VALÈNCIA. Primero fue la región china de Sichuan. Ahora es Bolonia. El Ayuntamiento de València está volviendo al pasado, regresando a los orígenes. La internacionalización del cap i casal que se inició durante la Transición tuvo varios referentes y se gestionó en muchos casos a través de la figura de los hermanamientos de ciudades. De entre ellos, el primero fue el de la ciudad transalpina. El 3 de octubre de 1978, hace ahora casi 39 años, la capital del Turia y la ciudad de los pórticos, la roja, docta y gorda Bolonia, sellaban un amor que durante las dos últimas décadas ha sido más bien tibio, y siempre por culpa de València.
Porque los puntos en común entre ambas ciudades, emocionales y personales, son muchos más de los que podría parecer a simple vista. Unas similitudes que se hicieron patentes allá en el lejano 1976, cuando València albergó una exposición dedicada a Bolonia dentro de los primeros actos del futuro hermanamiento. En esa muestra quedaba como claro como la evolución urbanística de ambas tenía tantos puntos de unión que resultaba casi inevitable el hermanamiento. La diferencia radicaba en el planeamiento urbano adoptado en los años 60, que provocó el crecimiento descontrolado de València y su comarca, mientras que en Bolonia, regida por el partido comunista, optaban por limitar la expansión urbana a 600.000 personas, tope al que no llega en la actualidad, con 387.000 habitantes.
Los hermanamientos y vínculos con esta ciudad, o con otras como Mainz (Maguncia), suenan a algo lejano y es porque en los últimos 24 años el PP hizo que estas propuestas fueran papel mojado. Es más, desde el ayuntamiento no tenían reparos en considerar en 2008 los hermanamientos como “algo trasnochado”.
Con el cambio de gobierno ha cambiado también la visión de los hermanamientos. En el Govern de la Nau no sólo están convencidos de que aún puede se obtener réditos de ellos, sino que también dan ejemplo con hechos. Una delegación integrada por representantes de seis entidades de la Comunitat, en la que participaba el consistorio, se ha desplazado esta semana a la ciudad italiana para participar en un encuentro empresarial en el marco del programa europeo Compete In. Junto a los representantes del consistorio fueron miembros de la Red de Institutos Tecnológicos, del centro tecnológico AINIA, de la Universitat de València y de la Federación de Industrias Alimentarias en una misión que ha estado organizada por IVACE Internacional.
Tal y como explica la primera teniente de alcalde y concejala de Desarrollo Económico, Sandra Gómez, esta delegación partió con el objetivo de ver, aprender y, si se considera oportuno, importar las buenas prácticas desarrolladas por el organismo de promoción exterior de Reggio Emilia, reconocidas por la Unión Europea. Concretamente, los integrantes de la delegación conocerán casos de excelencia en el apoyo a la internacionalización empresarial en la región así como las actuaciones que la región está llevando a cabo en el ámbito de la atracción de inversiones.
Los integrantes de la delegación valenciana tendrán la oportunidad a su vez de visitar el centro de innovación alimentaria de la región, así como celebrar encuentros en la Universidad de Módena, el ayuntamiento de Bolonia, el Centro de Desarrollo Tecnológico de Italia (ASTER), así como visitar las sedes de empresas implicadas en este proyecto europeo. Todo dentro del programa europeo Interreg cuyo objetivo es mejorar, a través del intercambio de experiencias y buenas prácticas, la eficacia de las políticas de desarrollo regional. Una resurrección del concepto de hermanamiento que ahora cuenta con el visto bueno de la UE y cuyo objetivo final no es, como hasta ahora, la promoción turística, sino favorecer la investigación, el desarrollo y la tecnología.