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'Brooklyn Nine-Nine', el tipo de comedia que no hace reír a los hipsters

En su tercera temporada Brooklyn Nine-Nine se confirma como una de las mejores comedias existentes pese a ser un título olvidado en los últimos Globos de Oro

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VALENCIA. La popularidad de la policía de Nueva York pasa por uno de los peores momentos de su historia. Bien lo sabe Quentin Tarantino, que participó en una protesta contra la violencia policial y recibió por ello la llamada al boicot contra sus películas por el sindicato policial de la ciudad. Cualquier campaña que se ha intentado lanzar para mejorar su imagen ha sido un verdadero desastre.

Probablemente la única fórmula que esté ayudando a mostrar cierta simpatía, al menos normalidad, hacia el colectivo, sea su participación subliminal como lugar de trabajo de Brooklyn Nine-Nine (FOX), la sitcom de Dan Goor y Michael Schur, cocreadores de la versión americana The Office y de Parks and Recreation. Tras sorprender en los globos de oro en su primera temporada cuando todavía no estaba en su mejor momento, y recibir en estas dos últimas el aplauso de la crítica, #B99, como se la conoce en las redes sociales, se confirma en esta tercera tanda como la mejor comedia en antena del momento.

Andy Samberg, protagonista de la serie, es un comediante conocido anteriormente por Saturday Night Light, programa con en el que saltó a la televisión tras su éxito como youtuber con su trío The Lonely Island, un grupo cómico de rap que se dedicaba a hacer parodias musicales en internet. Samberg y sus amigos entraron en el mítico programa para repetir su fórmula con más medios, realizando algunos videoclips con grandes estrellas de la música que se han convertido en grandes joyas de Youtube con decenas de millones de visitas. En #B99 Samberg se mete en el papel de Jack Peralta, un poli inmaduro y payaso, que no deja de ser por ello un eficiente detective. 

La primera temporada giraba en torno a él y sus gamberradas, de manera que la comedia se quedaba estancaba en el slapstick perpetuo a lo I love, Lucy, con un Samberg haciendo de Lucille Ball, o como ustedes identificarán mejor en su imitadora española, en una Lina Morgan bizca con la pierna para dentro. Para salvar el problema, poco a poco las tramas se fueron abriendo para repartirlas entre los personajes secundarios, segundo punto fuerte de la serie. Y a partir de ahí la serie mejoró ostensiblemente hasta llegar a esta tercera temporada, la mejor hasta ahora.

Peralta pivota principalmente entre su labor como detective y compañero de equipo, y su trama sentimental con Amy Santiago (Melissa Fumero), otra de las policías del grupo. El veterano Capitan Holt (Andre Braugher), un tipo ordenado y autoritario, es su pareja cómica por excelencia aunque de forma no oficial. El contraste de los dos personajes y la enorme química entre ambos actores son la causa. El carácter bufonesco de Samberg, que a veces puede llegar a ser cargante, se neutraliza frente al hierático Andre Braugher, dejando al personaje de Peralta simplemente como un bobo con tendencia al histrionismo por intentar sacar de sus casillas a un jefe que no se inmuta, activando así la carcajada. 

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