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Barberá mueve la línea roja de Bonig y fractura al PP nacional

Bonig se enfrenta a un pulso con los concejales: quiere que dejen el acta mientras los ediles insisten en continuar tal y como Barberá respalda. Mientras, el PP se divide en declaraciones aunque abre un expediente informativo a la ex alcaldesa y los investigados

16/03/2016 - 

VALENCIA. La ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, no dejó indiferente a nadie este martes con su comparecencia tras alzarse el secreto de sumario sobre la causa del presunto blanqueo de capitales del grupo municipal del PP. La ahora senadora generó división de opiniones en dirigentes nacionales y compañeros de escaño: mientras unos dieron por buenas las explicaciones, otros las consideraron "insuficientes".

Al final del día, la dirección del PP anunció a través de su vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo que abría expediente informativo a Barberá y a los investigados en la causa. Un proceso contemplado en los estatutos ante la imputación de los cargos o militantes de base y sobre la que la ex alcaldesa de Valencia quitó importancia: "Son cosas que están en los estatutos y punto final", zanjó, al ser preguntada en los pasillos del Senado.

Las teorías en el seno del PP son diversas sobre el cruce de reacciones producido ante la segunda rueda de prensa de Barberá: una cita con los medios en la que la senadora volvió a dejar claro que no dimitiría y en la que fijó la entrega del acta cuando se abra juicio oral, apelando a los estatutos del partido que así lo corroboran. Una manera de 'mover' la línea roja que pretende imponer la presidenta regional del PPCV, Isabel Bonig, quien acordó con los concejales que dejarían el acta si se mantenían como imputados cuando se produjera el alzamiento del secreto de sumario.

De esta manera, la ex alcaldesa echaba un capote a los que fueron sus compañeros en el grupo municipal, que este mismo martes dieron una rueda de prensa encabezados por el ex portavoz y edil Alfonso Novo para anunciar que no dejarían sus actas de concejal al considerar que no existen "pruebas concluyentes" en el sumario levantado y apuntando al "resentimiento" para justificar los testimonios que apuntan al blanqueo de capitales.

Este miércoles está previsto un encuentro entre la dirección regional y los concejales si bien ayer ya hubo contactos sin que se aproximaran las posiciones. Bonig, según fuentes oficiales del PPCV, está decidida a insistir en que los ediles investigados dejen el acta mientras que los concejales se mantienen firmes en su opción de continuar en el consistorio.

De hecho, incluso desde ambos bandos se arrogaban distintas interpretaciones a la hora de valorar el expediente informativo abierto desde Génova. Mientras la dirección regional subrayaba que era un gesto de respaldo para Bonig y su intención de reclamar las actas a los concejales, desde el entorno de éstos señalaban que esta medida era la que marcaban los estatutos nacionales y que ello no incluía abandonar su puesto en el Ayuntamiento ni en el grupo al no haberse iniciado un expediente disciplinario.

Carrusel de reacciones dispares 

La jornada fue larga e intensa. El líder del PP, Mariano Rajoy, fue uno de los primeros en reaccionar a la intervención de Barberá al manifestarse "tranquilo" al conocer que la ex alcaldesa se había mostrado dispuesta a declarar voluntariamente por el caso de blanqueo. Sin embargo, destacados responsables de la dirección nacional como Javier Maroto y Pablo Casado consideraron "insuficientes" las explicaciones de la senadora.

Así, mientras el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, valoraba que Barberá diera luz verde a comparecer ante el juez, unas palabras corroboradas por su homólogo del Senado, José Manuel Barreiro, otros compañeros de bancada en la Cámara Alta manifestaban su "incomodidad" por la continuidad de la exalcaldesa en el escaño.

De hecho, uno de los que habló sobre ello fue precisamente el ex presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, quien invitó a Barberá a que asumiera "su responsabilidad". "Estas cosas están minando la confianza de los ciudadanos hacia nosotros", sentenció, en una clara invitación a que la senadora dejara su acta. En esta línea se manifestó el líder provincial del PP de Castellón y presidente de la Diputación, Javier Moliner, quien recomendó a la ex alcaldesa dar "un paso al lado", para asegurar que él lo haría si estuviera en su lugar.

Una cascada de declaraciones que evidenció la división de opiniones que genera este asunto y que Génova trató de zanjar con la apertura del expediente informativo pese a que Rajoy había manifestado su "tranquilidad" tras la comparecencia de Barberá. Así, mientras algunos interpretan lo sucedido como una escenificación del "poli bueno" y el "poli malo" por parte del líder y sus acólitos, otras fuentes populares atribuían la reacción final al malestar expresado por dirigentes como Maroto y Casado. En cualquier caso, el problema sigue pendiente de resolución para el PPCV de Bonig, que tiene en la tercera ciudad más grande de España un grupo municipal desautorizado y con graves problemas de credibilidad.

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