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Buenos Aires, un carácter repartido por 48 barrios

¿La más europea de las ciudades suramericanas o la más suramericana de las ciudades europeas? La capital de Argentina es tan difícil de definir como fácil de disfrutar

30/04/2016 - 


VALENCIA. River o Boca. Kirchner o Macri. Glaciar o Páramo... No por más repetido es menos cierto que Argentina es un país de contradicciones. Una tensión permanente que hunde sus raíces en el sentimiento identitario de sus habitantes, que se consideran a sí mismos tan poco suramericanos como europeos. Y viceversa. Un país donde el tango se baila en las calles con la misma pasión con la que se especula sobre su futuro inmediato. El cambio histórico con el que acaba de dejar atrás doce años de kirchnerismo ha sumido a los argentinos en un cóctel de hartazgo, incertidumbre y esperanza.

La esencia de esa dicotomía permanente en la que no caben grises o términos medios aflora en Buenos Aires, la capital de imponentes avenidas, cafés con solera y vibrante actividad cultural que la ha hecho acreedora de la etiqueta del París de Suramérica. La atmósfera de la ciudad porteña es la suma del carácter propio de sus 48 barrios. Entre la vanguardia estética de Puerto Madero, el encanto decadente de La Boca o la elegancia de la Recoleta apenas distan unos kilómetros, pero parece un abismo sentimental.

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Esa diversidad entre los viejos arrabales, consolidada en el imaginario colectivo a golpe de tangos, explica en gran medida el atractivo de la ciudad autónoma como destino turístico. Más si cabe con la llegada del verano austral (del 21 de enero al 21 de marzo), cuando los porteños trasladan sus habituales discusiones políticas de los cafetines a los parques públicos y dan un nuevo aire a la capital.

La mítica avenida Corrientes atraviesa cinco de esos barrios. Sus históricos teatros, salas de cine y librerías quizás no brillen con el fulgor de antaño, pero siguen marcando el pulso cultural bonaerense con permiso del emblemático Teatro Colón, uno de los mejores del planeta.

Este centenario centro operístico, concebido por los arquitectos Francesco Tamburini, Víctor Meano y Jules Dormal, se alza imponente sobre una de las orillas de la avenida 9 de julio, la más ancha del mundo con 140 metros y siete carriles por sentido que debe su nombre al día de 1816 en el que se declaró la independencia del país.

En su intersección con la avenida Corrientes, el lugar sobre el que se considera que ondeó por primera vez la bandera nacional, se erige el famoso obelisco. A escasos metros de allí, la diagonal Presidente Roque Sáenz Peña conecta con la histórica Plaza de Mayo, escenario de trascendentes acontecimientos históricos y epicentro del poder político de la república en la Casa Rosada. En uno de sus extremos se encuentra la Catedral Metropolitana, iglesia matriz de la Archidiócesis de Buenos Aires al frente de la cual estuvo Jorge Bergoglio hasta que fue nombrado Papa en 2013.

Ésta es la zona más antigua de la ciudad, donde se establecieron los primeros pobladores españoles en 1580. Hoy está copada de edificios administrativos, sucursales bancarias y algunos locales históricos. En este barrio, junto a San Telmo, se respira el aire porteño más formal y tradicional, el de los cafés de estilo años cincuenta y mesitas redondas enfocadas a la calle, donde los porteños pueden estar horas y horas charlando de lo divino y de lo humano. Es el caso del Tortoni, que sobrevive con el mérito de ser el café más antiguo de la ciudad tras abrir sus puertas en 1858. Cerca de allí, la peatonal calle Florida, una de las principales vías comerciales del país, brinda un agradable paseo que permite admirar varios edificios singulares, como el que alberga las populares Galerías Pacífico.

