora de Flames subcontrató para sus promociones en la Marina Alta, y a los que dejó sin pagar su trabajo. Asimismo, algunos compradores de viviendas que no han recibido su inmueble (las promociones que se quedaron paradas al entrar en concurso la empresa siguen sin terminar) también han sido considerados acreedores, tras una sentencia del Supremo.
Por otro lado, Nou Temple ha presentado un recurso contra el fallo del mismo juzgado que condenaba a la empresa a abonar los atrasos a los tres ex administradores concursales, que denunciaron el impago de los devengos durante la fase de convenio (desde la presentación de la propuesta hasta su aprobación en sentencia judicial). En total, como ha contado este diario, la cantidad asciende a 825.000 euros. El abogado de la concursada alega que el plazo para reclamar esas cantidades impagadas prescribía a los cinco años, y no a los quince como estimó el juzgado.
La vista de los administradores, señalada el mismo 21 de noviembre, sí se celebró porque al contrario que el resto de acreedores, la demanda de los primeros no solicitaba el incumplimiento del convenio, sino que era una simple reclamación de cantidad, y no requerían la presencia del empresario, de viaje en esas fechas.