VALÈNCIA. Ben Ritchie, director de renta variable europea de Aberdeen Standard Investments, pasó por València hace tres semanas para participar en la quinta edición de Rankia Funds Experiencie, el mayor evento para profesionales de la inversión en España organizado por la primera comunidad financiera online en lengua castellana como es la valenciana Rankia.
Hablar de Aberdeen Standard Investments es hacerlo de la mayor gestora del Reino Unido y una de las más grandes de toda Europa, que al cierre del primer semestre ascendían a 577.000 millones de libras esterlinas, es decir, unos 672.000 millones de euros. A continuación la charla mantenida con Ben Ritchie.
-En primer lugar, dos de los mayores riesgos para la economía parecen haberse encauzado, la 'guerra comercial' entre EE UU y Europa y el Brexit parece acercarse a su final. ¿Serán estas noticias un buen catalizador para la economía mundial y los mercados?
-Ya han tenido efecto. Las noticias políticas positivas, especialmente las que se refieren a las perspectivas del comercio mundial, coinciden también con algunos datos económicos positivos: hay varios indicios de que la actividad económica se está estabilizando o incluso mejorando moderadamente en las principales economías. Además, las recientes declaraciones de muchas empresas sugieren que el crecimiento de los beneficios en 2020 será aceptable, aunque no muy fuerte. Sobre esta base, muchos inversores que antes estaban nerviosos han comenzado a reconsiderar qué posiciones deben tener en cartera, en particular para comprar activos más baratos, por lo que el mercado de renta variable europeo ha alcanzado su nivel más alto desde la primavera de 2018.
-¿Cuáles son sus perspectivas para la renta variable hasta finales de año?, ¿veremos un rally de fin de año o un último trimestre como el del año pasado?
-Esperamos que esta tendencia al alza en los mercados bursátiles mundiales continúe hasta finales de año y, de hecho, hasta 2020. Los factores positivos son varios como la baja probabilidad de recesión, las expectativas de que los beneficios seguirán creciendo, las valoraciones son razonable, así como el posicionamiento prudente de muchos inversores. Sin embargo, sería bueno recordar que los mercados también se estaban configurando para un rally de fin de año a finales de 2018. Sin embargo, todo cambió drásticamente el pasado mes diciembre debido a las malas noticias políticas relacionadas con el comercio. Hay muchos focos políticos en todo el mundo que podrían afectar seriamente el sentimiento de los inversores.
-¿Cree que a pesar de los intentos de los bancos centrales y con algunos de los principales problemas ('guerra comercial' y Brexit) en vías de solución queda más recorrido a la bolsa?
-Los argumentos de valoración a largo plazo para la renta variable global son claros: mientras la economía mundial se expanda de forma moderada y las empresas puedan ofrecer un crecimiento de los beneficios suficiente para pagar dividendos sobre las acciones e intereses sobre los bonos, siempre que los balances de las empresas estén en una forma razonable y siempre que las primas de riesgo político estén contenidas en lugar de aumentar, los argumentos de valoración para la renta variable pueden funcionar bien en un mundo de tipos de interés bajos, incluso negativos. En resumen, el argumento de la brecha de rendimiento apoya a la renta variable siempre y cuando se evite la recesión. Esto no significa que estemos ante el comienzo de un mercado alcista ya que las valoraciones son razonables, no baratas; la política monetaria se está volviendo menos eficaz y presenta distorsiones más evidentes; la rivalidad estratégica entre los Estados Unidos y China es muy significativa para regiones como Europa. Nuestro análisis de rentabilidades a largo plazo es positivo, pero no sugiere que las rentabilidades futuras de la renta variable sean tan sólidas como en el pasado.
-¿Cree que esta nueva fase expansiva de los bancos centrales puede ayudar a las bolsas?
