VALÈNCIA. “Somos lo que hacemos día a día de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”, dijo el filósofo Aristóteles. Y fue precisamente esta idea una de las principales conclusiones del desayuno ‘Aquí hay talento' organizado por Valencia Plaza y la Universidad ESIC Business & Marketing School, celebrado este pasado viernes en el Hotel SH Valencia Palace. Los asistentes coincidieron en que el talento no solo se nutre de aptitud, sino de actitud, ilusión, pasión y saber adaptarse al cambio. Si antes se valoraba un coeficiente intelectual en una empresa, ahora se prima un valor añadido, “el coeficiente agallas”.
A la cita, enmarcada en el programa Aquí Talento CV organizado por Esic y Valencia Plaza, asistieron Jordi Juan, secretario autonómico de Innovación y Transformación Digital; Ángel Garrigós, Director Unidad Desarrollo Profesional ESIC; Agustín Carrilero, Director ESIC Comunidad Valenciana; África Valldecabres Ortiz, Corporate People Manager DACSA; Laura Ledó, directora de organización y personas de Idai Nature y Tania de La Torre, directora de Servicios Corporativos de Zenith Levante.
También participaron Leonor Saiz, Presidenta de la Comisión de Formación y Gestión del Conocimiento de la CEV; Fernando Saludes, Presidente REDIT; Salvador Sanchis, Director Corporativo de Personas Grupo Ribera Salud y Joaquín Marí, Socio Director Organización y Personas.
El debate se inició con una pregunta muy clara: definir qué es el talento para saber detectarlo. Al respecto, Leonor Saiz, Presidenta de la Comisión de Formación y Gestión del Conocimiento de la CEV señaló que consiste en la capacidad de las personas para “generar valor en cualquiera de sus ámbitos, con actitudes y aptitudes que aportan valor a los equipos de trabajo y a las compañías”, a lo que Tania de La Torre, directora de Servicios Corporativos de Zenith Levante, apostilló que además se encuentra en las personas que están cómodas en entornos complejos. “Saben interpretar el dato y conseguir que eso tenga retorno”, apuntó. Pero además, el presidente de Redit, Fernando Saludes, introdujo un nuevo concepto: la adaptación al cambio y Jordi Juan manifestó que el talento "es una cuestión que se puede trabajar y mejorar". " La constancia y la pasión es tan o más importante que las otras capacidades", subrayó.
El secretario autonómico de Innovación y Transformación Digital manifestó que el talento va ligado "al cambio, la transformación y el progreso" porque ahora se valora a aquellas personas que "se reciclan y buscan nuevos horizontes". Para conseguirlo, destacó el papel que juegan las universidades que debe ligarse con el mundo de la innovación y las nuevas tecnologías a través de planes de formación adecuados a la nueva realidad en constante cambio. En caso contrario, alertó del peligro de posicionarse "detrás del resto". Aunque admitió que retenerlo es "muy complicado" mostró su compromiso por conseguir que la Comunitat Valenciana cree "un ecosistema donde la gente se quiera quedar".
Joaquín Martí, Socio Director Organización y Personas, recordó que hace treinta años a la hora de valorar a un candidato la balanza se decantaba por aquellos que tenían un coeficiente intelectual más elevado. “Hoy hablamos de talento basado en inteligencias emocionales, que es muy plural y que requiere una cierta versatilidad. Cada uno tiene el suyo y es algo a potenciar. Antes estaba muy limitado al nivel intelectual, pero ahora tenemos diversidad", afirmó.
Sin embargo, apuntó que una de las principales carencias es la falta de madurez personal. "Eso significa que el talento lo hemos detectado, pero luego llega al mundo de la organización y tiene que integrarse. Sin madurez la integración en las empresas es complicada. Tenemos gente brillante pero con una serie déficits de madurez y socialización", admitió.
Agustín Carrilero, Director ESIC Comunidad Valenciana, puntualizó que deben ser las universidad las que deben encarrilar ese talento no solo con una formación teórica y basada en unos conocimientos, sino dando las herramientas necesarias para que el alumno tenga la "capacidad de fabricar argumentos, comunicar, y reforzar un pensamiento crítico"."En EEUU es una práctica que arranca desde el minuto uno de la escolarización y aquí falta esa competencia", apuntó. "Antes un coeficiente intelectual era garantía de éxito empresarial. Hoy afortunadamente tenemos claro que ya no es así y no es garantía". Además, señaló que el sistema educativo tal y como está concebido está muy alejado de la realidad y en muchas ocasiones no se pone en valor la experiencia que puede aportar un profesor más allá del temario.
