VALÈNCIA. Mientras hablaba Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), en la última reunión de la institución monetaria el pasado jueves, el Ibex 35 retrocedió casi 100 puntos. Casi nada. Analistas, operadores, gestores e inversores escuchaban su mensaje mucho más complaciente que su colega de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, horas antes. O lo que es lo mismo: mientras éste ya abría la puerta a bajadas de tipos, aquella decía textualmente "No discutimos ningún recorte de tipos. No hay discusión, no hay debate sobre este tema".
Se trata de una situación ya vivida en los mercados, por cuanto mientras la FED comenzaba a preparar las subidas de tipos tras la pandemia -además dejando de bombear liquidez al sistema-, el BCE seguía en un mundo completamente diferente manteniendo el precio oficial del dinero en la Eurozona en negativo, y comprando toda la deuda que salía a su encuentro. Está claro que hablar de la FED es hacerlo de un solo país (Estados Unidos) frente a los 20 que tienen al euro como moneda común. No es lo mismo desde luego, pero tampoco que Lagarde vaya habitualmente un paso por detrás del resto.
"Una vez más, los bancos centrales europeos tardan en reaccionar. Hace dos años, retrasaron demasiado su lucha contra la alta inflación. Ahora, corren el riesgo de infligir el severo dolor de unos tipos restrictivos a sus economías, ya estancadas", considera Silvia Dall’Angelo, economista senior de la gestora Federated Hermes. Por su parte, Steven Bell, economista jefe para Europa, Oriente Medio y Africa de Columbia Threadneedle Investments, señala que 2024 debería ser testigo de grandes recortes en los tipos de los bancos centrales y apunta que "la especulación del mercado se centra ahora en quién bajará primero y cuándo".
Y es que de lo que pasó de ser "un regalo de Navidad para los mercados financieros", el anuncio de la FED para Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, se convirtió horas después en una decepción. Para Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, el BCE ha rechazado la posibilidad de plantearse un cambio en su postura al indicar explícitamente que "no se habló de recortes de tipos". Y los analistas de Ebury apuntaban directamente a lo que es un hecho constatable: la divergencia bastante notable en las comunicaciones de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico "resulta por ahora negativa para el dólar".
Y Tomasz Wieladek, economista jefe para Europa de T. Rowe Price, que el día anterior a la reunión del BCE pedía que las palabras de Lagarde fueran "muy claras y coherentes", advertía que las previsiones del Banco Central Europeo apoyan claramente una política monetaria restrictiva y son una clara señal de que mantendrá los tipos en el actual nivel durante algún tiempo. "En otras palabras, es la forma que tiene el BCE de decir a los mercados financieros que se ha dado demasiada importancia al débil dato del IPC de noviembre".
Pinchar aquí para ver el gráfico anual del Ibex 35 más grande. Fuente: YahooFinance
Lo que es un hecho evidente es que se ha frenado el 'rally de fin de año' en los principales parques bursátiles de Estados Unidos y la Eurozona. Y Lagarde no es ajena a ello por su retórica conservadora, que llevó al Ibex 35 a dejarse esta semana un 1,25% y cerrar por debajo de los 10.100 puntos. Un índice que fue el segundo que mejor se comportó a ambos lados del charco en noviembre pasado, al revalorizarse un 11,54%. Solo el centenario Dow Jones de Industriales (DJIA) lo hizo mejor (+20,87%).
Sin embargo, el barómetro de la renta variable española es el que menos sube en la primera quincena del mes en curso (+0,37%). Cierto es que sus homólogos de la Eurozona se mueven entre el 2,14% del FTSE Mib italiano y el 3,91% del Cac 40 francés; mientras que en Wall Street los tres índices de referencia -DJIA, S&P 500 y Nasdaq 100- avanzan más del 3% en todos los casos.
"Las fuertes subidas durante noviembre han intensificado las recogidas de beneficio. Hablamos de un 'rally de fin de año' que en esta ocasión se ha adelantado a lo habitual", explican desde una gestora madrileña de fondos de inversión. "El 'rebalanceo' de las carteras de los grandes inversores de cara a 2024 prácticamente está hecho, que unido a las dudas del BCE a la hora de hablar de próximas bajadas de tipos podrían teñir de rojo las bolsas en las dos últimas semanas de 2023 ante la continuidad de la toma de beneficios".
Asimismo añaden que "pese a todo hablamos de un ejercicio bursátil muy brillante, que contrasta con las pérdidas del pasado año". Y no les falta razón porque en el caso del Ibex 35 -tomando el cierre del viernes 15 de diciembre- avanza un 22,68% en el año frente al descenso del 2022 durante 2022. Solo el FTSE Mib italiano (+28,12%) lo hace mejor en las bolsas del área euro. Al otro lado del charco, el renacido boom tecnológico se refleja en el Nasdaq 100, que se dispara más del 50% en lo que va de 2003. Sus 'hermanos' S&P 500 (+22,55%) y DJIA (+12,22%) presentan avances menos abultados.