VALÈNCIA. Cuando los candidatos a suceder a Mariano Rajoy al frente de la presidencia del PP registraron sus avales, la presidenta del partido en la Comunitat, Isabel Bonig, aseguró que la dirección regional se mantendría neutral para no influir en el voto de los militantes. Una neutralidad que, no obstante, no han respetado los máximos cargos orgánicos regionales y provinciales en los últimos días y, especialmente, este fin de semana con la visita de la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a tierras valencianas.
En los distintos encuentros con militantes que mantuvo la aspirante a liderar el partido de la gaviota en las tres provincias, estuvo presente el equipo más cercano de la líder del PPCV. Unas apariciones de las que Bonig, quien no acudió a ningún acto de los convocados, quiso desentenderse este lunes: "Algunos fueron a título individual".
Con estas intervenciones, la presidenta de los populares valencianos se quedó sola en su discurso de neutralidad. Y es que, aunque en general se viene dando por hecho que Isabel Bonig apoya a Santamaría -por lo que el problema no vendría por el candidato arropado por su equipo-, fuentes del partido insisten en que la también portavoz del PPCV en Les Corts hubiera preferido que no se produjeran tantas y tan diversas fugas en la carrera de respaldo a los diferentes aspirantes. De hecho, muy pocos son los dirigentes -incluido en su entorno- que no se han significado públicamente o, al menos, dando consignas en privado.
No en vano, preguntada sobre si estas apariciones a título personal no eran una manera de condicionar el voto de los militantes, Bonig aseguró que "absolutamente nadie debería haber intervenido". "Ni diputados ni senadores que se postularon a favor de uno u otro", añadió.
Una crítica que salpica directamente a su equipo, por lo que más tarde -fuera de micro- quiso matizar sus palabras. Puntualizó que en el caso de que nadie se hubiera manifestado a favor de ningún candidato en los días previos a los actos convocados por Santamaría este fin de semana, entonces "nadie" debería haberlo hecho el pasado sábado en favor de la exvicepresidenta. "Pero si antes han intervenido otras personas en otros actos, también el resto tiene derecho a hacerlo. Libertad para postularse", subrayó.
Entre los miembros del partido que arroparon a Santamaría y que, por tanto, evidenciaron ese respaldo orgánico del que Bonig reniega "al menos en la primera vuelta", se encontraban el presidente provincial del partido en Alicante, José Císcar; su homólogo en Castellón, Miguel Barrachina; y el presidente de la gestora, Rubén Moreno, en València. Tres pesos pesados a los que se unieron también la número dos del PPCV, Eva Ortiz, y miembros de la dirección regional como Mari Carmen Contelles, José Juan Zaplana o Jaime Bronchud.
Ahora bien, suavizadas o no estas declaraciones, el fondo de las manifestaciones de la líder de los populares valencianos resulta el mismo: la presidenta del PPCV está incómoda con la visible ruptura de la pretendida neutralidad a la que aspiraba. No en vano, Bonig ahondó en la postura que ha adoptado desde que arrancara esta carrera: "La presidenta del PPCV no se va a pronunciar, porque creo en la democracia interna, lo he peleado desde que soy presidenta y creo en mis militantes y sé que harán un ejercicio de responsabilidad".
Pese a todo, y ante el ambiente que se respira de tensión entre los candidatos preferidos -nunca antes experimentado por la tradición de que sólo un candidato aspirara a la presidencia del partido para evitar divisiones-, la presidenta del PPCV pidió "generosidad y humildad en el que gane para integrar a todo el mundo y lealtad en el que pierda para remar y sumar".