Asimismo, Salvador Sanchis, Director Corporativo de Personas Grupo Ribera Salud, insistió en la necesidad de entrenar a los futuros profesionales en capacidades sociales y de oratoria. "La empresa se nutre del talento de la universidad y muchas veces cuando los alumnos salen al mercado laboral les falta entrenamiento y experiencia en temas competenciales. Hay una falta de capacidad para afrontar los temas y el secreto está en el entrenamiento", subrayó. Puntualizó que no solo la actitud y predisposición de las personas para aportar valor es una cuestión unidireccional, sino que el compromiso es “cosa de dos”. “Los modelos tradicionales se han quedado obsoletos. La disposición de las personas de aportar valor a la compañía es muy importante, pero también la cultura y los valores de las empresas y qué responsabilidades les damos. El compromiso es una cosa de dos”.
Laura Ledó, directora de organización y personas de Idai Nature consideró que talento y actitud son dos conceptos fuertemente ligados y uno no se entiende sin el otro. Pero además, hizo hincapié en la importancia de descubrirlo en las empresas a través de planes de formación y evaluación para conocer qué puede aportar cada uno porque se puede destacar en un área o departamento y en otro pasar más desapercibido. “Hay que estudiar cada caso concreto”, consideró.
Recalcó, además, que parte de la importancia de los planes de formación en las empresas se basan en seguir desarrollando a las personas para que adapten los conocimientos adquiridos en sus estudios académicos a la realidad empresarial para evitar “la frustración” personal. “Cuando uno sale de la universidad se piensa que se va a comer el mundo y no hacerlo puede frustrar. Por eso queda trabajo por hacer para inculcar una tolerancia a la frustración”, señaló.
Sobre este tema, Ángel Garrigós, Director Unidad Desarrollo Profesional ESIC inició en dar "un baño de realidad" a los alumnos para que sepan "lo que se van a encontrar". "Cuando cuentas casos de éxito vas a los más significativos y al final ellos piensan que van a ser Steve Jobs y la frustración es total. Hay que darles el baño de realidad para que sepan lo que se van a encontrar", puntualizó. Por otro lado, ensalzó el gran compromiso que muchos adquieren y que en muchos casos supone "sacrificar la banda salarial en pro de un proyecto mejor".
Leonor Saiz, Presidenta de la Comisión de Formación y Gestión del Conocimiento de la CEV, puso el énfasis en una necesaria reforma de las universidades y un impulso a la FP. "Es crucial impulsar el conocimiento y recuperar el talento que se ha perdido en los años de recesión. También impulsar la FP. Hay que introducir nuevas materias y adecuar las necesidades a la oferta. Mientras nos seamos capaces de hacer eso, no seremos productivos", resaltó. A su juicio, uno de unos problemas de España es su "obsoleto, estático y poco flexible" marco legislativo que impide la adaptación. "Si no tenemos personal adecuado a la realidad de las personas no dejaremos de ser un país mediocre", advirtió.
Fernando Saludes, presidente de REDIT, coincidió en señalar en la importancia de la FP, que vive una situación "dramática", lamentó, especialmente en la formación de ciertas especialidades que hoy día demandan las empresas. Su impulso pasa no solo por una voluntad, sino "por hacer mucha pedagogía interna no solo para crear líneas, sino para que éstas no queden empantanadas en el pasado". "Hay que potenciar la formación en nuevas tecnologías porque detectamos que hay temas que el ritmo que se imprime no consigue dar respuesta a los desafíos", manifestó.
"Es fundamental que ante el talento detectado haya una actitud de escucha de la empresa para identificarlo. El compromiso es mutuo. Debemos generar espacios y atmósferas adecuadas para identificar el talento oculto", remarcó.
Tania de La Torre, directora de Servicios Corporativos de Zenith Levante consideró que se debe producir un mayor acercamiento de las empresas al mundo de la universidad. "El perfil que buscamos es gente con formación pero más desafiante, personas que sepan cómo recuperarse y eso a veces tienes que vivirlo y en la universidad no siempre es así. Necesitamos hacer el esfuerzo para trasladar esa experiencia a la universidad y a los centros de formación y ponernos las pilas en ese sentido", subrayó.
Para fidelizar el talento en las empresas señaló que hay que asentar políticas más flexibles como el teletrabajo y de conciliación. Al respecto, África Valldecabres Ortiz, Corporate People Manager DACSA, destacó la importancia de generar entornos donde el profesional se puedan desarrollar personalmente con políticas transparentes e incentivos por objetivos. Pero también, hizo hincapié en algunas "incongruencias" del sistema educativo como es la competición "desmesurada" que se produce en el Bachiller para alcanzar una nota de corte y acceso a la universidad, por lo que abogó por hacer un esfuerzo para corregir este tipo de situaciones.