CASA CAPICÚA

Ante las franquicias, Casa Capicúa

El barrio de La Roqueta se vuelve más familiar con el asentamiento del nuevo proyecto de las hermanas Capicúa, Laura y Marta Benito


| 14/05/2021 | 5 min, 8 seg

Casa Capicúa es la nueva aventura de Laura y Marta Benito, las hermanas tras el catering Capicúa Gastro. Con esta novedad, abandonan el nomadismo de trabajar para rodajes y eventos y se asientan en un reformadísimo local que reivindica la apropiación de un espacio en un barrio que entre franquicias y desidia, ha perdido su lustrosidad. Casa Capicúa podría parecer, de primeras, una iniciativa más propia de Ruzafa que de La Roqueta, pero con esta apertura, la dupla persigue salirse de los guetos gastronómicos y llegar a un público más variopinto. Una huida de la estandarización de sabores escrito en palíndromos, palabra griega —palin dromein— que quiere decir literalmente ‘volver a ir atrás’. En este caso, volver a las masas hechas a mano, a las salsas construidas sin prisas y a las recetas ideadas en el calor del hogar.

Un proyecto que hace de la hostelería, hogar

Hay cuatro conceptos, que son casi normas, para definir Casa Capicúa: La idea de que como en casa, no se come en ninguna parte; que el diseño tiene que ser vivido; que la terraza debe tener el mismo peso que el interior, y que este bar cafetería ha ser un lugar para el tejido cultural de la ciudad.

La premisa de la que nace la propuesta gastronómica es la unión entre la producción artesanal y casera y la creatividad culinaria. Repostería recién horneada, sándwiches completos con ingredientes de proximidad y temporada, opciones vegetarianas y vegetarianas y una carta de bebidas centrada en el café y los zumos naturales. Nutrición, sabor y disfrute que se dispensarán en un proyecto de arquitectura firmado por Carmen Baselga Taller de Proyectos, el premiado estudio multidisciplinar que ha apostado por un concept design en el que los colores mediterráneos y la combinación de materiales contribuyen a ilustrar la narrativa de vida urbana, mar y huerta que se aprecia en la carta.

De los altísimos techos del interior cuelga un océano de peces azules de cerámica valenciana diseñados por Lorna Benavides. Estos elementos decorativos aluden a esa València que tendría que mirar siempre al mar. La terraza exterior se ubica en una tranquila y amplia calle peatonal, Padre Jofré, que desemboca en la agradable plaza de Vannes. Una vuelta al barrio a pie de calle.

¿Qué se comerá en Casa Capicúa?

Las hermanas Benito han configurado el expositor de su proyecto en un área de salado y otra de dulce. En esta última convive la repostería clásica —coca de llanda o bizcocho marmolado— con el dulce internacional: cookies, brownie, bollos de canela, babka —un pastel que proviene de Polonia, Lituania o Eslovaquia y que prepararán para los fines de semana—, o rugelach, un dulce judío de origen asquenazí también propio del ideario dulce polaco.  

El salado parte de las tradicionales cocas de pisto o de verduras, y vuela hacia otras masas con las focaccias o las quiches de bacon, champiñones y cebolla o queso Stilton, pera y puerro. Para el desayuno o almuerzo clásico de entre semana, ese que se toma para aguantar la jornada y durante cinco minutos, no mirar el móvil, ofrecerán el típico combo de café o infusión más tostadas de brioche o masa madre.

Con los panes, provenientes de Molt, The Baker y el horno Alfonso Martínez, elaboran  sándwiches de pollo adobado, tomate seco, pepinillo agridulce, mayonesa de mostaza y rúcula con pan de masa madre, tostadas en brioche con Crema de cacao y avellana, plátano, coco y hierbabuena o un bánh - mi, el bocadillo más emblemático de la cocina vietnamita, a base de porchetta, hortalizas encurtidas, alioli verde y salsa de pescado. Entre las opciones vegetarianas, la pita de berenjena asada con un toque picante. «Cuando cojamos rodaje introduciremos un menú del día que constará de una crema vegetal o una ensalada y un único plato principal, equilibrado y con mucha presencia de verduras y legumbres». La tendencia de la alimentación consciente, divertida y de cercanía tiene su sitio a metros de la plaza de España.


¿Y de beber?

Puede que en unos meses, cuando hayan rodado y dominado la Rocket Espresso con la que van a contar para tirar solos y cafés con leche, estemos ante una de las nuevas caras del café de especialidad en València. Right Side será la marca con la que empiecen a repartir buena cafeína, que también venderán para consumo doméstico. Leopoldo Turcios y el descafeinado Amigos de Nariño, dos cafés equilibrados que comparten carta de bebidas con la golden milk de leche de coco y especias y los licuados.

Cultura con un sándwich en la mano

Tomando como ejemplo los cafés literarios de comienzos del siglo XX, Casa Capicúa quiere ser un punto de encuentro creativo y un escaparate de la cultura y la artesanía valenciana. Cuando las circunstancias sociosanitarias lo permitan, las hermanas Benito quieren implementar un programa de eventos que contará con talleres de lectura, exposiciones, catas y workshops gastronómicos. Entre las actividades figurarán una serie de encuentros y charlas divulgativas sobre feminismo.


Del interés por la cultura gastronómica deriva una improvisada red de iniciativas de la ciudad con el foco en la sostenibilidad y en el carácter autóctono. Este proyecto está vinculado a otros como el mencionado Molt, uno de los obradores de València que más alegrías panarras da, o la cerámica de Adriana Cabello, de donde proviene parte de la vajilla.

Las puertas de esta casa regentada por cuatro manos gemelas abrirán la tercera semana de mayo, en horario de 8 de la mañana a 20 de la tarde.

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