MADRID (EFE). El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, será reelegido, previsiblemente, como consejero ejecutivo para un nuevo mandato en la Junta de Accionistas que se celebrará en Bilbao el 29 de marzo y será la cuarta vez que renueve como consejero de la compañía que preside desde 2006.
Fue nombrado vicepresidente y consejero delegado de Iberdrola en mayo de 2001, y renovó como consejero el 17 de marzo de 2005, el 26 de marzo de 2010 y el 27 de marzo de 2015. Sánchez Galán preside Iberdrola desde el 26 de abril de 2006, cuando sustituyó a Íñigo de Oriol, quien estuvo 47 años al frente de la compañía.
Iberdrola era por entonces la segunda eléctrica del país, por detrás de Endesa, pero la dimensión internacional que adquirió la llevó al primer puesto, mientras el actual propietario de Endesa, el grupo italiano Enel, escindía de la compañía española el negocio en Latinoamérica.
En esa expansión internacional de Iberdrola, se inscribe la compra de la británica Scottish Power, que se hizo efectiva en abril de 2007, así como la fusión por absorción de la estadounidense UIL Holdings, que se cerró a finales de 2015 y dio lugar a Avangrid.
En Brasil, Iberdrola compró Elektro, que fusionó con la participación que tenía en Neoenergia, operación aprobada por los accionistas de esta última compañía en 2017 y que dio lugar, en ese momento, a la mayor eléctrica de Latinoamérica por número de clientes.
Iberdrola ha llevado a cabo en las últimas dos décadas inversiones por valor de 100.000 millones de euros en energías renovables (eólica e hidroeléctrica), redes eléctricas inteligentes y almacenamiento (centrales de bombeo).
La compañía, que cerró 2018 con más de 47.400 megavatios (MW) de potencia operativa, tiene ahora el triple de potencia instalada que en 2001, a pesar de haber cerrado en todo el mundo centrales térmicas de carbón y fuel que sumaban 7.500 MW de capacidad instalada. Además, tiene cinco veces más líneas de distribución que en 2001, con más de 1,1 millones de kilómetros en la actualidad.
En la junta también se nombrará a la catedrática de Economía y actual directora de la Fundación ISEAK, Sara de la Rica, como nueva consejera independiente en un consejo en el que ya no estará el exministro Ángel Acebes, al no ser propuesta su reelección por el consejo de administración. Sí que están propuestos para ser reelegidos María Helena Antolín, José Walfredo Fernández, Denise Holt y Manuel Moreu, en tanto que Xabier Sagredo Ormaza, que pasa de ser consejero externo a independiente, será reelegido y ratificado.
La junta también deberá aprobar las cuentas de 2018, ejercicio en el que Iberdrola rebasó por primera vez los 3.000 millones de euros de beneficio neto -en concreto ganó 3.014 millones, que suponen más de tres veces el beneficio neto de 2001, que fue de 906 millones. Además, Iberdrola, en la que Sánchez Galán tiene 10,5 millones de acciones (un 0,161 % del capital total), vale ahora cuatro veces más en bolsa que en 2001, con una capitalización que ronda actualmente los 50.000 millones de euros.
La junta votará también dos aumentos de capital liberado, uno por un importe máximo de 1.520 millones de euros y otro de 1.235 millones, para atender el programa de dividendo flexible de Iberdrola, que permite al accionista optar por recibir su retribución en acciones o en metálico. También se someterá a aprobación una reducción de capital mediante la amortización de 280 millones de acciones (un 4,30 % del capital social) para paliar el efecto dilutivo del dividendo flexible.