VALÈNCIA. El músculo orgánico y territorial es fundamental en cualquier tipo de proceso interno de un partido político. Este axioma -de ahora y siempre- es el que se encuentra en condiciones de discutir actualmente la candidatura de Pedro Sánchez en el ámbito federal y, especialmente con buenas opciones de triunfo, en la Comunitat Valenciana.
Desde el inicio del proceso de estas primarias socialistas, el aparato oficial del PSPV ha jugado sus bazas en favor de Susana Díaz, la candidata que ha respaldado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig. No obstante, el 'otro aparato', el liderado por el secretario general provincial y diputado nacional, José Luis Ábalos, ha demostrado que, disponiendo de menos recursos orgánicos, también es posible dar golpes de mano visibles y efectivos.
Así, y si bien la andaluza sigue siendo favorita -aunque ahora mucho menos- para la victoria final, uno de los territorios donde se ha visto altamente superada por Sánchez ha sido en la Comunitat Valenciana, donde los seguidores del madrileño pelean por hacerle un buen roto a la andaluza y, por consiguiente, al presidente Puig. En esto tiene la culpa el dominio ejercido por los 'sanchistas' en la provincia de Valencia, feudo de Ábalos, donde se ha producido una diferencia de casi 3.000 avales.
Conviene no olvidar que el diputado no es un recién llegado a estos procesos. Ábalos conoce los congresos y las primarias tanto como cualquier avezado secretario de Organización. No en vano estuvo a punto de ser líder del PSPV en el año 2000, cuando perdió por una decena de votos frente a Ignasi Pla y, ocho años después, volvía intentarlo para finalmente llegar a un acuerdo con Jorge Alarte, que se alzó con el triunfo. Todo ello regado con otros puestos institucionales pero también orgánicos como la Secretaría General del PSPV de Valencia ciudad.
En resumen, un estratega al que no conviene subestimar y que ha sido respaldado por otros activos 'sanchistas' como el exeurodiputado Andrés Perelló, también amplio conocedor de la formación socialista, o la parlamentaria Mercedes Caballero, quién ya ha colaborado con Ábalos en multitud de procesos. Así pues, un equipo quizá más reducido que otros pero con muchas 'guerras' a las espaldas.
Una trayectoria de la que emana una experiencia lo suficientemente amplia para haberse convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el equipo de Puig encargado de hacer triunfar a Susana Díaz. De hecho, en la repetición de las elecciones hubo voces en el ámbito interno que opinaban que Puig debía evitar volver a situar a Ábalos como número dos en la candidatura al Congreso para impedir o al menos dificultar sus maniobras en Madrid. No hubo movimiento alguno.
En esta línea, fuentes socialistas aseguran que el papel de Ábalos en los últimos tiempos dentro del equipo de Sánchez es cada vez más determinante y empieza a señalársele como uno de los dirigentes que podría optar a puestos de peso como la Secretaría de Organización si el madrileño se alzara con el triunfo. Los datos, una vez verificados salvo concreciones autonómicas, están ahí; y parece evidente que el equipo de Puig deberá ensuciarse las manos -todavía más- si quiere darle la vuelta a un primer test preocupantemente desfavorable.