VALÈNCIA. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dictado una resolución en la que rechaza el recurso presentado por Forestalia contra la caducidad de los permisos de acceso a la red para la MAT Ojos Negros-L'Eliana. Esta decisión supone un duro golpe para el proyecto de la empresa aragonesa, que pretendía construir una línea de muy alta tensión (MAT) para evacuar la energía de tres parques fotovoltaicos en Ojos Negros, un pequeño municipio de Teruel.
Los parques fotovoltaicos y eólicos de la promotora en la provincia de Teruel se encuentran situados a 188 kilómetros de distancia. Para llevar a cabo el proceso, Forestalia había proyectado construir una nueva línea de muy alta tensión formada por 507 torres de apoyo, 349 de las cuales se situarán en la Comunitat Valenciana. Solo para el sistema necesario para la evacuación de la energía generada prevenía invertir 207 millones de euros.
La línea de alta tensión -que trasladaba la energía hasta la subestación de l'Eliana- habría atravesado las comarcas valencianas del Camp de Morvedre, Hoya de Buñol-Chiva, Camp de Túria, Horta Nord y Horta Oest. En concreto, afectaría a los municipios valencianos de Alcublas, Llíria, La Pobla de Vallbona, Olocau, Bétera, San Antonio de Benagéber, Paterna y, finalmente, l'Eliana.
Forestalia había presentado un recurso contra la Red Eléctrica de España (REE), quienes denunciaban la caducidad de los permisos. La CNMC argumenta en su resolución que las empresas no cumplieron con el segundo hito administrativo establecido en el Real Decreto-ley 23/2020, que exigía la presentación de garantías financieras o avales en un plazo determinado. La decisión de la comisión complica considerablemente la viabilidad del proyecto de Forestalia, que aún puede recurrir ante la Audiencia Nacional, aunque las perspectivas son poco favorables.
La MAT Ojos Negros-L'Eliana ya había enfrentado una fuerte oposición por su impacto ambiental. La negativa a esta línea de alta tensión fue apoyada por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Comunidad Valenciana, quien rechazó el proyecto por sus "graves afecciones y repercusiones medioambientales".
En esa línea, la consellera del ramo en ese momento, Isaura Navarro, defiendió que "es totalmente inviable desde un punto de visto ambiental y natural", al considerar que está basado en un modelo de implantación de energías renovables que "no tiene nada que ver con la transición ecológica justa, con la protección de los territorios y el paisaje y con el blindaje de sectores tan importantes como la agricultura y ganadería valenciana".
Ahora el rechazo de la CNMC confirma esta negativa. Las organizaciones ecologistas y las plataformas ciudadanas que se oponían al proyecto han celebrado la resolución de la CNMC, considerándola una victoria para la protección del medio ambiente y el territorio.
La denegación de los permisos por parte de la CNMC complica aún más la viabilidad de los parques eólicos y plantas fotovoltaicas que tenían previsto evacuar su energía a través de esta línea. Con este anuncio, ninguna de las infraestructuras renovables dependientes podrán construirse, independientemente de la situación administrativa en la que se encuentren.
Es el caso de la macroplanta solar impulsada por Enerhi en Alcublas, que se vería afectada por la línea de alta tensión. La planta, que cuenta con una inversión de 126 millones de euros y prevé la instalación de 500.000 placas solares en 457 hectáreas, ha generado una de forma paralela fuerte oposición vecinal por sus potenciales impactos en la agricultura, el agua, la biodiversidad, el paisaje y la economía local.
La empresa podría volver a abrir un nuevo expediente y retomar las actuaciones del anterior, pero necesitaría obtener nuevos permisos, lo que podría llevar un tiempo considerable. "Lo ideal hubiera sido una DIA desfavorable", explican desde los grupos vecinales que se han unido para rechazar esta macroplanta solar en el municipio.
La resolución de la CNMC se produce en un contexto de creciente debate sobre la necesidad de acelerar la transición energética hacia un modelo más sostenible, basado en las energías renovables. La decisión pone de relieve las dificultades que enfrentan los proyectos de energía renovable en España. De la misma forma, remarca la posición ecologista que defiende que si bien la transición hacia una economía verde es necesaria, es fundamental que se realice de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente y las comunidades locales.
MAT son las siglas de Muy Alta Tensión. Se trata de un tipo de infraestructura eléctrica que transporta energía a tensiones iguales o superiores a 400 kilovoltios (kV). Estas líneas de alta capacidad son esenciales para el transporte de grandes cantidades de electricidad a largas distancias, conectando centros de producción con centros de consumo.
Las MAT, por su gran tamaño y complejidad, tienen un impacto significativo en el territorio que atraviesan. Su construcción implica la instalación de torres de gran altura, la apertura de franjas de seguridad y la expropiación de terrenos. Estas infraestructuras pueden afectar a paisajes naturales, ecosistemas, actividades agrícolas y ganaderas, y la calidad de vida de las poblaciones cercanas.
Debido a su impacto, la construcción de MAT está sujeta a un estricto control ambiental y a la obtención de diversos permisos. Las autoridades deben evaluar cuidadosamente la viabilidad del proyecto, considerando los beneficios energéticos, los costos económicos y los impactos ambientales y sociales.
La transición hacia un modelo energético más sostenible basado en fuentes renovables, como la energía eólica y solar, requerirá la construcción de nuevas líneas de MAT para transportar la electricidad generada en zonas remotas a los centros de consumo. Sin embargo, estos proyectos suelen encontrar oposición por parte de las comunidades locales afectadas, que temen por su impacto ambiental y paisajístico, así como los posibles riesgos para la salud.