MADRID (EFE). Si César Alierta fue el artífice de la mayor expansión internacional de Telefónica, con sus luces y sus sombras, su sucesor José María Álvarez-Pallete tendrá el reto de culminar, con la venta de la británica O2, el repliegue de un mercado que supuso una de las principales apuestas de su antecesor.
"En Europa, ha sido una marcha atrás con la venta de O2 clarísima", asegura a Efe el analista de Ahorro Corporación Luis Padrón, que subraya el cambio de estrategia de Telefónica con respecto a 2006, cuando compró los activos en el Reino Unido, Irlanda y Alemania y era "súper necesario estar en Europa".
Álvarez-Pallete, que será elegido el próximo viernes el undécimo presidente en la historia de la operadora, toma las riendas de una multinacional presente en 21 países, con el 87 % de sus clientes fuera de España, de donde proceden ya el 74 % de sus ingresos, frente al 50 % en el 2000, el año que asumió Alierta la presidencia.
Pero también hereda una compañía con una deuda de 49.921 millones de euros a cierre de 2015, de la que el 70 % (unos 34.944,7 millones) está en euros, el 13 % (unos 6.489,7 millones) en moneda latinoamericana, el 14 % (unos 6.988,9 millones) en libras y el 3 % (unos 1.497,6 millones) en dólares.
"La compañía está muy apalancada, derivado de las últimas operaciones corporativas, y ahora eso toca a su fin y ahora toca desapalancar", afirma Padrón.
A su juicio, "la clave es la venta de O2" al grupo hongkonés Hutchison por 10.250 millones de libras, pendiente de la decisión de la Comisión Europea, ya que si consiguen llevarla a buen puerto Telefónica podría "normalizar deuda" y "no sería necesario hacer más desinversiones".
Bajo la presidencia de Alierta, "ha habido cambios estratégicos clarísimos en mercados y en negocios", fruto también de la tendencia del sector, explica el analista de Ahorro Corporación, que destaca que si hace unos años Telefónica "quería ser un 'player' clarísimo a nivel de la consolidación europa", la realidad ahora "es toda la contraria".
"En España no han consolidado, también por ser el actor dominante, y a nivel europeo tampoco", añade Padrón, que no cree que Telefónica "vaya a entrar en nuevos mercados. En internacionalización ya han hecho todo lo que pueden hacer", apunta.
También el analista de Self Bank Felipe López ve "clara" la apuesta de Telefónica "por vender determinados activos en Europa y centrarse en Latinoamérica", así como su compromiso por permanecer en Alemania, el único mercado europeo, al margen de España, por el que sigue apostando la operadora.
"La compañía se ha dado cuenta de que el mercado europeo está mucho más saturado" y que "Latinoamérica cuenta con un mayor potencial de crecimiento, especialmente en el negocio de telecomunicaciones 'tradicional'", argumenta.
A su juicio, algunas de las desinversiones en Europa han sido "casi obligadas, especialmente la de O2 o su desvinculación de Telecom Italia".
"El negocio de Telefónica en el Reino Unido no le iba mal, pero debido a la concentración que se iba a producir en el mercado británico, tuvo que elegir si vender su filial o si comprar para poder ofrecer servicios como internet, fijo y televisión, algo que no hacía en ese momento", señala el analista de Self Bank.
Recuerda, además, que después de adquirir GVT en Brasil, la operadora "no estaba en la mejor disposición de hacer mayores desembolsos".
La exposición a una región como Latinoamérica, que no atraviesa un buen momento económico, es un factor de riesgo, aunque, según López, se están produciendo a nivel político "cambios que favorecen a inversores extranjeros como Telefónica", como la llegada de Mauricio Macri a Argentina y un eventual cambio de gobierno en Brasil.
El analista de Ahorro Corporación considera, por su parte, que con la salida del Reino Unido, empeora en perfil de riesgo de Telefónica: "No es lo mismo depender de Latinoamérica, que de un mercado como el británico".