El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante propone acciones estratégicas para reactivar la economía en un sector fundamental y el desarrollo de una sociedad ambientalmente responsable. Se trata de una oportunidad para dar un paso adelante en la implantación de la economía circular. Los grandes centros de gestión mancomunada deberán ajustarse a escalas menores
VALÈNCIA. La crisis del coronavirus ha de servir para avanzar en la gestión de los residuos urbanos. Se trata de una oportunidad inmejorable para abordar un problema creciente que requiere nuevas fórmulas de gestión y valorización, que solo se pueden poner en marcha creando nuevas infraestructuras.
Además, el estado de alerta, que puede prolongarse de manera intermitente, está produciendo dos fenómenos nuevos en cuanto a los residuos: crecen más los orgánicos domésticos por el mayor consumo en casa, y se genera un nuevo tipo: el sanitario potencialmente infeccioso.
Los ingenieros agrónomos, profesionales con una amplia trayectoria en su gestión y en el diseño de plantas de gestión y eliminación, abordan un problema de máxima repercusión ambiental y gran sensibilidad social para convertir problemas en oportunidades para dinamizar la economía y el empleo de la CV.
Es muy importante impulsar la implantación de la recogida selectiva de materia orgánica para evitar que vuelva a ser la asignatura pendiente, como sucedió tras la crisis de 2008. Lo que necesariamente implica la adaptación de las plantas de tratamiento de residuos existentes a este nuevo flujo de residuos. “Los residuos orgánicos debidamente compostados y valorizados deben incorporarse a los medios agrarios y naturales, no tiene sentido enterrarlos. Además tenemos una industria de agronutrientes puntera a nivel mundial que debería tener un papel protagonista en este proceso de economía circular y de creación de valor”, señala el decano del COIAL, Baldomero Segura.
Para ello resulta necesario que los ayuntamientos desarrollen Planes Locales de Residuos antes de 2021, una obligación que recoge el PIR2019. Aunque bien es verdad que ante la imposibilidad de cumplir con los plazos, debido a la situación actual, desde el COIAL se propone una prórroga de 6 meses y la incorporación de las asistencias técnicas oportunas y necesarias para poder hacerlo. Con ello, resulta imprescindible promover concursos públicos por procedimiento de urgencia, por paquetes de municipios, y promovidos por la GV para evitar las dificultades y la variabilidad de contratación municipal.
Aprovechando el impulso necesario para la reactivación económica postCovid19, parte del cual debe asumir la administración pública, se deben articular las medias oportunas sobre los Consorcios de Residuos que aún no han desarrollado sus Proyectos de Gestión para cumplir sus objetivos fijando plazos estrictos para cada fase de su desarrollo. Es indiscutible que 23 años después de la aprobación del PIR97, la situación en algunos Consorcios dista mucho de ser la esperada.
El objetivo de estos cambios ha de ser la creación de una infraestructura versátil de economía circular. Para ello habrá que analizar la situación global de los vertederos controlados y coordinar la capacidad de eliminación a nivel regional, evaluando la vida útil disponible global para prever la situación a 5 y 10 años, que empieza a ser comprometida. También habrá que revisar a todos los niveles la prohibición de las instalaciones de incineración recogida en el PIR2019, que con la tecnología disponible hoy en día no se justifica ni técnica, ni ambiental ni económicamente.
El nuevo modelo ha de ser capaz de generar algunos tipos de infraestructuras de menor escala que las que actualmente existen a nivel supramunicipal. Que tengan capacidad de generar nuevos puestos de trabajo a nivel local. “Vamos a tener una nueva tipología y cantidad de residuos, y debemos de ser capaces de separarlos, procesarlos y explotarlos de manera que faciliten la transición hacia la economía circular. Los residuos son riqueza y pueden ayudar a paliar parte del desempleo que está generando el Covid-19” comenta Segura.
En este sentido, resulta imprescindible acelerar todas las tramitaciones ambientales, cuestión para lo cual sería absurdo y temerario no contar con los colegios profesionales de ingenieros, que han demostrado su capacidad técnica para ser asistentes válidos de la función pública. “Los procedimientos ambientales no pueden durar años, eso es algo inaceptable y más en los tiempos que vienen” sentencia el decano de los ingenieros agrónomos.
La CV tiene carencias en instalaciones para el tratamiento adecuado de residuos sanitarios de todas las categorías, tal como se reconoce en el propio PIR2019. Este déficit es especialmente delicado en la situación actual, y todo indica que las necesidades crecerán a corto plazo si toda la población se pone a utilizar guantes y mascarillas. Por tanto, es necesario desarrollar urgentemente las infraestructuras para la correcta gestión de residuos potencialmente infecciosos, así como facilitar la promoción privada y la colaboración público-privada que pueda surgir en este ámbito, con el objetivo de conseguir soluciones a la mayor brevedad.
Si somos capaces de reciclar bien, seremos ser capaces de generar una industria alrededor de los residuos sólidos urbanos, a los que tenemos que contemplar como una oportunidad. No vamos a dejar de producirlos y hay que gestionarlos, queramos o no.
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