Rocio Maya de La Taberna de Noa (Fuentes de León, Badajoz) y Darwin Allauca de Restaurante Venta la Posa (La Xara, Alicante) segunda y tercer clasificado, respectivamente.
A la tercera fue la vencida. El cocinero Aitor Martínez, del restaurante Can Ros de Burriana (Castellón), se llevó el pasado lunes el primer premio de la IV edición del Concurso de Trufa de Andilla que tuvo lugar el edificio del Veles e Vents. Los cinco finalistas habían sido seleccionados entre más de 15 participantes. El jurado, compuesto por los chefs Luis Valls (El Poblet – Grupo QD, Valencia, 2*, 2Sol Repsol) y Bernd Knöller, (Restaurante Riff, Valencia, 1*, 1 Sol Repsol); David Torres, Director General de Desarrollo Rural de la Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica; la periodista y gastrónoma Alexandra Sumasi (Gourmet Magazine News, 7 Caníbales, Bon Viveur…), Belén Arias, Presidenta de la Academia de la Gastronomía de la CV, especialista en nutrición y sumillería y Carlos Mataix, Presidente de Mediterránea-Gastronoma,
Aitor Martínez participaba por tercera vez con una receta consistente en un arroz trufado con crujiente de pollo y huevo de corral. Una deliberación muy disputada en la que se ha valorado la presencia de la trufa, la originalidad y la dificultad de ejecución. La cocinera Rocío Maya del restaurante La taberna de Noa (Fuentes de León, Badajoz), se ha hecho con la segunda posición con una presa ibérica con trufa, foie y tupinambo, con una gran potencia de sabor y perfecta cocción de la carne que ha encantado al jurado. Darwin Allauca del Restaurante Venta la Posa (La Xera, Alicante), se ha hecho con un tercer puesto gracias a su ajoblanco trufado con setas y velo de jamón donde ha primado la técnica en las texturas y el contraste del sabor trufado. Marc Martorell del restaurante Gaudir (Alcossebre) ha participado con una royal de trufa de Andilla, anguila, foie y remolacha; Kevin Klingner de Edelweiss Take Away (Villar del Arzobispo), ha sorprendido con su cola de cigala sobre salsa hollandise trufada y escabeche tibio de setas y trufa.
Cerca de un centenar de asistentes entre productores, instituciones y medios han disfrutado de una jornada en el hall del Veles e Vents, en la que la truficultura y su importancia para el desarrollo rural han sido los protagonistas.
En los últimos años, son muchos los chefs y restaurantes de primer nivel que han sabido fusionar sus sabores autóctonos con la magia de la trufa negra de la comarca de La Serranía de Valenciana, y que han ayudado a elevar a la mesa de la alta cocina mediterránea este preciado tubérculo, variedad tuber melanosporum, cuyo cultivo en tierras donde llega las corrientes del Mediterráneo le aportan características aromáticas únicas.
Y es que la “Trufa de Valencia” que empieza a despuntar en todo el país con su propia marca tras más de 20 años de cultivo extensivo y ecológico.