VALÈNCIA (VP). ¿Qué pasa con los datos, fotos, vídeos y otros contenidos personales cuando una persona fallece? ¿Quién se hace cargo de las redes sociales de un ser querido que ya no está en este mundo? Ortega Servicios Funerarios ha puesto en marcha un nuevo servicio funerario de borrado de huella digital en València.
Entre los servicios de borrado de huella digital, Ortega Servicios Funerarios incluye el borrado del rastro digital en medios de comunicación, la eliminación de los contenidos que aparecen en los resultados de búsqueda de Google y el contenido de las redes sociales de la persona fallecida.
Además, esta funeraria valenciana ofrece la opción a todas las personas que lo deseen de crear un legado digital en vida. De esta forma cualquier persona que quiera que su rastro en Internet desaparezca una vez haya fallecido, puede dejarlo por escrito para que su familia cumpla su voluntad el día de mañana.
Según la web statista, solo en Instagram cada minuto se comparten 695.000 stories y 500 horas de vídeos subidos a Youtube. Con estos datos encima de la mesa y con el objetivo de ofrecer un servicio funerario completo, Ortega Servicios Funerarios se lanza al borrado de la huella digital de las personas fallecidas, “porque la privacidad y la seguridad de los datos de las personas siguen importando después de morir”, afirma Marta Ortega, directora de Marketing y Comunicación de la empresa.
Ortega Servicios Funerarios es una funeraria de València, independiente de compañías de seguros y de tradición familiar. Con más de 50 años de experiencia en el sector funerario y liderada por Isabel Ortega, esta funeraria valenciana no cesa en su empeño por ofrecer el mejor servicio funerario en Valencia.
Otras formas de despedir a quienes han vivido son posibles gracias a su nuevo servicio Homenaje a la vida. “Un concepto de ritual funerario tanto laico como religioso, alejado de entornos fríos y grises” afirma Marta Ortega, directora de marketing y comunicación de la compañía.
Este nuevo servicio funerario puede celebrarse para despedir a un ser querido o para rendir homenaje a su vida con una ceremonia póstuma después del funeral. En opinión de Marta Ortega: “es una forma de ofrecer a las familias la opción de organizar un evento de despedida de un ser querido muy diferente”.