VALÈNCIA. Se dice mucho aquello de que Italia es un auténtico museo al aire libre, un país en el que, mires donde mires, hay arte. No en vano, acumula el mayor número de lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Pero entre sus calles y muros todavía hay hueco para dibujar el futuro, nuevas miradas entre las que también encuentran su espacio firmas ‘marca València’. Entre ellas, dos clave para entender nuestra escena de arte urbano: el dúo PichiAvo, formado por Juan Antonio Sánchez y Álvaro Hernández, y Dulk, sobrenombre del creador Antonio Segura.
Todos ellos han hecho la maleta este verano con dirección al pequeño municipio de Vallà, ubicado en la región del Véneto y a unos 50 kilómetros de Venecia. Allí se despliega The Wallà, un proyecto de regeneración urbana impulsado por la asociación cultural Collettivo BocaVerta que pretende convertir el pueblo en un innovador museo al aire libre a través de la colaboración de diferentes artistas de ámbito nacional e internacional, un proyecto que, en cierta medida, tiene un espejo valenciano con Fanzara.

Así, la iniciativa tiene como misión transformar espacios degradados en grandes lienzos artísticos, una suerte de festival de street art que desde que se pusiera en marcha en el año 2021 ha dado une nueva vida al entorno urbano con 26 murales de gran formato, con más de mil metros cuadrados de paredes rehabilitadas. “El hecho de que dos artistas de València coincidan en un mismo proyecto en Italia no es solo un orgullo para nuestra comunidad, sino también un símbolo de cómo el street art crea puentes culturales que trascienden fronteras”, señalan desde la organización.
Precisamente en este contexto la obra del dúo PichiAvo cobra nuevas capas de lectura, pues desde hace años plantean una singular propuesta con la que generan un diálogo entre el arte clásico y el grafiti callejero, una suma de factores que les ha llevado a firmar proyectos en todo el mundo, como un icónico mural en el Houston-Bowery Wall, en Nueva York, o firmando la falla municipal Procès Creatiu, que presentó su propuesta en tres dimensiones y gran formato en plena plaza del Ayuntamiento.
En esta ocasión han creado una Nike alada inspirada en la escultura clásica griega, aunque reinterpretada con su inconfundible sello. La figura de la diosa del triunfo y la victoria se erige poderosa y serena, coronada por una guirnalda de laurel, “combinando la fuerza del arte clásico con la energía del graffiti contemporáneo”. En este sentido, la obra se presenta como una metáfora de la victoria compartida, del diálogo entre tradición y modernidad, entre la herencia cultural y la vibrante expresividad de la calle.

Por su parte, la obra de Dulk se caracteriza por su mirada onírica al mundo vegetal y animal, que representa a través de figuras enigmáticas que parten del mundo real para terminar dibujando escenas surrealistas, un trabajo que le ha llevado a ser deignado como embajador de National Geographic o, como Pichiavo, a llevar su trabajo al 3D como diseñador de una de las fallas municipales de València, en este caso bajo el lema Protegeix allò que estimes.
“En esta obra he reunido un grupo de personajes que, como muchas especies en peligro de extinción, se ven obligados a migrar en busca de un lugar mejor”, explica el artista. La caravana está guiada por una zorra, símbolo de astucia y vulnerabilidad, acompañada por criaturas híbridas que parecen surgir de un sueño: una rana con cuerpo de dinosaurio, un búho de mirada sabia, un caracol que se transforma en garza. “Cada uno de ellos representa el intento mismo de la naturaleza de reinventarse para sobrevivir. Todos avanzan juntos, en una migración simbólica guiada por el espíritu del viaje. Es una invitación a imaginar nuevos caminos y nuevas formas de convivencia”.