VALÈNCIA. Existen localidades en las que pasan los años, cambian las tendencias y…, siempre gana o gobierna el mismo partido. Burjassot constituye un paradigma de esta situación. Con la variante del inciso de un trienio en que cedió la vara de mando a Compromís aunque controló el gobierno, el PSPV lleva 44 años dirigiendo la población. José Luis Andrés Chavarrías podría considerarse su alcalde por antonomasia. Mandó en el hemiciclo entre 1987 y 2011.
Ha creado escuela y sembrado mayorías. El actual primer edil y también diputado provincial, Rafa García, ha emergido como su discípulo más aventajado, incluso para prodigarse poco en declaraciones o actos que pueden resultarle no muy cómodos (no ha asistido al primer debate electoral).
Ya demostró su capacidad cuando dirigía la poderosa secretaría de organización del PSPV en l´Horta Nord, y se ha superado al frente de Burjassot. No hay aliviaderos ni concesiones para la oposición habitual, la que lidera el Partido Popular, ni para la que proviene del propio Botánic, que representa Compromís.
García gobierna con la cómoda mayoría absoluta de 12 concejales sobre 21 que obtuvo en mayo del 2019 fruto de un fluido torrente de votos que superó el 47% del total emitido. La segunda formación en ediles, el PP, se quedó con tres, la cuarta parte. Esa fragmentada minoría la completan Ciudadanos (dos munícipes), Compromís (otros dos), Vox (uno) y Totes Podem (el postrero).
¿Y qué pasará el 28 de mayo? Si nos atenemos a la historia y a la encuesta realizada por el centro concertado La Fontaine y adelantada por Valencia Plaza, más de lo mismo. El PSPV volvería a ganar. Aunque cediera un escaño (como vaticina el citado muestreo) conservaría la mayoría absoluta.
El reparto de la decena restante de munícipes sí que conllevaría cambios, como –retomando ese estudio que ya tiene tradición preelectoral- que Vox pasaría de un edil a tener entre cuatro y cinco. Sumaría el del PSPV, los dos de Ciudadanos (se retira su carismático candidato, Toni Subiela) e incluso uno del PP.
Lo de la formación popular también daría para un estudio sociológico o, más bien, para una investigación que desentrañara por qué han escogido como candidato a un exconcejal que percibió dinero por asistencia a plenos y comisiones en unos meses en los que estaba ausente en su época como munícipe, y que divulga imágenes suyas fotografiándose con una lustrosa imagen del caudillo Francisco Franco.
Su gran defensora visible es Cristina Subiela, la única candidata del PP que ha logrado –en el 2011, época de bonanza de las siglas populares- ganar en Burjassot. No obstante, una alianza de PSPV, Compromís y EU impidió que gobernara. Fue la ocasión en que más peligró para el socialismo la alcaldía de esta populosa localidad de l´Horta Nord. Desde entonces ha apretado su férreo control del tejido asociativo para evitar más sustos.
Ese resultado de 2011 parece que ha imprimido a Subiela un aura excelsa para la dirección regional, que apostó por su valido, José María Caballero, como alcaldable, por ella de dos –con posibles aspiraciones de diputada provincial- y por una lista en la que abundan familiares del primero. La dirección regional del PP prefirió renunciar a apostar por liderazgo de su actual portavoz y presidente local, Marcos Campos, que, después de cuatro años de intensa oposición a García, va en un tercer puesto que, según la citada encuesta de La Fontaine, incluso le haría peligrar entrar en el consistorio.
Otro Subiela, de nombre Toni (ya antes citado), no optará a la alcaldía por Ciudadanos después de hacerlo en 2015 y 2019 y obtener en ambos casos sendos concejales. Ha estado los dos mandatos en los que su homónima del PP no lo hizo, de manera que siempre ha habido algún Subiela en el hemiciclo en esta especie de rotación casual.
No lo será tanto, en cambio, la que se produce en Cs. Tatiana Sanchis, actual edil y número dos de Toni Subiela, encabezará la candidatura, mientras que el Subiela que se retirará la cerrará en el puesto 21, que queda como honorífico.
Burjassot fue una de las primeras poblaciones de la provincia en la que Compromís, por medio de su correspondiente asamblea local, escogió candidata. Lo hizo situando como abanderada a la profesora y escritora Maria Viu, que, al poco, saltó a la palestra por su negativa a firmar un documento que su coalición pretendía que fuera imperativo en apoyo de la denominada ´ley trans´. El respaldo que concitó de otras dirigentes locales hizo que esa obligatoriedad se difuminara.
Por su parte, Vox ha optado por el autónomo experto en mercadotecnia Manuel Tórtola como candidato en sustitución de José Vicente Aguilar, dentro de esa dinámica de cambios en la provincia orquestada por el diputado nacional Ignacio Gil Lázaro y ejecutada desde la dirección nacional. Si la encuesta antes aludida se confirma con el resultado de las urnas, puede convertirse en la gran sorpresa.
Mientras, Totes amb Burjassot, Podem y EU se presentan en una coalición liderada por la podemista María Muñoz y con el nombre conjunto de Unides per Burjassot. En este municipio Esquerra Unida ha obtenido históricamente representación. Incluso en sus mejores tiempos contó con Ricardo Sixto como diputado provincial.
La encuesta de La Fontaine le da un escaño local, mientras que a Compromís le adjudica entre uno y dos. No obstante, si acierta, ambas formaciones, como todas las que no son el PSPV, seguirían en la oposición en un municipio que mantendría una fidelidad sempiterna a la rosa socialista. En cualquier caso, la noche del 28 se sabrá.