VALÈNCIA. Entra la comisión fallera a la plaza y ahí está la Virgen tomando color poco a poco. Su imagen, como ráfaga de aire, impacta casi al instante a la que, ramo en mano, se descompone y empieza a llorar. Es un momento de éxtasis que, sobrepasado, se convierte para algunas personas en un milagro, una sensación que se ubicaría entre la boda de una hija y una aparición mariana. A esta experiencia valenciana se le llama la llumenà.
Ahora imaginen que, en medio de este éxtasis, con todos los sentidos apuntando a la virgen, aparece un destello, un flash. “Muchas ni siquiera se dan cuenta porque están a su rollo”. El flash es el de la cámara del fotógrafo valenciano Francesc Planes. “No me escondo, pero sí me quedo en un rincón esperando a ver una cara que me parezca peculiar, y cuando la veo, me acerco, hago la foto rápido, y me voy”.
La llumenà también es el nombre del proyecto fotográfico de Planes, que presenta a partir del 13 de marzo en Volta Art Gallery, un reportaje genuino de uno de los actos falleros más icónicos. El acercamiento del fotógrafo es tal cual: como viene siendo habitual en su estilo, fotos improvisadas, un flash que remarque los contrastes, y modelos estilizadas.
Planes lleva detrás de La llumenà desde 2016. En esas fallas se realizó un proyecto fotográfico colectivo llamado El diari indultat, que reunió artistas locales y estatales para que retrataran las fiestas falleras. “Me colé en la plaza de la Virgen mientras era la Ofrenda y empecé a ver la gente llorando, a Julio Tormo… Y empecé a tirar fotos”, explica. Esa primera experiencia le instaló una fascinación que ha materializado ahora en este proyecto.

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- Foto: FRANCESC PLANES
Francesc Planes estuvo unos años fotografiando València sin conseguir vivir de ello. Su mirada única a las fiestas y tradiciones se fue puliendo, pero el trabajo le llevó a instalarse en París hace dos años. Allí ha trabajado para Balenciaga, Loewe o Schiaparelli y ha publicado en revistas de prestigio como Vogue, i-D, M Le Monde y The New York Times Style Magazine.
Su carrera es fruto de casualidades y entrar donde le invitaban y donde no. Empezó como asistente, estuvo muchos años sin fotografiar, y ahora atiende la entrevista de Culturplaza mientras trabaja en la Fashion Week de París.
Pero esa mirada única a la feria de las vanidades es la misma que se formó retratando las fallas o el corpus. Tanto para los reportajes fotográficos de las fiestas de sociedad como para la Ofrenda, Planes se hace valer de herramientas similares: un imán para las caras estilizadas, detalles de maquillaje y moda, el flash, los labios rojos… Sin embargo los proyectos son totalmente diferentes: “Este proyecto me interesa mucho porque tiene un sentido más cultural y más arraigado. Es más puro y menos postureo de lo que estoy acostumbrado a hacer en los últimos años”, explica.
La colección de fotos son instantes que sobrepasan los protocolos abigarrados y, sin salir del marco visual de las fallas, le da un enfoque nuevo. Planes tira muchas fotos sin necesidad de calcular de más. Lo importante es haber cazado la cara, la emoción, la llumenà. “Eso es algo que también busco en las fotos que hago de moda. Busco emociones y expresiones, aunque la mayoría de veces acaban seleccionando las poses más asépticas”.

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- Foto: FRANCESC PLANES
La fotografía contiene el asombro que le genera a Francesc Planes la Ofrenda, pero también tiene un punto de humor. ¿Hay una crítica? ¿Una burla? “Hay humor. A mí simplemente me interesa el momento, el llanto, el maquillaje… No sé si se puede entender de mis fotografías que haya burla, pero a mí lo que me llama la atención son los personajes”, concluye.
La llumenà es una vuelta a los orígenes, pero con el estilo pulido que Planes no tenía en 2016. Su vocación estaba en València y su trabajo se ha quedado en París. El proyecto es la espinilla desclavada.
A la exposición en Volta Art Gallery le acompañará una publicación que se podrá comprar en la propia galería y en la web del fotógrafo, una colección de postales con algunas de las fotos.