VALÈNCIA. Patada y adelante. El Institut Valencià de Cultura (IVC) va a intentar que se pasen por alto las comisiones de valoración que incumplen el requisito de paridad a los que obligaba sus propias bases. Esta semana se han ido resolviendo diferentes líneas de ayudas que el ente autonómico tenía pendiente y que se han de justificar estos mismos días porque el proceso debe acabar antes del 31 de diciembre.
La publicación en este diario, hace apenas unas semanas, de que tres de las siete comisiones de valoración podían constituirse como nulas al estar constituidas por cuatro hombres y una única mujer —las bases exigían que hubiera, como mínimo, dos hombres y dos mujeres entre los cinco miembros— las diferentes asociaciones del sector prefirieron no hacer ruido y esperar a que del IVC les diera una posible solución, tanto para salvaguardar la reivindicación de la paridad, como para garantizar la validez del proceso de ayudas.
Pero fuentes oficiales reconocen que no hay vuelta atrás a estas alturas del proceso y que solo queda excusar el fallo de este año y asegurar que en la próxima convocatoria se trabajará por cumplir la paridad. Según explican las mismas, “en la constitución de las comisiones de valoración, se ha de tener muchos factores en cuenta: que sea diverso en las diferentes áreas, también la territorialidad, y las propuestas que les lancen las diferentes asociaciones”, a las que se les consulta previamente.
Por lo tanto, el IVC no va a hacer corrección alguna en estas tres comisiones de valoración, que han trabajado como si no pasara nada. Y las productoras beneficiarias ya están funcionando a destajo por elaborar las justificaciones que les permita cobrar la subvención.
Por eso la procesión va por dentro, en este caso. Diferentes fuentes consultadas no dejan de mostrar la molestia por una gestión que entienden “básica” (“estas comisiones no tienen justificación alguna”, dice una de ellas), pero el sector tiene miedo de que forzar el reinicio del proceso suponga, incluso, perder la convocatoria de ayudas y fondos que son esenciales para la viabilidad de sus proyectos.
Y es que las dos partes, IVC y sector privado profesional, coinciden en que el problema de todo reside en el margen con el que se han convocado las ayudas. El ente lleva varios años cayendo en la misma piedra: prometer que el proceso empezará a final del primer trimestre del año, y que acabe sucediendo más allá del verano, estrechando los plazos y haciendo imposible cualquier respuesta a un imprevisto.
De esta manera, preguntadas a las asociaciones de productoras, de manera oficial se suman “a las reivindicaciones de CIMA”, la organización de mujeres cineastas, que vela porque estas cuestiones no sucedan. Sin embargo, es desde la propia delegación de CIMA la que prefiere no hacer declaraciones: “Estamos a la espera de la contestación formal por escrito”, dicen únicamente; aunque este diario ya ha recogido que la contestación del IVC es que sienten mucho lo sucedido y se remiten a corregir esto en la próxima convocatoria.
