8 de marzo: día internacional de la mujer 

Cinco planes para reivindicar la igualdad de las mujeres en gastronomía

«Todas las cocinas del mundo son femeninas, las crearon las abuelas y las madres. Pero le voy a poner un ejemplo, de la cocina española solo se comenzó a hablar cuando los hombres empezaron a cocinar»

| 05/03/2021 | 5 min, 59 seg

Lo dijo un hombre, el chef francés Olivier Roellinger, que hace trece años renunciaba a sus tres estrellas Michelin para dedicarse a la educación gastronómica.  Y tenía bastante razón. 

La mujer ha sido siempre la encargada de cocinar.   Hasta que cocinar se convirtió en una actividad que trascendía el ámbito doméstico y empezó a estar bien remunerado y a ser considerado como un oficio de éxito. Entonces los hombres coparon los primeros puestos.  Solo hay que echar un vistazo a los grandes restaurantes de este o de cualquier otro país para darse cuenta de que algo falla.  

Este 8 de marzo no habrá huelga ni actos multitudinarios de protesta en las calles, pero por qué no utilizar ese acto tan lleno de amor ('Men cook for glory, women cook for love'  afirma la cocinera Anita Lo) para seguir alzando la voz y recordar que lo único que queremos es tener los mismos derechos y libertades que nuestros compañeros varones. Nada más. Nada menos. 

Aquí van unas cuentas ideas para rememorar aquel 8 de marzo de 1857, en el que miles de trabajadoras del sector textil salieron a las calles de Nueva York para protestar por sus míseras condiciones laborales. 

1. Apoya a las mujeres víctimas de maltrato con este menú benéfico

María José Martínez lleva cinco años organizando este menú especial por el día de la mujer. Y por supuesto, ha invitado a otras mujeres a unirse a la causa. Vicky Sevilla, Begoña Rodrigo o Chabe Soler la han acompañado en el pasado a cocinar un menú que disfrutaban  40 o 50 personas y cuyo importe íntegro iba a destinado a la Fundación Ana Bella que trabaja ayudando a mujeres que sufren malos tratos.  Este año, la pandemia no permite repetir el formato, pero no ha sido un obstáculo para María José, que estaba empeñada en repetir el gesto de los últimos años.  Ha elegido el día que más trabajan, el domingo, para preparar tanto a mediodía como por la noche un menú benéfico con platos individuales y dos cerveza Turia con un coste de 50 euros (para 2 personas), cuya recaudación se destinará a luchar contra la violencia de género. 

Se puede encargar directamente al teléfono de  Lienzo, 963 52 10 81, para que te lo lleven a casa y para recogerlo en el local. También a través de las app de Cuinem i Anem

2.  Come o pide delivery en un restaurante liderado por una cocinera

Son una minoría en un universo de mujeres que han copado los hombres, pero tienen un inmenso talento, y en muchos casos han tenido que demostrar lo que valen con más esfuerzo que sus compañeros. Elige un nombre: Emmanuelle Malibert de Atmosphère; Carito Lourenço de Fierro y Doña Petrona; Rakel Cernicharo de Karak y Kara Home Burjassot;  Esther Valiente  de Easo Berri; Nuria Morell de Nozomi; Arancha Herrera de Hikari Yakitori bar; Begoña Rodrigo de La Salita, Farcit y Anarkía; Susi Díaz de La Finca; María José San Román de Monastrell; Miriam de Andrés del Grupo La Sucursal; Mar Soler de 2 Estaciones, Vanessa Lledó de Mil Grullas y La Sangu, Chabe Soler de La Ferrera; Alicia y Marta, de Nomad Kitchen; la ya citada María José Martínez de Lienzo y Jarana; Manuela Romeralo, directora de los restaurantes de Quique Dacosta;  Clara Puig de Tula; Vicky Sevilla de Arrels; Yvonne Arcidiacono de Apicius; Eva Pizarro,  destacada sumiller... y también tantas otras cocineras anónimas, sin focos ni estrellas, que cada día se encargan de cuidarnos como Herminia o Trini.  

La semana que viene todavía no estarán abiertos todos los restaurantes, pero puedes pedir delivery o sencillamente reservar tu primera comida o cena cuando acaben las restricciones en uno de los restaurantes de estas mujeres. 

3. Márcate un esmorzaret con amigas...

Cualquier excusa es buena para juntarte con amigas. Si además, el motivo para uniros es celebrar vuestra condición, descargar un poco del fuelle del día a día y reforzar ese hermanamiento que tenemos el privilegio de compartir, entonces hay que reunirse alrededor de una mesa. Si el lunes no puede ser, muévelo al fin de semana.  Bocadillos, cerveza, cacaus de collaret, unas aceitunas y dos horas por delante solo para vosotras para compartir complicidades.  Ahí van algunas ideas: El Astrónomo, La Pérgola, Marvi, Casa Mundo o Los Picos café

Sororidad, hermanas. 

4. Regálate unas horas en algún mercado de la ciudad

Si puedes permitírtelo, entra más tarde a trabajar o escápate antes de tu hora y date una vuelta por el Mercado Central, por el mercado de Jesús, el de Ruzafa, el del Cabanyal, el de Rojas Clemente o cualquiera del resto de mercados que tenemos en València.  Mientras contemplas las últimas alcachofas y las primeras fresas,  les echas un ojo a las caballas y te decides entre los diferentes tipos de aceitunas, fíjate en todas las mujeres que cada día se despiertan a horas intempestivas y se emplazan detrás de la parada con la sonrisa, el delantal y el cariño qué te pongo para que el resto comamos. Los mercados también los hemos inventado nosotras. 

5) Cocina para tu madre

Llama a tu madre e invítala a comer a casa. Le parecerá raro que la cita no responda a ningún objetivo más allá de pasar un rato juntas. Remárcale que no necesitas nada. Ni que se quede un rato con los niños ni que te ayude con nada de la casa. Piensa en su comida favorita y cocina para ella. Por todas las veces que ella ha cocinado para ti y para el resto de la familia; por todas las que se puso el trozo más pequeño en el plato para que tú y tu hermano os comierais el grande; por todos los días que llegaba reventada de trabajar y tú aún le insistías con que te apetecían patatas fritas. Pregúntale por sus cosas y aprovecha para anotar los pasos de alguna de receta familiar. Un arroz, un puchero o unas croquetas cuya elaboración heredó de su madre. Uno de esos platos que si cierras los ojos y piensas en ella, la memoria se impregna de ese olor a domingo y a hogar.  Y dale las gracias por haberte convertido en la mujer que hoy eres.

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