VALÈNCIA. Aldaia vive días de profunda agitación social tras el dantesco episodio de lluvias que arrasó la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre. Un mes después, sus vecinos, sumidos en el dolor y el hartazgo ante la "inacción de las administraciones", han unido esfuerzos para crear la Asociación de Afectados por la Dana; un espacio para canalizar su frustración y elevar sus protestas hacia las instituciones locales, autonómicas y estatales. Por ese motivo, el grupo ha iniciado una campaña de recogida de firmas, cuyo propósito es alinearse con el resto de municipios afectados por la Dana y lanzar un grito de auxilio hacia unos dirigentes políticos que, según denuncian, los han dejado "abandonados a su suerte".
La iniciativa de la asociación, que ya ha superado las 500 firmas, busca presentarse como un frente común ante las administraciones. La meta no es solo simbólica; los afectados por el temporal en Aldaia quieren hacer valer su voz, exigir soluciones reales, impulsar la ejecución de infraestructuras preventivas ante futuras inundaciones y reclamar la depuración de responsabilidades políticas. Rafa Hoyo, portavoz de la asociación, asegura a Valencia Plaza que "estamos hartos de esperar. Mientras las calles siguen llenas de barro, las administraciones juegan a un cruce de acusaciones insoportable. Somos personas que lo han perdido todo".
Campaña de recogida de firmas por la Dana
En ese sentido, la recogida de firmas no representa únicamente una cifra; es un reflejo del cansancio colectivo, puesto que la indignación trasciende al municipio de Aldaia. "No podemos luchar solos. Todos los pueblos de la comarca de l'Horta Sud hemos sufrido por igual", insiste Hoyo. De hecho, los miembros de la asociación han comenzado a tender puentes con los pueblos vecinos de Benetússer y Paiporta, a fin de que representantes de estas localidades también trasladen sus peticiones en las asambleas municipales. "Queremos que esto se recuerde no solo como un problema de Aldaia, sino como una crisis regional que exige soluciones coordinadas", subraya el portavoz.
Hasta el momento, la Asociación de Afectados por la Dana en Aldaia ha movilizado a vecinos de todas las edades y sectores, así como a comerciantes que han perdido su negocio por el temporal. Los miembros del grupo saben que su lucha no terminará con la recogida de firmas, puesto que su objetivo es mantener viva la asociación hasta que se cumplan sus exigencias. "No podemos permitir que este esfuerzo quede en una anécdota. La Dana ha expuesto un sistema que nos ha fallado y debemos transformarlo", subraya Hoyo.
En ese sentido, Hoyo no descarta que se produzcan movilizaciones en las próximas semanas para reivindicar sus peticiones más inmediatas, que pasan por un triple eje: la concesión de ayudas directas, el desvío del Barranco de la Saleta y la presa de Cheste, así como la clarificación de negligencias administrativas. "Vamos a darles una semana de confianza, luego ya veremos", advierte el portavoz de la asociación.
El desvío del Barranco de la Saleta -paralelo al de Poyo- y la presa de Cheste se configuran como las demandas más urgentes de los vecinos en cuanto a infraestructuras. Ambos proyectos, planificados desde hace "más de 40 años", permanecen en un limbo administrativo. La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio emitió una resolución desfavorable sobre la ejecución de estas obras por considerar que el trazado propuesto podría alterar de forma significativa el entorno de la huerta de Xirivella.
Por ese motivo, este verano, el Ayuntamiento de Aldaia mantuvo una reunión con los técnicos de la Conselleria a fin de conseguir que se revirtiese el informe. Y, aunque el departamento que dirige Vicente Martínez Mus se comprometió a ello, la Generalitat Valenciana todavía no se ha pronunciado al respecto. Desde la Asociación de Afectados por la Dana en Aldaia, Hoyo señala que su ausencia ha agravado los daños de la gota fría en el municipio, al no contar con un sistema eficaz de canalización de las aguas: "Es inadmisible que nos pidan reconstruir nuestras casas o negocios sabiendo que la próxima tormenta podría destruirlos otra vez. Necesitamos estas infraestructuras en el pueblo de forma urgente".
Por su parte, el Ayuntamiento de Aldaia se ha apoyado en el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico para desbloquear el proyecto de la Saleta. Sin embargo, este organismo estatal ha manifestado su intención de licitar y ejecutar las obras siempre y cuando el Consell emita un nuevo informe ambiental favorable. Los vecinos critican que, mientras las administraciones se intercambian responsabilidades sin ofrecer una respuesta clara, las viviendas y comercios arrasados por la Dana son las secuelas diarias de una tragedia que podría haberse evitado con más prevención.
El pleno municipal del pasado martes por la tarde en Aldaia se convirtió en una escena de tensión insoportable. Vecinos al borde del llanto narraron cómo el agua se llevó sus pertenencias y, en su lugar, instauró un estado de pánico y desolación. "Llamé tres veces al 112 mientras mi hija sufría un infarto por el estrés de la inundación", relató una madre entre sollozos. Sin embargo, su testimonio se redujo a un eco doloroso en una sala donde, según asegura Hoyo a este diario, "los representantes municipales no nos ofrecieron respuestas concretas".
La jornada estuvo marcada por las críticas al equipo de gobierno municipal, capitaneado por el socialista Guillermo Luján, al que acusaron de "inacción y falta de liderazgo". Cabe recordar que la presión social también ha afectado a los partidos de la oposición. Por ejemplo, Jesús Molins, portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular en Aldaia, ha anunciado que no se postulará como candidato a la alcaldía de la localidad en las elecciones de 2027. A su decisión, se suma la de Paula García, hasta ahora número dos del PP en Aldaia, quien ha renunciado al partido tras afear a las instituciones locales y autonómicas una "gestión nefasta de la emergencia". Por el momento, García permanecerá como concejala no adscrita hasta que el municipio se recupere de la crisis provocada por la Dana.
Para Hoyo, el ambiente en el pleno estuvo cargado de "indignación absoluta". "Te sientas allí y ves cómo se echan la culpa unos a otros, sin asumir ninguna responsabilidad. Nos hicieron sentir como instrumentos políticos, no como ciudadanos", explica el portavoz de la asociación. La tensión no solo se generó por la falta de respuestas, sino por la desconexión entre los discursos de los políticos y las necesidades del pueblo. Una indignación que va en aumento conforme los vecinos tratan de reconstruir sus vidas, todavía bajo la amenaza de padecer una nueva inundación.