-Ya ha ayudado; los rendimientos más bajos de los bonos son un factor muy útil para impulsar las valoraciones de los mercados de renta variable. Podemos esperar poco más en términos de recortes de tipos por parte de EE.UU. o Europa, pero China y algunas otras economías podrían poner en marcha una política más expansiva en 2020. Las implicaciones son claras: cada vez hay más inversores que abandonan el efectivo y se dirigen a mercados de renta fija y renta variable de mayor rendimiento. Sin embargo, se están planteando interrogantes sobre las numerosas distorsiones que está creando un mundo de tipos de interés bajos o negativos; de ahí el creciente interés por saber si una política fiscal más laxa podría mantener la actividad hasta 2020-21, ya sea en Europa o en otros países.
-¿Qué le parece Christine Lagarde como sucesora de Mario Draghi?
-El camino para que la labor de Christine Lagarde sea efectiva está obstaculizado por una barrera gigante: los gobiernos nacionales. Christine Lagarde es una excelente presidenta del BCE. Aporta una vasta experiencia como ministra de finanzas y jefa del FMI. Y aunque no es una economista formalmente formada, el personal del BCE la apoyará hábilmente en su trabajo. Sus anteriores pronunciamientos sobre la política monetaria sugieren que se inclina hacia una dirección dovish. Ella ha sido partidaria de las políticas de expansión cuatitativa (QE), que el BCE ha reanudado recientemente. Y el FMI bajo su supervisión ha apoyado en líneas generales los tipos de interés negativos, aunque es consciente del potencial de desestabilización financiera que también conllevan esas políticas. La continua desaceleración del crecimiento económico de la Eurozona y la ausencia total de presiones inflacionistas subyacentes significan que bajo la presidencia de Lagarde probablemente veremos nuevos recortes de los tipos de interés. Reducir aún más el coste de los préstamos sería útil para apoyar la actividad económica. Pero, con unas tasas ya tan bajas, la política monetaria no puede sacar a la economía de la Eurozona de su depresión por sí sola.
-¿Y qué es lo que realmente la Eurozona?
-Lo que realmente necesita el bloque de la moneda única es que los gobiernos busquen el estímulo fiscal, emprendan profundas reformas estructurales y promuevan la agenda de la integración europea. Todo el mundo lo sabe, y el presidente saliente del BCE, Mario Draghi, ha pasado años repitiendo el mensaje sin cesar, en gran medida en vano. Pero si alguien puede incitar a los gobiernos de la Eurozona a actuar, es Lagarde. Tiene una experiencia única tanto en la supervisión de la política fiscal nacional en Francia como en el asesoramiento a los gobiernos sobre sus políticas fiscales en todo el mundo. Es el operador político consumado que necesita la economía de la Eurozona. Ahora, necesita que los gobiernos nacionales inicien el juego.
-Como gestor activo, ¿cree que siguen existiendo oportunidades en el mercado europeo?, ¿dónde están?
-Creemos que todavía existen muchas oportunidades en Europa para los gestores activos que se basan en el stock picking y que disponen de la escala y los recursos suficientes para analizar el mercado a fondo. Europa cuenta con grandes marcas y tecnología y una historia de trabajo a nivel internacional, y dentro de este ámbito creemos que hay algunas empresas de mucha calidad que continuarán creciendo sea cual sea el mercado o el entorno económico. En un mundo de bajo crecimiento, bajos tipos de interés y una baja rentabilidad de los bonos, creemos que la rentabilidad por dividendo de la renta variable es muy atractiva y constituye una fuente de ingresos muy interesante. Por último, el entorno de bajo crecimiento obliga a algunas empresas a reevaluar sus modelos de negocio y a tomar medidas para crear valor. Como resultado, aunque de forma compleja, Europa ofrece un excelente universo para seleccionar valores dentro del cual podemos identificar esas oportunidades.
-¿Cuál es su visión de la bolsa española?
-El mercado español estará marcado por la evolución del sector de los bancos, que tiene tanto peso en su índice. Lo mismo ocurre con las telecomunicaciones, los servicios públicos y la construcción, en los que vemos perspectivas algo dispares a pesar de que la economía sigue creciendo más que su entorno. Dicho esto, todavía vemos oportunidades específicas atractivas en el mercado.
