VALÈNCIA. España es uno de los países europeos con menor cultura financiera. Según encuesta del Eurobarómetro, los países con más conocimiento son Países Bajos (43%), Dinamarca (40%), Finlandia (40%) y Estonia (39%), donde aproximadamente cuatro de cada diez encuestados muestran un alto nivel de los conceptos financieros. España, con un 19%, se sitúa solo por delante de Chipre, Portugal y Rumanía.
Así, si tomamos como referente la Encuesta de Competencias Financieras del Banco de España, solo el 65% de los entrevistados españoles responde correctamente sobre qué es la inflación; el 41% acerca del interés compuesto y el 52% sobre la diversificación del riesgo. Cerca de la mitad de la población no comprende adecuadamente estos tres conceptos clave para tomar decisiones de consumo y financieras. De ahí que la figura del asesor financiero, un experto en la materia, sea clave para ayudarles y acompañarles en esas decisiones.
Sin embargo, de lo que sí que cada vez son más conscientes los españoles es de la necesidad de planificar sus finanzas, y aquí también vuelve a importante la figura del asesor financiero. Y es una necesidad que crece año tras año, ya que, según Inverco, los ahorros han pasado de alcanzar los 1,75 billones de euros en 2008 a superar los 2,88 billones en 2024, lo que significa que hay un incremento considerable de un ahorro que se debería gestionar adecuadamente. Además, influye un contexto económico y geopolítico cada vez más complejo y cambiante: a los distintos conflictos internacionales se unen la incertidumbre generada tras la covid-19, las elecciones en Estados Unidos o en Alemania o la tensión entre China y Estados Unidos (que también afecta a la Unión Europea), entre otros acontecimientos. Mientras, a nivel más local, influyen en esa necesidad de planificar sus finanzas dos aspectos: primero, que el sistema público de pensiones ya acumula una deuda superior a los 100.000 millones de euros, y segundo, en 2022 y 2023, se vivió un fuerte incremento de la inflación que llevó, a su vez, a una fuerte alza de los tipos de interés a la que nos estábamos acostumbrados, ya que, con anterioridad, habíamos tenido tipos de interés extremadamente bajos e incluso negativos.
Una coyuntura que va acompañada de un contexto de sobreinformación (y también desinformación) que genera gran incertidumbre entre los inversores. Y es precisamente en estos momentos cuando es importante contar con una persona que nos ayude a tener mayor perspectiva de cómo el contexto nos puede influir en nuestra planificación financiera personalizada para tomar las decisiones oportunas, sin dejarnos llevar por las emociones del momento.
De hecho, cada vez son más demandados estos servicios profesionales y personalizados, para que les asesoren en la toma de las mejores decisiones financieras. No hay que olvidar que se ha producido una fuerte transformación del sector financiero desde 2008, cuyos efectos principales son la desaparición de muchas oficinas bancarias —según el Banco de España han disminuido un 62%, pasando de 46.065 en 2008 a 17.388 en 2024—, y la digitalización que, en la mayoría de los casos, se traduce en una dificultad cada vez mayor de poder tratar directamente con personas.
Y esa cercanía, la posibilidad de poder contar siempre con el acompañamiento de una persona que nos conozca, es una de las claves del auge de los asesores financieros. Estos profesionales de las finanzas, altamente cualificados, se implican con las necesidades de los clientes, ofreciendo un trato cercano y una planificación financiera a medida, enfocada en las necesidades de la persona y no en productos concretos, siempre con el soporte de todos los avances tecnológicos, pero con la persona como referencia.
Eso aporta a los inversores acompañamiento y tranquilidad. Así, el asesor financiero, como los Family Banker de Banco Mediolanum, están al lado del cliente, acompañándole en la toma de decisiones en relación a la planificación de su patrimonio.
Además, las ventajas del asesoramiento financiero no son solo para los inversores y ahorradores, también es un modelo que ofrece una oportunidad para los profesionales del sector financiero. Por ejemplo, los Family Banker de Banco Mediolanum pueden decidir a qué ritmo quieren desarrollar su carrera profesional, lo que les genera más facilidades para conciliar su vida personal y profesional. Asimismo, el profesional puede centrarse en construir una relación a largo plazo y confianza con el cliente, acompañándolo a lo largo de las diferentes etapas de su vida.
El asesor financiero es el eje central de Banco Mediolanum que cuenta, en la actualidad, con una red de más de 1.600 Family Banker en España, que se vuelcan en ofrecer a los ahorradores una relación personalizada y cercana para poner realmente al cliente en el centro.
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