La postal se completa con bailarines callejeros de tango, decenas de arbolitos que vocean tipos de cambio paralelo en busca de divisas o argentinos que hacen cola frente a las sucursales bancarias extranjeras

La elegancia de La Recoleta, la modernidad de Palermo

Un poco más al norte, en los límites que dibujan la avenida Santa Fe y la 9 de julio, se extiende la Recoleta, el barrio más exclusivo de la capital. Un despliegue de jardines, plazas y palacios de inspiración europea en el que sobresale como visita ineludible el distinguido Cementerio de la Recoleta. En esencia, se trata de un laberíntico museo a cielo abierto de bóvedas, esculturas de ángeles y opulentos mausoleos que albergan los restos de decenas de protagonistas históricos de la república argentina, desde líderes políticos y empresariales a deportistas, escritores y presidentes. En uno de estos panteones familiares reposan los restos de Eva Perón, concurrido a cualquier hora del día y sobre el que siempre lucen flores frescas. La elegante quietud de la Recoleta contrasta con el dinamismo de Palermo, el barrio con el que linda al norte, el más extenso y poblado de la capital y en el que actualmente palpita el Buenos Aires más cool. En él se concentra una gran cantidad de tiendas de moda alternativa y galerías que exponen los diseños de artistas

locales que atraen a centenares de jóvenes y le dan un aire desenfadado. Las zonas más interesantes de este barrio residencial, entre cuyos vecinos están el presidente Mauricio Macri, son Palermo Hollywood y sobre todo Palermo Soho, entre las plazas Serrano y Armenia. La primera recibe el nombre por la elevada concentración de productoras audiovisuales, restaurantes, discotecas y locales de ocio. La segunda se inspira en barrios homónimos de Londres o Nueva York. Abundan los hostales y también ofrece una amplísima oferta gastronómica que la convierten en la zona de ocio de referencia.

Pero Palermo es mucho más que terrazas y escaparates de ropa de marca. El barrio acoge también el impresionante Hipódromo Argentino, del que era asiduo Carlos Gardel, y los Bosques, ochenta hectáreas de espacio verde que constituyen uno de los principales pulmones de la capital. En su interior se halla uno de los tesoros quesuele pasar inadvertido para muchos visitantes de la capital: el Rosedal de Palermo, un jardín con más de 12.000 rosas que data de 1914.

La policromía de Caminito

La visión más pintoresca de Buenos Aires se obtiene en el icónico Caminito, la fachada polícroma de calles desordenadas desde la que el barrio de La Boca se asoma al Río Matanza. Se trata de una suerte de museo al aire libre por la fotogenia de sus típicos conventillos revestidos de chapas de colores en contraste con los marcos de las ventanas y los balcones. En varios de ellos, figuras imperfectas de cartón piedra que representan a argentinos famosos como Eva Perón, Maradona o el Papa Francisco parecen saludar a los miles de turistas que a diario pasean cámara en mano.

Caminito, que toma el nombre de un tango de Juan de Dios Filiberto inspirado en sus calles, fue lugar de acogida de inmigrantes europeos que arribaban a la ciudad y que hicieron de la necesidad virtud al revestir de chapa las paredes de las casas para prevenir su desgaste. Actualmente es el rincón de la ciudad más concurrido por visitantes, parejas que bailan tango para los turistas, artistas callejeros y puestos de comida local como los típicos choripanes.

Calles adentro, el colorido de Caminito deja paso a un entramado de travesías grises y aspecto decadente de cuyas fachadas cuelgan carteles que tratan de prevenir a los jóvenes de caer en la droga. El corazón del barrio, dominado por el azul y oro que viste el Club Atlético Boca Juniors, respira locura por el fútbol. En su estadio, la mítica Bombonera, generaciones de boquenses han sido testigos durante décadas de la eclosión y posterior declive de decenas de estrellas. Como una metáfora del carácter apasionadamente contradictorio de los argentinos.

Buenos Aires no es sólo una de las mayores capitales del mundo, es casi un país lleno de contrastes dentro de Argentina (que también tiene los suyos). Visitar sus 48 barrios es pasar de la Suramérica más pobre a la Europa más rica y pija. Tiene modos de vieja dama venida a menos, lo que le da un innegable encanto, y una vida cultural (de la que es buena prueba su interminable número de librerías) que no deja de sorprender.


La Ciudad


Superficie: 307 km2

Habitantes: 2.890.151

Fundación: 2/II/1536

Moneda: Peso argentino (ARS) 1€ = 14,25$ (oficial)

Trámites de entrada: Pasaporte (No se precisa visado)

Web de interés: buenosaires.gob.ar


(Este artículo se publicó en el número de enero de la revista Plaza)

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