VALÈNCIA. Bna Barceló Chico (Sax, 1959) concede esta entrevista a Plaza sin saber que ha sido elegida Persona del año en la Comunitat Valenciana 2020. Su conselleria tiene muchos temas sobre los que preguntar, pero la importancia de la pandemia y la limitación de espacio en la revista hacen que al final toda la conversación gire en torno al virus que llegó a nuestras vidas a finales de febrero, a su gestión y a sus sentimientos.
— ¿Estaba preparada la sanidad valenciana para una pandemia?
— Ni la Sanidad valenciana ni la Sanidad de ninguna autonomía estaban preparadas para abordar una crisis como la que estamos viviendo, y se debe a muchas circunstancias. La última crisis de 2009 conllevó un recorte importante que afectó tanto a recursos humanos como a las inversiones que se estaban llevando a cabo en infraestructuras y tecnología. Esta crisis sanitaria ha abierto las costuras y ha evidenciado cuáles son los déficits que tenemos, mayoritariamente en recursos humanos.
— ¿Cómo vivió la falta de material al inicio de la pandemia?
— Lo vivimos muy mal, sobre todo cuando empezamos a realizar todas las contrataciones y veíamos que no íbamos a poder contar con el material por las circunstancias que nos estaban rodeando y que se escapaban a nuestro control. Se cerraron las fronteras chinas, se quedaron camiones con compras que habíamos hecho en Alemania porque cerraron fronteras, pedimos ayuda al Ministerio para que hablara con la Unión Europea y se creara un corredor sanitario para que pudieran llegar las EPI... Ahí nos dimos cuenta de que dependíamos de un mercado del que no teníamos ningún control.
— ¿Hubo descoordinación con el Ministerio de Sanidad cuando no quedaba claro quién debía realizar las compras?
— El Ministerio se encontró como nosotros, en una situación en la que pensó que era bueno centralizar las compras porque de esta manera podía hacer una distribución equitativa. Pero se encontró con los mismos problemas que teníamos las comunidades autónomas. La intención era buena, pero muy difícil de ejecutar.