CASTELLÓ. La Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte ha iniciado la tramitación del expediente para la declaración de bien de interés cultural, con categoría de sitio histórico, a favor de la Real Fábrica de Loza y Porcelana del Conde de Aranda de Alcora, en L'Alcora, según ha comunicado la Generalitat a través de un comunicado.
Tal como recuerda la Conselleria, la fábrica de loza fina y superfina de L'Alcora suministraba productos cerámicos de alta calidad principalmente para consumo nacional; sin embargo, alcanzó gran proyección internacional y se puso a la altura de las ya existentes en Europa, y conservó piezas que hoy en día están en importantes museos y colecciones privadas de todo el mundo. El negocio se levantó en 1727, propiciado por la política proteccionista implantada por Felipe V y fundada por un poderoso ilustrado, Don Buenaventura Pedro de Alcántara Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, IX conde de Aranda.
El éxito de la empresa se debió a la estructura productiva; a la búsqueda de las mejores materias primas (incluso en el extranjero); a la continuada formación de los operarios; a la contratación de destacados técnicos; a su voluminoso archivo de dibujos y grabados (fuente de inspiración para los artistas), y a la distribución y comercialización de la loza (venta en la propia fábrica, venta ambulante a través de arrieros e instalación de factorías o almacenes en las principales ciudades).
El resultado fue un producto de la máxima calidad tanto técnica como artística, cuyas obras maestras están consideradas por los especialistas como la mejor loza europea del siglo XVIII. Esta Real Fábrica constituye un antecedente del actual sector del azulejo de la provincia de Castellón, debido a la tradición que fue transmitida por la mano de obra altamente cualificada procedente de la fábrica.
La fábrica ha pasado por diferentes etapas empresariales hasta que cerró definitivamente en 1989. El edificio ha sufrido deterioros con el paso del tiempo y actualmente se conserva la nave con una zona de dos plantas, donde destacan tres hornos de tipo intermitente, con tiro vertical directo, que carecen de chimenea y que funcionaban según los ciclos de carga, cocción y descarga.
Con la declaración de bien de interés cultural, con la categoría de sitio histórico, se pondrá en valor y conocimiento un lugar destacado de nuestra historia económica y se propiciará la recuperación de su importante arquitectura e instalaciones