¿Dimitir? Mazón va a por todas y demuestra que aspira a quedarse
¿Dimitir? Mazón va a por todas y demuestra que aspira a quedarse
VALÈNCIA. La Dana del 29 de octubre no solo ha dejado a su paso daños materiales incalculables, sino que ha abierto una profunda brecha en la política valenciana. Paula García, hasta ahora número dos del Partido Popular en Aldaia, ha anunciado su renuncia a la formación entre críticas demoledoras hacia la gestión de la emergencia por parte de la Generalitat y las administraciones municipales. Para García, la respuesta institucional no solo ha sido insuficiente, sino que ha demostrado una falta de liderazgo y coordinación que, en sus palabras, "ha traicionado la confianza de los ciudadanos cuando más la necesitaban".
En declaraciones a Valencia Plaza, García ha dirigido su ataque al president de la Generalitat, Carlos Mazón, a quien le pide que abandone su cargo: "Si no sabe asumir las responsabilidades que conlleva su puesto, lo lógico es que dimita". Según ha denunciado, las acciones del gobierno autonómico estuvieron marcadas por la improvisación y una absoluta falta de previsión. "No puedes liderar una emergencia mirando a otro lado o delegando responsabilidades. La Dana exigía respuestas inmediatas y lo único que vimos fue un caos de decisiones tardías y mal ejecutadas", ha sentenciado.
¿Dimitir? Mazón va a por todas y demuestra que aspira a quedarse
Aldaia, uno de los municipios más afectados por la Dana, es el ejemplo perfecto de lo que García califica como "descoordinación administrativa". Calles sepultadas bajo el lodo, viviendas destruidas y una población que tuvo que organizarse por su cuenta para salir adelante. La concejala ha descrito a este diario cómo los vecinos, y no las instituciones, lideraron las labores de limpieza y distribución de alimentos durante las primeras semanas de la catástrofe: "Lo que salvó a Aldaia fue la solidaridad vecinal. Las administraciones estuvieron ausentes o, peor aún, entorpecieron el trabajo de quienes intentaban ayudar".
Para García, el Consell falló en activar los recursos necesarios a tiempo. La solicitud de ayuda al Ejército, un punto crítico para gestionar el desastre después de las inundaciones, llegó tarde y de manera insuficiente, con un despliegue inicial de apenas 500 efectivos, muy lejos de lo necesario para atender una catástrofe de esta magnitud. "La Generalitat tardó días en reaccionar y, cuando lo hizo, fue un despliegue simbólico. Los vecinos de Aldaia no necesitaban gestos, necesitaban soluciones", ha afirmado.
Un episodio clave para García fue el rechazo directo del alcalde, el socialista Guillermo Luján, a su ofrecimiento de ayuda. "Le dije que estaba a su disposición y me mandó a limpiar las casas de los vecinos", ha afirmado y, en ese sentido, ha añadido que este "desprecio" marcó el punto de no retorno en la política municipal, de la que forma parte desde el año 2010.
Además, entre los puntos más críticos señalados por García está el desvío del Barranco de la Saleta, una infraestructura esencial para evitar inundaciones en Aldaia. Según la concejala, este proyecto lleva años pendiente de ejecución a pesar de los múltiples avisos sobre su urgencia. "Hace dos años ya advertí al alcalde de que esta obra era prioritaria. Ahora tiene la desfachatez de lamentarse en televisión, cuando ha tenido casi una década para mover ficha. Es indignante", ha explicado.
Paula García vivió de primera mano el impacto de la catástrofe y la falta de respuesta institucional. Según ha relatado, intentó contactar con la Diputación de Valencia el mismo 31 de octubre para solicitar ayuda, pero su llamada fue ignorada. "Mientras nosotros pedíamos auxilio, desde las administraciones no se movía un dedo. La ayuda llegó más por la iniciativa de los ciudadanos que por las instituciones", ha declarado la concejala, visiblemente afectada.
García no solo ha denunciado las carencias de la administración, sino que también ha resaltado el papel fundamental de los vecinos en la respuesta inicial a la Dana. En Aldaia, voluntarios se organizaron para ejecutar labores de limpieza y distribución de alimentos, muchas veces sin apoyo oficial. "Hemos actuado como civiles, al margen de las administraciones. Eso es lo que salvó a Aldaia de un desastre mayor", ha señalado a este diario.
Por otra parte, la concejala ha dejado claro que no tiene intención de unirse a otro partido. "Mantendré mi acta como no adscrita porque creo que puedo seguir ayudando a mi municipio, pero no volveré a la política activa. Esto me ha costado la salud mental", ha confesado. A pesar de todo, García ha asegurado que seguirá trabajando por Aldaia hasta que el municipio esté recuperado.
El paso de la Dana ha evidenciado no solo la fragilidad de las infraestructuras locales, sino también las grietas en la gestión política de la emergencia. A pesar del despliegue posterior de bomberos, militares y equipos de limpieza, las primeras horas fueron cruciales y marcaron la diferencia en la percepción ciudadana de las instituciones.
Además, la ausencia de coordinación en la distribución de ayudas y la lentitud para restablecer servicios esenciales como el suministro eléctrico y el acceso a carreteras afectadas han agudizado la frustración ciudadana. Las críticas de García se suman a un clima de tensión política, donde el manejo de la crisis está erosionando la imagen del PP, en un momento en el que busca reforzar su posición como alternativa nacional.