EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

Brexit: la cara positiva

29/03/2023 - 

VALÈNCIA. Cuando Reino Unido (UK) votó para abandonar la Unión Europea en 2016, el Brexit fue una bomba polémica y propagandística. Después del sí, todavía más: se generaron dos bandos y los dos querían tener razón. La información se volvió pronto una narrativa monolítica, interesada y alarmista. Como inversores que somos, cuando hay esfuerzos coordinados por lanzar un mensaje único, desconfiamos: Europa no podía permitirse más escépticos, y UK tenía que demostrar que no necesitaba al continente.

Cuatro años después (2020), el proceso se consumó en pleno estallido de otra bomba global: la pandemia. Antes de eso, y en plenas negociaciones, ya expresamos nuestra visión positiva sobre el impacto del Brexit para UK a medio plazo. Así lo publicamos en esta casa y en notas de análisis para clientes pero ¿por qué ser positivos? Esta es la secuencia que nos parecía natural:

  1. Impacto negativo a corto plazo: Endeudamiento más subida de impuestos.
  2. Estímulo a la oferta interna: Reindustrialización, emprendimiento y empleo.
  3. Estabilización: La parte perdida del comercio con Europa se compensa.

Una especie de 'curva J', en la que UK acaba saliendo bien parada, más diversificada y con el Brexit superado. Algo que, desde luego, no es la narrativa de los medios.

De los costes del Brexit se han escrito ríos de tinta. Casi todos relacionados con el punto 1 anterior, más algunos algo surrealistas vinculando el Brexit con problemas propios en Europa. Los más sólidos se resumen en estos:

  • Menor competitividad.
  • Reducción del PIB.
  • Escasez de empleo.

A los cuales se oponen cuestiones evidentes: la depreciación de la libra, la gestión propia de la covid-19 y el shock de la energía. Nuestro ángulo será diferente. Humildemente vamos a recoger los tres beneficios más obvios y menos comentados que generó la separación a UK:

  • Control total de sus propias leyes y regulaciones.
  • Control sobre sus propios acuerdos comerciales (también con la UE).
  • Control migratorio, al terminar la libre circulación de personas.


Londres como centro financiero

Control, control, control. Pero, ¿cuáles son los menos obvios? Estos son algunos de ellos:

  • Voz más fuerte en la escena global. El mundo se está polarizando, y UK tiene ahora una voz propia con sus aliados históricos respecto a conflictos como Ucrania o el sudeste asiático.
  • Inversión en tecnología y automatización. Según Tech Nation, UK ya es el tercer ecosistema del mundo en Venture Capital, superando a Francia y Alemania combinadas. Esta es la única salida a la escasez de trabajadores cualificados (también un problema europeo).
  • Modernización sistema legal. El gobierno británico no esperó, haciendo más eficiente su organización desde 2016 y cuantificando los hitos conseguidos (aquí lo pueden ver).
  • Internacionalización. Paradójicamente, la sustitución parcial de la UE no hace más que estimular el posicionamiento de UK (y Londres en particular) como centro de negocios global.

Si en algo destacaba Reino Unido es en su posicionamiento como centro financiero de referencia global. Aparentemente, el Brexit iba a suponer una estampida de talento, con centros como París y Frankfurt pujando por suceder a la City. Incluso Madrid lo intentó.


Pero la realidad fue bien distinta, algo que no cogió por sorpresa a nadie que estuviera en contacto con Londres regularmente. En un primer momento, incluso Ámsterdam desbancó a la City. Aquí entra también el juego de indicadores que elijamos para apoyar nuestra postura. Cuando las aguas se calmaron, Dublín se posicionó como la clara ganadora. Y hoy (curva J), Londres vuelve a ser el segundo centro financiero del mundo después de Nueva York y por delante de Singapur, lo que significa que su motor de crecimiento vuelve a estar a pleno rendimiento.

Mientras comentamos esto estamos inmersos en una crisis bancaria occidental que no ha hecho más que empezar. Es la consecuencia de una subida de tipos vertiginosa, pero menos que la meteórica explosión global de la inflación que se intenta contener. Inflación causada a su vez por las masivas inyecciones de liquidez, destinadas a mitigar los efectos de… la anterior crisis financiera. Así es: hace casi dos décadas que la prosperidad no es más que una ilusión entre crisis.

El devenir normal de la historia

En este entorno, sumar la pandemia y la guerra de Ucrania nos puede parecer el fin del mundo. No lo es. Es el devenir normal de la historia, donde las páginas en blanco son días felices, decían. Todos estos factores impactan en la economía británica y se suman al efecto de su separación de la UE. Separar el impacto de unos frente a otros es un ejercicio de virtuosismo estadístico en busca de que le den la razón a uno.

Por eso, y siendo prácticos, nuestra opinión sobre UK no cambia: separarse de Europa cogió por sorpresa al mundo y a ellos, pero son más capaces de transformarse con agilidad que nosotros (y con errores en el camino, claro).

Alejandro Martínez es socio director de inversiones y cofundador de EFE & ENE Multifamily Office

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