VALÈNCIA. La humanización de los entornos sanitarios es un concepto cada vez más presente en el sistema de salud. Esta idea parte de la necesidad de preservar la dignidad, respetar la intimidad, fomentar la autonomía y apostar por una adecuada comunicación entre el paciente y el profesional, "de manera que no se tomen decisiones paternalistas sino que sea una interacción compartida y de apoyo, donde la horizontalidad de la relación médico y paciente prime en todo el proceso" afirma Augusto Zafra, psiquiatra director de Ivane Salud y responsable de la Unidad de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria en Vithas Hospital Nisa Valencia al Mar y de la Clínica de Desintoxicación y Patología Dual en Vithas Hospital Nisa Aguas Vivas.
Este concepto empezó hace ya algunos años en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), implicando una serie de cambios en su funcionamiento encaminados a un trato más humano para pacientes y familia. ¿Por qué ahí? Porque son espacios cerrados, donde el paciente en estado crítico está solo, rodeado de cables y máquinas, alejado de sus familiares, a los que solo se les permite entrar unos pocos minutos al día y recibiendo una información muy reservada sobre el proceso de recuperación.
Algo similar ocurre en las Unidades de Hospitalización de psiquiatría. Son unidades de puerta cerrada, con una normativa estricta de funcionamiento y horarios de visita restringidos. Esto tiene una finalidad terapéutica, que hay que utilizarla adecuadamente para no entrar en conflicto con los derechos fundamentales de las personas de libertad y de dignidad. “La humanización en salud mental consiste en adaptar aspectos, no solo técnicos, sino también funcionales, organizativos y de integración enfocados a proporcionar el máximo bienestar basado en cuatro pilares fundamentales: intimidad, dignidad, seguridad y confort.
Además, para avanzar en esa humanización de las unidades de salud mental, hay que escuchar al paciente, tener en cuenta sus opiniones y ayudarle a elegir las alternativas terapéuticas más adecuadas en ese momento concreto. Y para ello es necesario que el profesional no esté anclado en conceptos paternalistas y de verticalidad en la relación. “Es muy importante que se produzca ese cambio y es necesario que todos los profesionales que intervienen en salud mental tengan esa cultura. Está claro que hay momentos puntuales y de urgencia en los que la persona no presenta una capacidad adecuada, sólo en ese momento y por el tiempo mínimo imprescindible el médico debe tomar las riendas de las decisiones buscando los mejores intereses de salud para el paciente. Más bien temprano que tarde hay que facilitar que el paciente se implique y participe en su proceso de recuperación”, señala el doctor Zafra.
Las enfermedades mentales pueden ser muy diferentes y no todas comprometen las facultades mentales del paciente. “En la sociedad todavía se equipara enfermedad mental a locura, pero realmente el concepto de salud mental es mucho más amplio. Cada trastorno mental una funciona de manera distinta y dentro del mismo diagnóstico cada persona tiene una constelación sintomática diferente… tanto la persona como la sociedad debe dar el paso y dejar atrás el estigma y los prejuicios que acompaña este tipo de enfermedades. En términos generales, como cualquier otro enfermo, la persona con enfermedad mental necesita ser diagnosticada adecuadamente, ser asesorada como cualquier otra y plantear las alternativas terapéuticas más eficientes y aquellas que le recuperen lo antes posible respetando sus preferencias”.
¿El objetivo? Es conseguir que la persona con enfermedad mental pueda llevar un seguimiento ambulatorio en la comunidad lo antes posible, al lado de su familia y de su entorno, para favorecer que el paciente pueda continuar con su vida y con sus proyectos de futuro”.
"Si bien, pueden existir diferentes situaciones que recomiendan el ingreso hospitalario. En lo posible es necesario anticiparse y planificar los objetivos del mismo para evitar llegar a situaciones complicadas para el paciente y reconducir la recuperación con el mínimo tiempo de estancia posible. En otras situaciones el riesgo de suicidio, las alteraciones de conducta y el abandono del autocuidado precipita el ingreso de urgencia. Sea cual sea el motivo de la hospitalización, debe analizarse concienzudamente porque supone una ruptura del curso vital la persona".
Personal comprometido y sin prejuicios
Las Unidades de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria han de contar con personal comprometido, con una formación especializada y experiencia clínica, desde psiquiatras, psicólogos o enfermería hasta personal auxiliar, celadores… todo aquel que interaccione de alguna manera con el paciente tiene en mayor o menor medida una labor terapéutica. “Esta demostrado que los equipos multidisciplinares especializados, obtienen mejores resultados, reducen los días de estancia y se minimizan las situaciones de ingreso imprevistas”.
El psiquiatra, director de Ivane Salud y responsable de la Unidad de Salud Mental y Psiquiatría Hospitalaria en Vithas Hospital Nisa Valencia al Mar y de la Clínica de Desintoxicación y Patología Dual en Vithas Hospital Nisa Aguas Vivas asegura que no es fácil generar equipos de trabajo multidisciplinares y coordinados. “Es necesaria una armonía, en que cada profesional asuma sus responsabilidades, conozca sus fortalezas y sus limitaciones. Un buen equipo debe tener confianza, dejar de lado los egocentrismos y trabajar para el paciente que es la persona más vulnerable en ese momento. Es una cuestión de compromiso, si no puedes alcanzar ese compromiso hay que ser consecuente, ya que estás poniendo en riesgo la mejoría del paciente y además afecta al funcionamiento del resto del equipo”.
Los profesionales también tienen que reconocer sus propios prejuicios e intentar liberarse de ellos, ya que son un factor limitante para la curación de un enfermo. “El profesional no es un elemento pasivo en la recuperación o en la mejoría, sino que es un elemento activo y condicionador, por tanto debe estar liberado de miedos y prejuicios”, explica Augusto Zafra. Está demostrado que si un profesional de salud mental pone listón a la mejoría del paciente, condiciona su progresión a ese límite. Eso quiere decir que si se pone el listón en la curación, el paciente llevará un mejor proceso de recuperación clínica y funcional.
Además, este cambio de paradigma de las Unidades de Hospitalización de Psiquiatría no solo repercute en la mejoría del paciente, también influye en el bienestar de los profesionales. Compartir decisiones del equipo terapéutico junto con el paciente, trabajar en un clima más abierto y de confianza siempre es mejor. Al fin y al cabo, tal y como afirma el doctor Zafra humanizar no es otra cosa que tratar a un paciente como nos gustaría que nos trataran a nosotros, teniendo en cuenta nuestras individualidades y que se tiene en cuenta nuestras preferencias y propuestas.
El doctor Pablo Sopena, responsable de la unidad de medicina nuclear de Vithas Valencia 9 de Octubre ha participado como ponente en un simposio de la Sociedad Española de Medicina Nuclear para exponer esta técnica