Cierra Hikari Yakitori bar, la izakaya que nos enseñó el otro Japón

Hikari ha sido un restaurante único en Valencia. Lo fue cuando abrió, con una propuesta que nos descubrió otra de las innumerables caras de la gastronomía japonesa: los entonces no tan conocidos yakitoris. También por lo espectacular de su espacio, una izakaya japonesa que podía haber sido escenario de una peli de Miyazaki o de cualquier parada del Gourmet solitario.  Casi una década después, y a pesar de todo lo que ha crecido la ciudad en materia gastronómica, seguía siendo un lugar especial, con una cocina impecable y una atmósfera que siempre ha respirado verdad.

El hermano pequeño de Nozomi dice adiós tras ocho años por razones personales, según ha anunciado José Miguel Herrera en la redes del restaurante.  "Nuestra manera de entender la hostelería va mucho más allá de ver un proyecto como un mero negocio. La dedicación y el sacrificio personal es diario y conlleva una implicación y un desgaste directamente proporcional. Compaginar la dirección y presencia en Hikari con nuestro proyecto madre Nozomi se ha vuelto insostenible e incompatible, llegando a afectar nuestra área personal y, por qué no reconocerlo sin avergonzarse de ello, a nuestra salud mental", afirma uno de los pilares de Hikari.

El hostelero reconoce en la despedida que han intentado ceder el testigo a una nueva gestión, pero a pesar de los esfuerzos, que desde Guía Hedonista nos consta que han sido muchos,  "no han dado los frutos que esperábamos".   José Miguel Herrera ha querido dar las gracias a todos los clientes, amigos y medios que les han apoyado durante todo este tiempo, "y muy especialmente a Arancha (nuestra encargada desde los inicios), quien hizo de HIKARI un referente de cocina japonesa no sólo en nuestra ciudad sino en toda España", además de a Nuria Morell, su mujer, socia y compañera. 

Una pérdida para el barrio y una noticia que desde Guía Hedonista nos entristece. Al menos, siempre nos quedará Nozomi.