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Blanquina March y la Inquisición

3/04/2019 - 

VALÈNCIA. La madre de Luis Vives, uno de los humanistas más importantes de Valencia, fue Blanquina March, una mujer valenciana del siglo XV que se convirtió en criptojudía y se casó con un converso, Lluís Vives Valeriola, comerciante valenciano. En 1493 fueron padres de Luis Vives, justamente reconocido como “la personalidad más europea del Renacimiento español”. Pero el proceso religioso y espiritual de Blanquina merece contarse.

El artículo 'Luis Vives y la Inquisición', de José Antonio Escudero explica cuál era el origen de Blanquina:

La madre, Blanquina, era también de familia judía y como judaizante abjuró en diciembre de 1487, muriendo en Llosa de Ranes, junto a Játiva, en septiembre de 1508. El ambiente      familiar de Luis Vives tenía así a la Inquisición como dramático punto de referencia, y es por ello muy probable -aunque no consta como seguro- que esas circunstancias le llevaran o le incitaran a ir a París en 1509, con dieciséis años, iniciando con ello un éxodo sin retorno.

Cuando Blanquina dio a luz a Vives reinaban en España los Reyes Católicos y en la Santa Sede estaba instalado Alejandro VI, que fue el Papa nº 214 de la Iglesia católica entre 1492 y 1503. El padre de Luis Vives fue detenido y procesado por 'judaizante' por el Santo Oficio, es decir, por la Inquisición. Según cuentan sus biógrafos, Salvador Vives -tío de Juan Luis- tenía una sinagoga secreta en su casa. El rabino de este centro era un primo hermano de Juan Luis llamado Miguel. Finalmente fueron delatados. 

Aunque Luis eludió la pena inquisitorial, la desgracia llegó en 1508, cuando Blanquina murió en Xátiva a causa de la peste. Fue enterrada en Alzira. Pero la muerte de Blanquina todavía tuvo más peso que su propia existencia. El viudo de Blanquina volvió a ser condenado en 1522 y murió en la hoguera, justo en lo que hoy conocemos como plaza del Mercado Central, frente a la Lonja de la Seda.

Fue entonces cuando Leonor y Beatriz, hijas de Blanquina, reclamaron 10.000 sueldos que Blanquina pidió como dote. Ganaron el pleito y un primer pago fue abonando en 1527. Pero el giro llegó después cuando, para evitar el pago completo, se inició un proceso por parte del inquisidor mallorquí, Arnau Alberti, que condenó a Blanquina -muerta hacía dos décadas- por herejía. Fue entonces cuando desenterraron su cadáver y quemaron sus restos.

Así lo recoge Escudero en su artículo:

            Llegamos así al decisivo 1529, año en el que, el 4 de junio, los inquisidores presentan una monición a los descendientes y herederos de diversas personas, y entre ellas de Blanquina             March, para que si lo desean defiendan su memoria.

            Si la monición es escrita en valenciano, al día siguiente, el 5, los inquisidores Juan de Churruca y Arnaldo Alberti expiden una citación en latín para que comparezcan los parientes ad deffendendum memoriam et famam istius Blanquine Vives. Así lo hace una tal Leonor March, quien se refiere a Blanquina y a la práctica de ese llamado ayuno del Perdón, y Beatriz Vives, la hija, quien testifica el 8 de junio diciendo que quiere deffendre la  memoria y fama de la dicha blanquina Vives mare sua.     

La acusación final estaba basada en dos puntos: Blanquina había practicado ritos y ceremonias judaicas (entre ellas, el ayuno del Perdón); en segundo lugar, Blanquina confesó algunos delitos menores en vida pero “habría dejado de confesar las herejías más graves, encubriendo además a otras muchas personas que eran herejes”. ¿El resultado? La extracción del cuerpo y la cremación de sus huesos. La sentencia se dictó el 31 de enero de 1530:

            (…) declarando que la madre de Luis Vives había cometido un crimen de herejía y apostasía, por lo que se anatematizaba su memoria, entregando su imagen en estatua al brazo secular, mientras sus bienes se aplicaban al fisco regio. Este fue, pues, el final de la penosa historia .

Esta historia que, por cierto, es registrada minuciosamente en el libro Procesos Inquisitoriales Contra La Familia Judia De Juan Luis Vives. I. Proceso Contra Blanquina March, madre Del Humanista, de Miguel de la Pinta Llorente y José María de Palacio. A todo esto, su hijo Luis Vives, vivía en Reino Unido, justo a Tomás Moro. Al conocer la noticia entra en un estado depresivo y rechaza la cátedra universitaria de Alcalá de Henares. Murió en Brujas en 1540.

Otra de las obras fundamentales para conocer bien la vida de Blanquina es Blanquina March i la Valencia jueva, de Marilda Azulay, arquitecta y experta en cultura judía. Con ella hacemos un recorrido por esta judería de Valencia, acompañados de fotografías, planos y documentos de una ciudad que hoy parece, prácticamente, olvidada.

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