VALÈNCIA. La portavoz del grupo municipal del PP, María José Catalá, ha criticado este martes que el gobierno municipal de València, liderado por Joan Ribó, continúa recurriendo "sistemáticamente" a la figura del contrato menor y a la prórroga de múltiples contratos para evitar sacarlos a licitación. Todo ello, ha señalado la portavoz, “a pesar de las advertencias del Tribunal de Cuentas con informes como el que se hizo público ayer”.
El Tribunal de Cuentas en su informe explica que en 2016 se realizaron "fraccionamientos indebidos" de contratos mayores para "eludir" los requisitos de adjudicación. Dicho esto, el informe añade en la mayor parte de los casos se debió a una "defectuosa planificación". Y según ha denunciado Català, a lo largo del pasado año 2019, el equipo de gobierno ha suscrito 1.524 por valor de más de 7,6 millones de euros.
Las adjudicaciones 'a dedo' -sin concurso público- “se han convertido en la principal marca del mandato de Ribó y sus socios de gobierno”, ha criticado Català, quien ha recordado que el gobierno municipal lleva más de 75 millones otorgados por este sistema a través de 16.000 contratos.
Así, Català ha subrayado que los sucesivos Informes de Control Financiero de la Intervención General del Ayuntamiento vienen advirtiendo que un gran número de concejalías tiene en los contratos menores su principal herramienta de gestión, algo que ha considerado, coincidiendo con los apercibimientos de la Intervención General, “reprobable e inapropiado para garantizar la igualdad y pública concurrencia de las empresas.”
Especialmente la concejalía de Cultura Festiva es la que más recurre a los contratos menores. Este verano llego a contratar cada una de las carrozas de la Batalla de Flores. "Fuset fraccionó en 30 contratos, uno por carroza, el concurso para la elaboración de las carrozas", ha recordado la popular.
El propio Interventor advierte de las mismas en un informe donde recrimina al concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, por recurrir a fraccionar en treinta contratos menores lo que debería ser un concurso público de 112.000 euros. Además, se saca "tarde y mal" cuando se hizo sin tiempo material para que los adjudicatarios puedan realizar un buen trabajo, como así han advertido los propios miembros del Gremio de Artistas Falleros.