-¿Afectará a esta visión la situación política?
-Estamos relativamente relajados sobre el comportamiento de nuestras inversiones en España en el futuro, independientemente de la dinámica política. En términos más generales, el país sigue mostrando un comportamiento económico relativamente bueno a pesar de varios años de incertidumbre política. Tenemos pocas razones para pensar que se mantendrán estos resultados superiores a los de otros países europeos, dada la naturaleza relativamente dinámica de la economía y el enfoque más flexible de los mercados de trabajo. Si bien los bancos están muy presentes en el IBEX 35 y estos se enfrentan a sus propios retos estructurales, sigue habiendo muchas oportunidades interesantes en el mercado español y, como resultado, seguimos siendo optimistas en cuanto a las perspectivas de los stock pickers en ese país.
-¿Qué valores españoles le gustan?
-Utilizando nuestro marco de selección de valores bottom-up podemos encontrar una serie de excelentes empresas españolas en las que invertir. Un ejemplo de ello es Amadeus -la firma de tecnología de viajes-, una inversión importante y continua en su infraestructura ha creado una barrera económica fuerte y sostenible, lo que permite que Amadeus retenga anualmente a más del 95% de sus clientes y al mismo tiempo beneficiarse del crecimiento estructural a largo plazo del transporte aéreo. Estimamos que más del 80% de los ingresos de Amadeus son de naturaleza recurrente. La compañía ha utilizado el flujo de caja generado por su negocio principal para trasladarse a nuevas áreas, como los sistemas de reservas hoteleras y la informática aeroportuaria, que tienen un importante potencial de crecimiento en los próximos años. Otra empresa española líder mundial es la cadena de tiendas de moda rápida Inditex. El famoso modelo operativo de la compañía, rápido y ágil ha proporcionado una impresionante creación de valor para los inversores y ha permitido una importante expansión global fuera de España bajo la atenta mirada de su fundador, Amancio Ortega. Asimismo, Inditex ha invertido tempranamente en la integración de su oferta online con sus tiendas, lo que le sitúa muy por delante de su tradicional competencia minorista, y en la adaptación a los hábitos cambiantes de los consumidores, que cada vez más combinan la compra online con la compra en tienda. Consideramos que estas empresas están bien situadas para prosperar sea cual sea el clima político español.
-¿Cuáles tienen en sus carteras?
-Actualmente tenemos las dos acciones anteriores en nuestra cartera europea. También mantenemos posiciones en Repsol por su atractivo perfil de dividendos y rentabilidad en efectivo, y en Bankinter, donde el modelo de negocio sigue siendo distinto, los niveles de capital son atractivos y hay margen para nuevas ganancias de cuota de mercado.
-¿Qué sectores o valores españoles no les parecen tan atractivos?
-Como selectores bottom-up de valores no nos disgusta necesariamente ningún sector en particular. Sin embargo, es justo decir que desde hace tiempo tenemos una visión negativa de las empresas españolas de servicios públicos regulados que creemos que han estado ganando en exceso, especialmente en el segmento del gas -esta preocupación se ha materializado en las recientes propuestas del regulador, que está adoptando una postura más dura al haberse independizado a partir de principios de 2019- y que más intensamente se observa en la caída de la cotización de las acciones de Enagás desde sus máximos en marzo.
Para terminar, ¿cuáles son los riesgos a los que se enfrentan los inversores de renta variable a partir de ahora?
-Dado entorno de mayor debilidad del comercio mundial, los indicadores de crecimiento económico en toda Europa siguen siendo débiles. Esto se combina con un comportamiento corporativo bastante modesto, ya que los salarios más altos reducen los márgenes. Aunque las expectativas de beneficios para 2019 han disminuido, lo que el mercado espera ver en 2020 es casi con toda seguridad demasiado alto. Sin embargo, cabe señalar que los balances de las empresas en Europa son generalmente sólidos. Esto proporciona la oportunidad para la actividad de fusiones y adquisiciones y un retorno de efectivo a los accionistas.